No somos tan malos...

Al menos según con quién nos comparemos. En general el índice de criminalidad en España es de los más bajos de Europa y del mundo.

¿Perciben los ciudadanos a España como un país con altos niveles de criminalidad? ¿Pensamos que nuestros país es violento? Los números hablan... y vuelven a dejar constancia de que España, unos de los países más tolerantes de Europa, es también uno de los que marcan a la perfección el rechazo social a mafias, grupos y bandas violentas en su territorio. No pocos estudios apuntan a la idiosincrasia hispana a la hora de buscar las razones por las que nuestro país está entre los menos peligrosos de nuestro entorno. Educación, valores familiares, religión... la lista puede ser muy amplia: la realidad es clara. En líneas generales –algo que puede cambiar un año y modificarse en otro sentido al siguiente–, la tasa de criminalidad en España es la tercera más baja de la Unión Europea. Sólo Portugal y Grecia registran tasas de criminalidad más bajas. Aunque esto depende del año.

En realidad, los delitos más comunes en España son los hurtos, en un 70 por ciento de los casos, seguidos de los robos con fuerza en domicilios y establecimientos, lo que representa un 15%, para toparnos a continuación con los robos con violencia, un 6,1%, y la sustracción de vehículos, en un 4,4%. Punto y aparte–-merecedor de un especial Banco de Datos particular– es la violencia machista. Este tipo de agresión condicionan los números de todo estudio sobre criminalidad. Valga como ejemplo que, en 2016, España cerró el año con 292 asesinatos u homicidios y al menos 44 de ellos fueron crímenes machistas, casi uno de cada seis. En lo que atañe de manera concreta a la violencia y la criminalidad cabe destacar desde hace tiempo la implantación en determinadas zonas de nuestro país de bandas extranjeras: sudamericanas, asiáticas o de países del norte de África. Responsables, muchas de ellas, de un repunte de la violencia en zonas de la Costa del Sol, Madrid, Cataluña o la provincia de Cádiz.

En esta última provincia, por ejemplo, el delito que más ha aumentado es el tráfico de drogas, por detrás de los homicidios consumados; allí se han producido 455 infracciones relacionadas con el narcotráfico. No es casualidad: en ella se encuentra el Campo de Gibraltar, territorio muy propicio para los narcos por su cercanía a África, de donde procede la mayor parte de hachís que luego «se exporta a Europa». Algo que convierte a España en «país gendarme» frente al delito.