Toros
Emilio de Justo: «Al salir a hombros miré al cielo y le dije a mi padre “lo hemos conseguido”»
El torero, que actuó con una cornada que le atravesaba el muslo y con la muerte reciente de su padre, habla con LA RAZÓN el día después del triunfo en Las Ventas.
El torero, que actuó con una cornada que le atravesaba el muslo y con la muerte reciente de su padre, habla con LA RAZÓN el día después del triunfo en Las Ventas.
Es el día después. El día que lo cambia todo. Hace horas. Ni tan siquiera 24, que abrió la Puerta Grande de la Monumental de Las Ventas. Hizo el paseíllo con una cornada que le atravesaba el muslo. Los puntos frescos y un crespón negro en el brazo, que recordaba lo que su corazón no podía olvidar: la muerte de su padre el sábado pasado. El padre que le acompañó de plaza en plaza, en la dureza de una profesión que rara vez abre puertas. Emilio de Justo ayer las derribó. Y se la abrieron de pronto las del cielo. El mismo día que perdió a su progenitor se enfundó el terno de oro en la plaza francesa de Mont de Marsan. Y un toro le hirió. Aceleró la recuperación que no era para estar en Madrid y Otoño fue. A hombros, con la noche caída. Y la tauromaquia en su esplendor. A la mañana siguiente le llueven las llamadas.
–¿La realidad supera a la ficción en esa Puerta Grande?
–He soñado con esa Puerta Grande mil veces desde que era niño, desde que quiero ser torero y cuando llega el día la realidad es mucho mejor. Ha superado a la ficción, a todo lo que había imaginado.
–¿Ni sentía el dolor de la cornada aún fresca?
–En ese momento lo único que sentía era gloria, felicidad, emoción, satisfacción, tenía muchos sentimientos a la vez.
–Le vi mirar para arriba nada más salir por esa puerta inmensa...
–Es que no he tratado de vender nada con esto, pero ha coincidido con la muerte de mi padre en Mont de Marsan y ese día me pegó la cornada... Se juntaron tantas cosas y tantas emociones. Mi padre soñaba con que pudiera salir por la Puerta Grande de Madrid y cuando salí, miré al cielo y le dije “lo hemos conseguido”. Es algo indescriptible.
–¿Cómo vivió la tarde?
–La tarde fue muy emocionante desde el paseíllo. Lo he pasado muy mal estos días, porque no sabía si iba a poder llegar. Mi padre me ha dado toda esa fuerza y esa positividad interior que necesitaba para recuperarme como fuera. Algo me decía que tenía que torear en Madrid sí o sí. Tenía una cornada que me atravesaba el muslo, muchos calambres en las piernas y muchos dolores y hasta el viernes no me pude probar en el campo, esa intranquilidad me tenía en vilo...
–¿Merece la pena?
–Por esa Puerta Grande merece la pena todo.
–Pegó dos estocadas memorables. En la primera fue de esas en las que la muerte puede ser bella.
–Fue quizá la estocada más importante de mi vida. Darla en Madrid a un toro como ése.. Creo que fue una faena seria y la muerte fue espectacular, con mucha belleza. El cuarto fue uno de esos toros de Atanasio con ese punto de mansedumbre que no lo hace fácil, pero en ningún momento me aburrí, me entregué al máximo, lo di todo y conseguí ligarle un par de tandas e irme detrás de la espada.
–Emilio de Justo no está recién llegado a esto. ¿De dónde viene?
–Soy un chico de barrio, de Torrejoncillo, de una familia humilde y lo poco que he conseguido me lo he ganado por mí mismo con mucha afición. Vengo de lo más bajo. He vivido años duros. Cuando me tuve que ir a Colombia y me abrieron las puertas y después en Francia me hicieron resurgir como torero.
–Hace una semana falleció su padre y se vistió de torero en Mont de Marsan. ¿Cómo se asimila eso?
–Estos días están siendo muy duros, me acuerdo mucho de él, le echo de menos, que ayer no lo viera, que no pudiera darle un abrazo por ejemplo... Desde arriba lo estará viendo todo y ayudará.
–¿Cree en la justicia del toreo?
–Quiero creer. Creo que los aficionados se dan cuenta de que el escalafón también necesita renovación. Y creo que no solamente ha sido la Puerta Grande de ayer si no la temporada en conjunto y espero que eso sirva de cara al año que viene.
–¿Cuáles son sus aspiraciones?
–Seguir creciendo como torero, todavía tengo mucho que dar de mí, también mucho que corregir, que mejorar, pero mi motivación es ser un torero importante.
-Y lo de ser figura...
-Decir ser figura del toreo es muy fuerte. Es tan milagroso que no me atrevo ni a decirlo.
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