Lenguaje

Neuronas que marcan la empatía

Qué señal manda nuestro cerebro. Existen dos zonas de nuestra materia gris implicadas en el sentimiento de solidaridad. «Con un estímulo visual se colocan en el lugar del otro»

Mapa de las emociones humanas
Mapa de las emociones humanaslarazon

Aún son muchos los mecanismos del cerebro que desconocemos y, aún menos, cuando buscamos respuesta de algunos de nuestros sentimientos, como es el de la solidaridad. Sin embargo, de acuerdo con algunos estudios científicos, sí que se han localizado algunas partes de nuestra materia gris que pueden estar relacionadas con esa necesidad de dar a cambio de nada. «Existen unas estructuras en el cerebro que, con un estímulo visual, son capaces de colocarnos en el lugar del otro», afirma Pablo Irimia, vocal de la Sociedad Española de Neurología (SEN).

Concretamente, son dos zonas las que participan en ese altruismo. Por un lado, «el lóbulo frontal nos ayuda a reconocer el estímulo, pero, sin duda, es la amígdala, en la corteza prefrontal, la que juega un papel más importante. Todo proceso emocional pasa por ahí, aunque es probable que otras áreas también jueguen un papel importante en la solidaridad». ¿Qué ocurre exactamente en estas zonas? Según Irimia, «se cree que en estas áreas podrían situarse algunas neuronas que muestran más empatía. Se las denomina neuronas espejo porque ‘‘imitan’’ la actividad que realiza otra persona», de ahí que aparezca ese sentimiento de caridad, de querer dar.

Tener más o menos empatía también está marcado por el estímulo que recibe nuestro cerebro. «La cercanía, el que ocurra un acontecimiento desagradable en un lugar que conocemos, también nos hace sentirnos más próximos y, por lo tanto, más empáticos». Es especialmente llamativo el poder que tiene la imagen de un niño o un anciano vulnerable. «Saber el nombre y apellidos de la persona que lo está pasando mal hace que nos sintamos más identificados y, por ello, seamos más generosos. Asimismo, en el caso de los niños, no es difícil que un padre se sienta identificado y que, por ello, pueda llegar a compartir el sufrimiento de los padres», añade el neurólogo. También sorprende que durante la crisis, las donaciones aumenten, «la sociedad está más sensibilizada con estos problemas», argumenta. La solidaridad también está marcada por el contexto cultural y por el sexo. «Todos tenemos marcado en nuestro cerebro la diferencia entre el bien y el mal, pero es el aprendizaje y la educación que recibimos los que determinan cómo actuaremos, ya que los recuerdos también pueden colocarnos en el lugar del otro». Irimia también asegura que «las mujeres son más solidarias, ellas tienen más neuronas espejo».