Investigación científica
El ave que va a por comida el fin de semana
Las capturas accidentales de pardela cenicienta son mayores en días no laborales. Estas aves suelen alimentarse de los descartes de los barcos de arrastre y, al no encontrar esta fuente de alimentos, se dirigen a los cebos de los palangres
Un grupo de investigadores del Instituto Español de Oceanografía (IEO), en colaboración con el grupo de biogeografía de la Universidad de Málaga (UMA), han publicado un trabajo que analiza los principales factores que determinan la captura accidental de la pardela cenicienta (Calonectris diomedea) por la flota española de palangre de superficie.
La pardela cenicienta es uno de los cuatro procelariformes que nidifica en el Mediterráneo. Es un ave marina de vida larga y baja tasa de reproducción (tan solo un pollo por pareja y año) que se encuentra actualmente catalogada como amenazada en el Mediterráneo.
El objetivo de este estudio fue determinar qué factores favorecen la captura accidental de estas aves, de manera que su control pueda ser utilizado para mejorar la gestión de las pesquerías y disminuir sus capturas informa el Instituto Español de Oceanografía.
En este trabajo, que publica la revista Biodiversity and Conservation, se ha analizado una serie de 10 años de datos procedentes del Programa de Observadores del IEO. Este programa se inicio en 1997 y cuenta con la colaboración inestimable del sector.
En total se han analizado 2.587 operaciones de pesca en las que se han capturado 80 pardelas.
La principal conclusión del estudio, es que estas aves marinas son más propensas a picar en el palangre durante los días no laborables, cuando los barcos de arrastre no faenan. Estos es debido a que estas aves suelen alimentarse de los descartes de los barcos de arrastre y, al no encontrar esta fuente de alimentos, se dirigen a los cebos de palangre durante la calada. Además se producen mayores capturas cuando los lances de pesca se desarrollan en aguas sobre la plataforma continental. Características técnicas del aparejo (mayor número de anzuelos), así como aspectos de la fenología de la especie, como el inicio de la migración en el mes de octubre, también incrementan su probabilidad de captura.
«La regulación de uno -o una combinación de estos factores- podría contribuir a disminuir sensiblemente las capturas accidentales de estas emblemáticas aves en el Mediterráneo minimizando el impacto económico sobre el sector», explica Jose Carlos Báez, autor principal del trabaja e investigador del Centro Oceanográfico de Málaga del IEO.
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