Momento roscón

Aprovechando que es siete de enero, y sábado, seguro que a más de uno le ha salido la vena deportista –de repente– y se ha puesto a correr. El Facebook se siente nostálgico, se han cambiado los posts sentimentales despidiendo el año y las fotos del salón lleno de regalos por las deportivas y el running mañanero acompañado de un ‹‹saliendo a correr para quemar los excesos navideños #VamosQueNosVamos››.

Mientras unos corren, otros recogen los decorados que nos han acompañado durante estos días. Y ya de paso otra foto para Facebook ‹‹recogiendo los adornitos –emoticono cara triste–›› y así se demuestra lo ordenados e impolutos que somos.

No es para menos que muchos decidan poner punto y final al buen comer –y mala digestión– de estas fechas, que a nadie le amarga un dulce y menos en Navidad. El propósito de año nuevo del español medio era, es y será siempre el mismo: ‹‹adelgazar››. El del español alto no, pues sigue en sus tragaldabas, mariscadas y atracones sin remedio, que para eso es ‹‹de la alta›› y que se note.

En La Bañeza, aparte de buena gastronomía, invitan al roscón y de qué manera. Una confitería ha introducido un premio de 8000 euros en el interior de uno de sus roscones y la incertidumbre se ha desatado. ‹‹¿Será el mío?››, se preguntan estos leoneses, cuyo propósito de año nuevo lo tienen bien definido desde 2009, que empezó esta tradición: ‹‹Que sea mi roscón el agraciado, por favor››. Y no solo en León se predica este anhelo, sino que se extiende a lo largo y ancho de nuestra geografía peninsular, pues traspasan fronteras. Incluso han viajado hasta Indonesia, hacia Oriente, el lugar de los Reyes Magos.

La Navidad deja muchos momentos que desaparecen a su paso, pero que tu roscón tenga 8000 euros queda marcado. Quizás lo bueno de Facebook es que de aquí a un año te mostrará lo que estabas haciendo y, probablemente, sea lo mismo: correr, recoger...pero con un año más.