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Feria de San Isidro

Cristian Escribano: «El 2 de mayo es una fecha muy torera, en la que todo torero quiere estar»

Cristian Escribano
Cristian Escribanolarazon

Estaba en el banquillo, a penas iba convocado, sin darle demasiado margen a pensárselo lo anunciaron para jugar la final de su vida. Podría ser la historia de un deportista del más alto nivel, pero Cristian Escribano es torero.

Tras tener muy buen ambiente como novillero sin caballos, debutó con los del castoreño en 2009 y sus buenos resultados le fueron manteniendo en los carteles.

«Debuté en Illescas en el certamen de Puerta Grande, sabia fecha del debut, pero no tenía nada más. Me gané entrar la semifinal y en la final y acabé triunfando. Acabé 2009 con 28 novilladas con caballos y al año siguiente (2010) toreé en Madrid, Sevilla, Pamplona, Zaragoza... fue un año muy muy bonito a pesar de que yo mismo sé que no di todo el nivel que puedo dar o que se esperaba de mí y no terminó de cuajarse del todo. Fue una temporada bonita, pero en los sitios importantes no terminaron de rodar.

En 2011 toreé 11-12 novilladas al principio del año y decidimos dar el paso de tomar la alternativa».

Tras esa alternativa, vivió Escribano la otra cara de la profesión, la del banquillo que tanto curte. «Al año siguiente toreé solo 4-5 festejos. Venía de torear mucho y siempre habían ido las cosas bien y había estado toreando y de repente quedarse prácticamente parado, es duro» recuerda.

Pero sin tiempo para lamentos, nos da la receta para estar preparado «entreno a diario como si tuviera 40 corridas de toros así que la preparación no me preocupa como un extra, porque estoy satisfecho de mi esfuerzo diario», precisamente esa fue la fórmula con la que llegó a Madrid el pasado 9 de septiembre, siete años después de tomar la alternativa a confirmarla «cambiarme la vida no me ha cambiado mucho, pero después de esa corrida me ha servido para ir a Madrid 2 tardes, que no es fácil, es un impulso para empezar a tomar el camino que quiero» señala.

Hablamos de la tarde del 2 de mayo, una de esas tardes «muy toreras que todo torero quiere torear» y que asegura vivir con normalidad, dada la confianza que le supone «dedicar su vida por completo al toro».

Después vendrá San Isidro, volver a Madrid en la primera feria del mundo, pues la conoce como novillero, «pero ahora de matador de toros, y espero que sea la primera de muchas» confiesa.

Pero no se deja llevar por las dos fechas cerradas y solamente piensa en esta primera cita, «no puedes pensar en las dos tardes como un conjunto, ahora mismo el 2 de mayo es la única, no se puede pensar en que tienes otro cartucho, por lo que el 2 hay que darlo todo» sentencia.

Una tarde, Madrid, Goyesca del 2 de mayo, y un torero que pretende entrar de lleno en una plaza que dejó con ganas de verle en septiembre, y en la que estuvo a punto de redondear un sueño «lástima los pinchazos» recuerda; porque «Madrid es clave en mi carrera» concluye.