El día de las familias

Parar de comprar y celebrar

La Razón
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l ¿Cómo valoran estos tres días de celebración?

–La idea de instalar una capilla de adoración ha hecho que la fiesta se pudiera extender más y así se ha posibilitado que diferentes movimientos, parroquias o realidades eclesiales pudieran vivir estos días en comunidad. Prolongar la fiesta durante tres días nos ha permitido a todos compartir más. Eso ha motivado la asistencia de más gente. Y al ser en Navidad, se ha podido transmitir a la sociedad la alegría del nacimiento de Jesús, es decir, el verdadero espíritu navideño.

l ¿Cómo han participado ustedes?

–A varios movimientos se les encargó preparar un rato de oración frente al Santísimo. Nosotros lo hicimos el sábado por la tarde, en la «hora punta», pues incluso se empezó a pedir a la gente que saliera de la capilla porque fuera la cola para entrar sumaba más de 100 personas.

l ¿Qué evolución han percibido en estas seis ediciones?

–El primer año que se convocó parecía que sólo iba a celebrarse en esa ocasión pero se ha convertido en una fiesta casi institucionalizada. Consideramos que es, por tanto, una evolución muy positiva. Las familias están ya pendientes de la fecha y se organizan para asistir a la misa.

l ¿Cuál creen que es el eco que produce esta convocatoria pública en la sociedad?

–En los medios de comunicación se trata poco. Como ha dicho el cardenal Rouco, las familias cristianas hemos de hacer de la fe un asunto público. No tenemos que relegarla al ámbito privado porque podemos aportar mucho. No podremos convertir a todo el mundo pero, aunque ayer llegaramos sólo a una persona, habrá merecido la pena. Creemos que apostar por algo positivo como es la familia puede suponer la salida de la crisis.

l ¿Qué es lo que más les ha impresionado de ayer?

–La variedad de la Iglesia y la variedad de la gente que siente lo mismo y que ayer hizo un paréntesis en la vorágine navideña de las compras, comidas, cenas...para acercarse a la plaza de Colón y celebrar la Eucaristía.