Elecciones en Estados Unidos

Back to the basics

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Los hermanos Coen decidieron volver a los principios del Western tradicional con el magnífico remake de Valor de Ley. Mi colega Aarón Rodríguez, experto en el cine y en el análisis de la comunicación me dijo, “los americanos están volviendo a los fundamentos”. El último número de la revista Time incluye un extenso suplemento titulado “Let,s talk about the issues”, para recordar a los votantes que después del 8 de noviembre los Estados Unidos deberán acometer unos desafíos que traspasan la frontera de los debates electorales. Y se adentran en el violento territorio de la realidad, donde el progreso y las libertades de los americanos, no pueden quedar en manos de una política internacional tuerta, de un orden populista o una justicia adolescente.

La excepcionalidad de Estados Unidos, a la cual se refiere Hillary Clinton en la columna publicada también en la revista Time, no está en explorar el espacio y llegar a Marte, ni en su capacidad de destrucción, ni en sus Late Night Shows. Está en la fortaleza de sus principios liberales y democráticos. Pero además de esta fortaleza, la consistencia de su política exterior se encuentra soportada por la investigación y los análisis que elaboran grupos de expertos en diferentes áreas.

Cuando el decano de la Fletcher School, el almirante James Stavridis propone (en Time) una doble estrategia de disuasión y diálogo con Irán que no olvide los riesgos que sigue proyectando el régimen chiita, está proponiendo una vuelta a los fundamentos del equilibrio entre el sunismo y el chiismo en la región. Lo cual plantea la hipótesis de que el apoyo a las Monarquías de Golfo podría verse probablemente reforzado, si hubiera un compromiso de reducir la violencia y el rigor religioso.

Cuando el especialista en Oriente Medio, Mark Thompson, recuerda que a la derrota del ISIS le sucederá la necesidad de reconstruir Irak del norte y Siria con ayuda humanitaria urgente y multilateral, está trasladando la idea de que los fundamentos de unPlan Marshall para la región no deben centrarse en grandes proyectos de infraestructuras, sino en una estrategia de poder blando que alcance a la sociedad y sea reconocible por ella. Para no caer en los mismos errores, en el mismo lugar.

Cuando el Director del Centro Contraterrorista de Estados Unidos, Nicholas Rasmussen afirma que cada vez es más difícil para los grupos terroristas organizar un ataque en Estados Unidos pero advierte de la amenaza de captación de jóvenes en las sociedades occidentales, comparte con los aliados y con el mundo criminal dos convicciones: que la guerra contra el terrorismo se está ganando y que las libertades se fundamentan en la seguridad.

Back to the basics, diría Aarón Rodríguez.