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Sanidad

Más allá de la geografía: la libertad de elección médica

No se trata de que todos los centros provean el mismo nivel terapéutico, sino de que el paciente pueda acceder al que provea del mejor servicio

Imagen de archivo de dos médicos en un quirófano larazon

En España, el debate sobre la libertad de elección de médico y centro sanitario se intensifica como un pilar fundamental para garantizar la equidad en el acceso a las terapias y medicamentos más avanzados. No se trata de que todos los centros provean el mismo nivel terapéutico, sino que el paciente pueda acceder al centro que provea del mejor servicio terapéutico en la especialidad de que se trate. En el complejo mosaico de las Comunidades Autónomas, donde la gestión sanitaria está descentralizada, esta libertad no solo empoderaría al ciudadano, sino que también optimizaría la asignación de recursos y fomentaría la excelencia.

La descentralización de la sanidad en España, si bien promueve la adaptación a las necesidades locales, genera un sistema con 17 modelos de gestión sanitaria distintos. Esta heterogeneidad, a menudo, se traduce en disparidades en la oferta de servicios, el acceso a especialistas, la disponibilidad de nuevas terapias y la agilidad en los diagnósticos entre comunidades. Un ciudadano de una región puede encontrarse con barreras para acceder a un tratamiento o a un medicamento que sí está disponible en otra, simplemente por su lugar de residencia.

La libertad de elección de médico y centro, trascendiendo las fronteras autonómicas, emergería como un mecanismo corrector fundamental para estas inequidades. Permitiría a cualquier ciudadano buscar la atención que mejor se adapte a sus necesidades, independientemente de la comunidad en la que resida, asegurando así que el acceso a las mejores terapias y medicamentos no sea un privilegio geográfico.

Un aspecto crucial para la viabilidad de esta propuesta es la implantación de un sistema de financiación que siga al paciente. Es decir, si un ciudadano de la Comunidad A decide ser atendido en un centro de la Comunidad B, la financiación correspondiente a esa atención debería ser transferida de la Comunidad A a la Comunidad B. Esto supondrá un incentivo para la excelencia y la cooperación. Este modelo de financiación ofrecería múltiples beneficios: Incentivo a la excelencia: Los centros sanitarios se verían motivados a ofrecer los mejores servicios y resultados para atraer a pacientes, lo que fomentaría una competencia saludable y una mejora continua de la calidad asistencial. Se evitaría la duplicidad innecesaria de servicios altamente especializados en cada comunidad, permitiendo una mayor concentración de recursos y experiencia en centros de referencia. Se promovería una distribución más eficiente de los pacientes y, por ende, de los recursos, reduciendo las listas de espera en centros sobresaturados y aprovechando la capacidad de aquellos con menor demanda. La transferencia de fondos incentivaría la colaboración entre comunidades autónomas, creando una red sanitaria más cohesionada y funcional a nivel nacional.

La información es la piedra angular de la decisión. Para que la libertad de elección sea efectiva y verdaderamente empoderadora, el ciudadano necesita acceso a información clara, comprensible y comparable sobre los resultados en salud de cada especialidad, así como de los recursos humanos y tecnológicos con los que cuenta cada centro. Esta transparencia es un requisito ineludible para una toma de decisiones informada y responsable.

Esta información debería incluir, entre otros aspectos: Indicadores de calidad y resultados en salud por especialidades: Tasas de éxito en tratamientos específicos, índices de complicaciones, tiempos de espera, satisfacción del paciente, etc. Dotación de personal: Número y cualificación de médicos por especialidad, enfermeros, personal técnico, etc. Recursos tecnológicos: Disponibilidad de equipos de diagnóstico y de tratamiento avanzados, quirófanos robotizados de última generación, unidades especializadas, etc. Investigación e innovación: Participación en ensayos clínicos, publicaciones científicas, desarrollo de nuevas técnicas.

Esta información, accesible a través de plataformas digitales unificadas y de fácil manejo, permitiría a los ciudadanos no solo comparar entre centros de su propia comunidad autónoma, sino también con aquellos ubicados en otras regiones. Sería una herramienta esencial para disipar la incertidumbre y garantizar que la elección se base en criterios objetivos de calidad y eficiencia.

La implantación de la libertad de elección de médico y centro en un sistema tan complejo como el español no está exenta de desafíos. Sería necesario establecer mecanismos claros de derivación y coordinación, asegurar la portabilidad de la historia clínica digital y definir modelos de financiación consensuados que no generen desequilibrios económicos entre comunidades.

Sin embargo, los beneficios potenciales superan con creces los obstáculos. Garantizar la libertad de elección, respaldada por una financiación inteligente y una transparencia informativa sin precedentes, transformaría el sistema sanitario español en uno más equitativo, eficiente y centrado en el paciente. Promovería la competencia y la especialización; la innovación y la excelencia. Los ciudadanos dejarían de ser "cautivos" de su demarcación geográfica para convertirse en agentes activos de su propia salud, eligiendo con conocimiento de causa las mejores opciones disponibles y, en última instancia, elevando el nivel de la atención sanitaria para todos.

Diversas asociaciones de pacientes en España defienden la libertad de elección de médico y centro sanitario, ya que lo consideran un derecho fundamental para empoderar al ciudadano y garantizar un acceso más equitativo a la atención sanitaria. Abogan por el "Derecho a la libre elección" como parte de sus demandas en las políticas de salud, buscando una mayor participación en la toma de decisiones clínicas y en la política sanitaria. Esta postura se alinea con la idea de que la libertad de elección beneficia directamente al paciente y puede contribuir a la mejora y sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud.