Ferias taurinas
Puerta grande para un desigual Luis David Adame en la segunda de Palencia
El torero Luis David Adame, que cortó dos orejas, salió a hombros en la segunda de abono de la feria de San Antolín de Palencia, en una tarde en la que tanto Enrique Ponce y Ginés Marín se fueron de vacío.
Y es que los toros de Montalvo, tan nobles como frágiles, parecían de cristal, condicionaron el festejo en el coso palentino de los Campos Góticos, que parecía ponerse muy cuesta arriba al ver como se consumía la primera hora y todavía no había saltado el tercero toro.
El berrendo primero de Ponce fue devuelto por inválido, y en su lugar salió un sobrero del mismo hierro con el que el valenciano anduvo tan técnico como anodino con un toro que no empleó en ningún momento, desparramando, además, la vista.
Un escándalo se formó en el segundo, que cojeaba de forma acusada de la pata izquierda. El presidente, a pesar de la bronca del respetable, lo mantuvo de forma incomprensible en el ruedo. Inédito quedó Ginés Marín, que en la segunda tanda se lo quitó del medio con un contundente espadazo.
Pero al cabo de sesenta minutos de desesperación, Luis David Adame tornó el ambiente convirtiendo las lanzas en cañas con el tercero, un animal fino de cabos y con el que ya conectó con los tendidos en un quite por zapopinas.
Volcánico inicio de faena, en tromba, con cambiados con la espalda, algo que no le vino bien al toro, que acabó acusando esos trallazos y los dos volatines que había cobrado también en los primeros tercios.
Luis David, muy entregado, quiso hacer muchas cosas en una faena sin respiro, en la que primó la ambición sobre la razón y la calidad, pues las nobles y suaves embestidas de "Ayudante"pedían otras cosas. El mexicano cerró su vulgar trasteo con manoletinas, que, sumadas a la gran estocada final en la suerte de recibir, dio paso a la locura general y a las dos orejas.
Ponce poco pudo hacer con el cuarto, un animal claudicante y al que diseñó una faena de enfermero rubricada de un feo metisaca.
Ginés Marín firmó lo mejor de la tarde con el quinto, un toro estrecho de sienes, aleonado y de nobles embestidas, con el que se mostró templado y despejado de ideas.
Citó en la media distancia, templando y ligando en redondo sobre la diestra, manejando bien los tiempos y las alturas a un toro al que acabó rajándose. Hubo bernadinas a modo de broche antes de atascarse con la tizona.
Luis David recibió con una larga cambiada al sexto, un toro con cuajo y remate, alto de agujas. Se le metía por dentro en los viajes sobre la diestra. Pesaba el toro y pesaba la tarde. No se aburrió el torero hidrocálido, buscándole las vueltas al natural, el pitón más potable.
FICHA DEL FESTEJO.- Toros de Montalvo, el primero como sobrero, con cuajo y remate, flojos, nobles, faltos de raza en su conjunto, siendo el tercero y quinto los de mejor nota.
Enrique Ponce: pinchazo y tres descabellos (silencio tras aviso); metisaca (silencio).
Ginés Marín: estocada (silencio); dos pinchazos y estocada trasera (ovación).
Luis David Adame: estocada entera recibiendo (dos orejas); media al encuentro perdiendo la muleta y dos descabello (palmas tras aviso).
La plaza registró media entrada en tarde de temperatura veraniega.
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