Investigación Médica
Nuevo uso a las CAR-T para tratar el linfoma
Un ensayo pionero con este tipo de células abre una vía a los pacientes que recaen.
Un ensayo pionero con este tipo de células abre una vía a los pacientes que recaen.
Hoy en día el porcentaje de curación del linfoma de Hodgkin B de células grandes es del 50%. Sin embargo aún hay otro 50% de pacientes que necesitan otras terapias. En este sentido, en los últimos años la investigación ha avanzado de forma muy significativa, sobre todo en lo que se refiere a los tratamientos con células CAR-T. «Existe un antes y un después», asegura al respecto el doctor Jordi Sierra, director del Servicio de Hematología del Hospital de Sant Pau, quien explica que «esta terapia consiste en la manipulación genética de los linfocitos T del propio paciente para que expresen un receptor artificial en su superficie» y de esta manera detecten las células tumorales y las eliminen. Hace nueve años que se hacen tratamientos con células CAR-T en Estados Unidos, y en Europa hace tres o cuatro años. De hecho, en la actualidad hay ocho hospitales españoles, entre ellos el de Sant Pau. Pese a que en el 40% de los pacientes tratados con esta terapia ha habido respuesta completa, aún existe un porcentaje elevado de personas que no responde de inicio a la terapia y cerca de un 20 o 30% de los que sí lo hacen, recaen», comenta el jefe clínico del Servicio de Hematología del Hospital de Sant Pau y Jefe del Grupo de Inmunoterapia Celular y Terapia Génica del Instituto de Investigación del Sant Pau, Javier Briones.
La explicación de estas recaídas es que «con el tiempo algunos pacientes pierden esas células CAR-T, por lo que si las células tumorales vuelven a rebrotar ya no tienen cómo combatirlas». Pero ahora, un nuevo ensayo clínico liderado por Sant Pau y financiado por la Caixa, abre una nueva esperanza a estos pacientes refractarios.
Este ensayo recurre también a la inmunoterapia con células CAR-T, pero en este caso la idea es usar un tipo de linfocitos muy concreto: los linfocitos T de memoria, una células del organismo poco numerosas pero muy eficaces. El proceso es el mismo: se seleccionan del propio paciente y de modifican genéticamente en el laboratorio para dotarlos de un arma para que, cada vez que detecten una célula tumoral, la eliminen. En este caso, la gran particularidad de los linfocitos T de memoria es que «persisten en el tiempo y proliferan mucho», señala Briones, de manera que de ser eficaz este tratamiento, se prevé incrementar el porcentaje del 40% de pacientes refractarios con respuesta completa y, paralelamente se reduciría el numero de personas que recaen, ya que los linfocitos T de memoria no solo tienen un poderoso efecto contra las células tumorales, sino que además, en sucesivas infecciones del mismo patógeno, se acuerdan de él.
Este nuevo ensayo arrancará previsiblemente a finales de año con una primera fase en la que participarán diez pacientes. Lo primero será evaluar la cantidad de células CAR-T a administrar para que sea eficaz y conlleve los mínimos efectos secundarios posibles a los enfermos. Posteriormente, en una segunda fase ya se usaran esas dosis en una veintena de pacientes para probar su eficacia.
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