Sevilla
Valadez recogió sendas vueltas al ruedo en la Maestranza
Tarde sin trofeos en la primera novillada de abono.
Sevilla. Primera novillada de abono. Se lidiaron novillos de Guadaira, bien presentados pero faltos de raza.
Jesús Enrique Colombo, de nazareno y oro, estocada (silencio); estocada (ovación con saludos).
Leo Valadez, de sangre de toro y oro, estocada, aviso, vuelta tras petición; estocada (vuelta tras petición).
Antonio Catalán «Toñete», de azul marino y oro, estocada (ovación con saludos); tres pinchazos, aviso, casi entera, cuatro descabellos, aviso (silencio).
Se abrió el tramo de temporada reservada a las novilladas en la Maestranza. Y al final hubo más intención que acierto. Faltó motor a los astados y mejor suerte a los jóvenes novilleros, aunque en una tarde de toros en Sevilla siempre aparecen momentos o hechos para valorar la presencia en este marco.
Jesús Enrique Colombo apenas tuvo opciones con un lote de escaso juego. Con el novillo que abría plaza sacó más variedad que lucimiento en el manejo del capote. Dejó un aceptable tercio de banderillas y aunque comenzó pronto en el centro del ruedo la faena a este animal, la escasa raza que presentó el astado minimizó los logros del venezolano, que lo intentó sobre ambas manos aunque al tomar la zurda el utrero se le coló con evidente peligro. Con la espada estuvo muy acertado, dejando ahí lo mejor de su labor. Al cuarto lo recibió con una larga cambiada junto al tercio y se prodigó en verónicas llevadas con suavidad cuando ya el novillo salía suelto de la suerte sin mostrar mayor entrega. Mejor en el tercer par de banderillas, umbral de una faena comenzada con estatuarios, persiguiendo al novillo, que salía suelto. Se vino a menos el animal, y las tandas principalmente sobre la derecha apenas tuvieron trascendencia en los tendidos. Insistió el novillero, al menos animoso, antes de dejar otra certera estocada.
Leo Valadez tuvo mejor suerte con el sorteo de las reses y se llevó dos utreros que, al menos, embistieron, aunque al final se fuesen apagando. Veroniqueó con buen son al segundo de la tarde, bajando la mano y ganando terreno, para dejarle luego una faena aceptable, con mayor transmisión en las tandas que instrumentó sobre la mano derecha. El novillo tuvo buen son, repetía en las embestidas aunque iba con la cara a media altura. Sacó provecho el novillero hidrocálido que la final recetó una buena estocada, aunque la petición de oreja no fue correspondida desde el palco. Estuvo a gusto con el capote ante el quinto, saludó su banderillero Pepín Monge y volvió a estar entonado con la muleta en la mano. Abundó en las tandas sobre la derecha, firme y seguro, por este lado, mientras que arriesgó con la muleta en la zurda, tanto que se llevó una voltereta. No se inmutó y volvió muy animoso a la cara de su oponente. Cerró con manoletinas y repitió con acierto en la suerte suprema, nueva estocada de efecto rápido, otra vez, petición de oreja y otra vez no conseguida desde el palco.
Toñete sólo pudo mostrar que posee buen corte ante el tercero del encierro, que fue un opositor a los intentos de sacarle faena, se acabó muy pronto el animal y al madrileño sólo le cupo insistir y mostrarse animoso, planteando una faena que no podría hacerse realidad. El sexto se desplazó algo más, aunque le faltó entrega y humillación. Se agarró a lo primero el novillero para sacarle una faena más meritoria que lucida y que en esta ocasión llegó tarde a los aciertos anteriores con la espada.
No fue entretenida la primera novillada de la temporada en Sevilla. Y como esto no ha hecho más que empezar esperemos mejores logros en las venideras.
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