Ginebra

El comercio ilegal de marfil se dispara

China, considerado el mayor país de destino de marfil ilegal, realiza notorios esfuerzos para detener y juzgar con penas muy severas a los responsables de este delito, dijo este lunes el organismo que gestiona la Convención Internacional para la Conservación de Especies Amenazadas de Flora y Fauna (CITES).

"Las duras penas que imponen las cortes chinas transmiten un fuerte mensaje a las personas involucradas en este tráfico ilegal y sirven para disuadir a otras", comentó el secretario general de CITES, John Scanlon, con ocasión de una reunión internacional de alto nivel sobre las tendencias del comercio ilícito de marfil.

Distintas organizaciones dedicadas a la protección de los elefantes y otras especies en peligro alertaron de que el comercio ilegal de marfil alcanzó en 2011 su mayor nivel en dieciséis años, que esta tendencia persistió en 2012 y que al final de este año la situación podría ser todavía peor.

Conforme a los últimos datos, los expertos calculan que este comercio ilegal ya es un 20 por ciento superior en 2013 respecto al nivel de hace dos años.

Ante esta situación, CITES reconoció el alcance de las medidas adoptadas en China para controlar dicha actividad criminal, que se refleja en la reciente condena de una veintena de ciudadanos chinos por su participación en redes de tráfico internacional de marfil o en su distribución dentro del país.

El último caso ha sido el de ocho chinos sentenciados a penas de entre 3 y 15 años de prisión por haber comerciado entre 2010 y 2012 con 3,2 toneladas de marfil, que compraban en subastas por internet.

El marfil llegaba por correo a China con declaraciones falsas que lo hacían pasar por botes de pinceles de caligrafía y tuberías de aguas residuales.

Una vez en China, el marfil era ofertado también por internet a potenciales clientes.

Según la Corte Suprema de China, más de 700 ciudadanos han recibido en los últimos diez años penas que van desde los tres años de cárcel hasta la cadena perpetua por su implicación en delitos contra especies de flora y fauna amenazadas.

Las autoridades chinas también han detectado casos de compra-venta de marfil ilegal a pequeña escala por parte de algunos ciudadanos, como el caso de un hombre que fue condenado a diez años de prisión por encargar dos cuernos y 168 tallas de marfil para su colección privada.