Incendios

Cinco intentos previos al gran fuego

La última memoria de la Fiscalía de Medio Ambiente apunta a que el número de pirómanos ha aumentado más de un 10 por ciento

Los efectivos anti incendio en la Sierra de Gata
Los efectivos anti incendio en la Sierra de Gatalarazon

La mañana del jueves cuando los pueblos de la Sierra de Gata se preparaban para celebrar sus fiestas patronales, se inició un fuego en el paraje de la Osa de Acebo, muy cerca de los municipios de Acebo y Perales del Puerto, dentro de la provincia de Cáceres. Pasadas las dos del mediodía, el foco parecía controlado por las unidades de la zona, pero hacia las cinco de la tarde, como afirman varios agentes forestales que trabajan en la zona, se reavivó. Fue el viento el que convirtió lo que en un principio fue un pequeño susto en una tragedia ecológica. Sin embargo, todo apunta a que el origen de las llamas es la mano humana.

Guillermo Fernández-Vara, presidente de la Junta de Extremadura, ya apuntaba a que en los últimos días se habían producido varios incendios en la misma comarca. «Cuando se concentran incendios en una zona muy concreta es porque la mano del hombre ha debido de tener algún tipo de intervención, porque no hace ni más calor, ni está más seca la Sierra de Gata de lo que está el resto de Extremadura», afirmó Vara. No fue el único que se aventuró a determinar la autoría. El alcalde de Perales del Puerto, José Luis Perales, también sostiene la misma tesis. Vecinos que atienden a los desalojados en la localidad de Moraleja desconocen con exactitud cómo se originó, pero apuntan a LA RAZÓN que «justo a la hora que se inició es cuando menos unidades de vigilancia estaban operativas en la zona. Puede que la persona que lo inició conociera esta circunstancia». Y es que los vecinos de estas localidades están celebrando estos días las fiestas patronales.

Mientras el foco sur del incendio «permanece bastante activo y con numerosas reproducciones en todo el perímetro», afirman a este diario agentes que trabajan en el terreno, estos mismos profesionales están preocupados por la investigación que determinará cómo se originó el fuego. Estas mismas fuentes apuntan a que el anterior presidente de la Junta desmanteló las brigadas de investigación y que, por ello, es mucho más difícil determinar quién o qué produjo el incendio. Como apuntan desde la Asociación Española de Agentes Forestales y Medioambientales (Aefma) «hace unos 10 años se gastaron gran cantidad de dinero en formar a los agentes medioambientales en investigación de la causalidad de los incendios forestales (BIIF), como pieza clave para establecer la mejor estrategia de prevención: por qué, cuándo, cómo, quién, etc. Eran interrogantes que teníamos que resolver. Pues bien, hoy en algunas comunidades autónomas (como Galicia) están prácticamente desmanteladas y en general con escaso empuje, aunque la necesidad imperiosa de conocer las causas que los originan sigue siendo la misma», lamenta.

De acuerdo con las últimas estadísticas del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (Magrama) existen 25 motivaciones diferentes que originan los incendio intencionados. Todas ellas dependen de la comunidad autónoma en la que se originan. Así, de acuerdo con este informe del Ministerio, los incendios que se inician en Extremadura suelen tener como origen la regeneración de pastos por parte de agricultores o ganaderos. Los pirómanos participan en el 6 por ciento de los incendios intencionados, apuntan estos datos. Y, cuando llegan a juicio, en el 75 por ciento de los casos son declarados culpables.

En 2013 se produjo un «notable incremento de los incendios provocados por perturbados o pirómanos» con respecto al año anterior, pasando del 26,53 por ciento en 2012 al 36,71 por ciento, según la Memoria de la Fiscalía Coordinadora de Medio Ambiente y Urbanismo. Y es que hasta noviembre de este año no se conocerán los datos del año pasado. Así, durante 2013 se observó también, aunque en menor medida, un aumento de los fuegos provocados para causar daños a terceros como venganzas o daños vandálicos, al igual que los provocados con fines relacionados con la caza, que han pasado del 11,22 por ciento en 2012 al 16,46 por ciento en 2013 en el primer caso y del 0,00 por ciento al 3,80 porciento en el segundo.

El fiscal coordinador de Medio Ambiente y Urbanismo, Antonio Vercher, insistió en la presentación de estos datos en el éxito que ha supuesto en la lucha contra incendios la implantación de los cuestionarios psicosociales para conocer el perfil de los incendiarios, aunque considera necesario realizar al menos 3.000, casi el doble de los que se hacen en la actualidad.

Al margen de la investigación, los agentes que trabajan sobre el terreno siguen luchando contra las llamas. La Unidad Militar de Emergencias (UME) tiene desplazados a más de 300 efectivos que acudieron tras la petición de la Junta de Extremadura y trasladaron sus efectivos desde su base en Madrid y que apoyan a las unidades de la comunidad autónoma y a las Brigadas de Incendios Forestales (Brif), que, a pesar de llevar 13 días en huelga, han acudido al incendio para ayudar en su extinción. De acuerdo con los agentes forestales, «en un gran incendio como éste llega un momento en el que hay tantos kilómetros de perímetro por el monte, que los recursos de extinción siempre parecerán insuficientes». Y ésta ha sido una de las quejas de los vecinos que vieron cómo el fuego llegaba a sus casas sin que pudieran hacer nada para evitarlo o, en algunos casos, utilizaron sus propias mangueras para apagar las llamas que se aproximaban a su finca, como relató Marta Morán, vecina de Perales del Puerto que, tras ser desalojada, volvió a su casa para evitar que las llamas entraran en ella.

A pesar del trabajo sin descanso de todas las unidades que se han desplazado a la zona para ayudar en las labores de extinción hay factores, como afirman los agentes medioambientales, que no pueden combatir, como son las rachas de viento, las responsables de que este incendio siga avanzando sin control.