Cambios climáticos
Reducir la contaminación en EE.UU. lleva más lluvias al Sahel
Aumenta un 10 por ciento las precipitaciones, que llegan 35 kilómetros más al norte y duran dos días y medio más
Los filtros de contaminación colocados en centrales eléctricas alimentadas con carbón en Estados Unidos a partir de los años 70 han reducido drásticamente las emisiones de dióxido de azufre, un gas tóxico que contribuye a la lluvia ácida y provoca muertes prematuras por enfermedades respiratorias y cardiovasculares.
Ahora se ha descubierto que la disminución de las emisiones de dióxido de azufre en Estados Unidos aumenta sustancialmente las precipitaciones en el Sahel semiárido de África, y que aporta un poco más de lluvia a gran parte de los Estados Unidos, según un nuevo estudio publicado en el Journal of Geophysical Research: Atmospheres.
El Sahel forma un cinturón de hasta 5.400 km de ancho, atravesando África desde el Océano Atlántico hasta el Mar Rojo. Es la zona ecoclimática y biogeográfica de transición entre el desierto del Sáhara en el norte y la sabana sudanesa en el sur, informa Tendencias 21.
Incluso, dicen autores de esta investigación, si las emisiones de dióxido de azufre de los Estados Unidos se reducen a cero en el año 2100, como lo han proyectado algunos investigadores, las lluvias sobre el Sahel podrían aumentar hasta un 10 por ciento respecto a los niveles del año 2000, así como llegar 35 kilómetros más al norte y durar dos días y medio más, una excelente noticia para la agricultura africana.
Modelos climáticos
La atmósfera es un medio dinámico, global e inestable, y las simulaciones desarrolladas por esta investigación, realizada por el Observatorio de la Tierra Lamont-Doherty de la Universidad de Columbia, lo confirma plenamente.
Utilizando tres modelos climáticos globales, los investigadores han estudiado las consecuencias de una ausencia total de emisiones de dióxidos de azufre procedentes de Estados Unidos en el clima del hemisferio norte. Es así como descubrieron el impacto en el Sahel.
Los investigadores llevaron a cabo tres modelos climáticos globales independientes para comparar el impacto relativo de Estados Unidos reduciendo sus emisiones de azufre causadas por la actividad humana a cero y también manteniendo sus emisiones a los niveles de 2000-2005.
En el escenario de cero emisiones, los tres modelos mostraron un ligero aumento en la precipitación global media, con niveles más altos en los Estados Unidos y otras regiones del hemisferio norte. En el Sahel, dos modelos encontraron que las precipitaciones de la estación húmeda aumentaron entre un 5 y un 10 por ciento, mientras que la temporada de lluvias aumentaba dos días y medio más.
Bueno para al clima global
«Nos sorprendió descubrir que la eliminación de las emisiones de azufre en un solo país influiría significativamente en la precipitación en otro continente, a miles de kilómetros de distancia», señala el coautor del estudio, Arlene Fiore, en un comunicado de la citada universidad.
Los investigadores confirman que las políticas de lucha contra la contaminación del aire no sólo son buenas para la salud y el entorno, sino también para el clima global. Hay que tener en cuenta que el dióxido de azufre es el principal causante de la lluvia ácida, ya que en la atmósfera es transformado en ácido sulfúrico.
Los efectos del SO2 sobre el clima ya se habían documentado con anterioridad. Estudios realizados en los años 80 del siglo pasado habían determinado que las emisiones de dióxido de azufre procedentes de Europa y de Asia habían causado las sequías del Sahel en los años 70 y 80.
El SO2 bloquea la radiación solar y provoca una disminución de la temperatura en el hemisferio norte, y este calor que no llega al suelo perturba el ciclo de lluvias que parte del ecuador hacia el norte.
El monzón africano se desencadena gracias a la diferencia de temperatura entre el desierto del Sahara, que se recalienta en primavera, y las aguas frías del Golfo de Guinea. Una temperatura más fresca en el hemisferio norte impide que las nubes remonten hasta el Sahel, provocando las mencionadas sequías.
Aunque las investigaciones anteriores han relacionado las elevadas emisiones de azufre en Europa y Asia con las severas sequías del Sahel de los años setenta y ochenta, este estudio es el primero en observar cómo las emisiones estadounidenses influyen en las precipitaciones en varias regiones a nivel mundial.
Por último, los investigadores señalan también una paradoja adicional: cuando se reduce el SO2 en la atmósfera, se suprime un elemento que refresca el clima y por ende se pierde un soporte artificial para frenar el calentamiento global. Por eso señalan que la reducción de las emisiones SO2 puede empeorar las cosas si no se acompaña de una reducción de los gases de efecto invernadero.
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