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La inesperada reunión de Guns N’ Roses

La banda californiana aterriza en el Vicente Calderón con parte de su formación original y unos resultados bastante correctos por lo comprobado en la gira hasta la fecha

Axl Rose, vocalista de la banda, el pasado martes en el concierto que ofrecieron en Bilbao
Axl Rose, vocalista de la banda, el pasado martes en el concierto que ofrecieron en Bilbaolarazon

El Not In This Lifetime Tour llega a Madrid y será una buena oportunidad de calibrar in situ si este retorno a los orígenes es algo que deba ser tomado en serio.

En 1987 Guns N’ Roses decía hola al mundo al grito de bienvenidos a la jungla, una de las canciones que mejor han descrito el monstruo de asfalto que era el Los Ángeles de finales de los 80. Lo que vino después de eso es historia, quizá la última gran banda de rock duro en marcar una época, con permiso de Metallica, antes de la llegada de Nirvana y el grunge. Ahora, tras una historia turbulenta y disputas que han durado más de una década, el grupo está de vuelta en los escenarios con tres de sus estrellas principales (Axl Rose, Slash y Duff McKagan). El Not In This Lifetime Tour llega a Madrid y será una buena oportunidad de calibrar in situ si este retorno a los orígenes es algo que deba ser tomado en serio.

► Hierba y chicas guapas

En la canción que cerraba la cara A del primer álbum de Guns N’Roses, titulada «Paradise City», los norteamericanos fantaseaban con un paraíso en el que las chicas eran guapas y la hierba verde. Un anhelo que provenía de la necesidad más absoluta de escapar de la realidad. Antes de convertirse en un fenómeno de masas, el quinteto original que grabó el legendario «Appetite For Destruction» (uno de los trabajos más vendidos de la historia, con más de 30 millones de copias) malvivía esperando su gran oportunidad. Muchas de las canciones del disco giran alrededor de ese malditismo y de la vida callejera en Los Ángeles. «Nightrain» y «Mr. Brownstone» hablan sin tapujos sobre tratos con camellos, el mono y la heroína, el día a día de la banda a mediados de los ochenta. Una historia de excesos que acabaría pasando factura más adelante. Ahora bien, antes de eso, Guns N’ Roses vivió sus días dorados. La formación de esa época es la mejor: el nervio punk de Steven Adler (batería) y Duff McKagan (bajista), la guitarra rítmica stoniana de Izzy Stradlin, los riffs serpenteantes y sucios y el sombrero de copa de Slash, y la capacidad vocal camaleónica y salvaje de un Axl Rose aún en plenitud –en la era previa a internet, muchos fans llegaron a pensar que el grupo tenía varios cantantes a causa de los diferentes timbres de voz de Rose–. El estado de gracia quedó registrado para siempre en un memorable concierto celebrado el 2 de febrero de 1988 en la sala Ritz de Nueva York (editado en DVD). Solo unos meses después de ese concierto, apareció «G N’ R Lies», un álbum de resaca que recopilaba canciones en directo inéditas (entre ellas, dos reveladoras versiones de Aerosmith y Rose Tattoo) y una serie de temas acústicos que dejaban clara su versatilidad («Patience», «Used To Loved Her» y «One In A Million», clásicos de su repertorio).

► Usando la ilusión

Es un paradoja, pero cuando Guns N’ Roses tocaron el cielo, fue el principio del fin. Tres años después de «G N’ R Lies», se atrevieron con un par de álbumes dobles bajo el nombre de «Use Your Illusion» (más de 20 millones de ejemplares vendidos) que plantaron cara al mismísimo «Nevermind» de Nirvana. Los discos eran excelentes y más allá del rock duro marca de la casa abrieron el abanico de estilos para la banda: aires sureños, devaneos con la música pop o baladas radiofónicas de muchos quilates con arreglos de cuerda. Pero en la grabación ya empezaron los problemas. Adler fue expulsado por sus problemas con las drogas. Y después de la salida de los dos volúmenes de «Use Your Illusion», Izzy Stradlin abandonó el barco tras desengancharse de sus adicciones debido al cansancio y a las disputas con Axl Rose (diagnosticado como un maníaco depresivo) y Slash (alcohólico y adicto a las anfetaminas). Con ese panorama, el grupo inició una gira mundial suicida de dos años que acabó por precipitar el final de su primera y mejor época. Agotó física y mentalmente al grupo. Una era que finalizó con un descafeinado disco de versiones titulado «The Spaghetti Incident?» y con la voz de Rose dañada a causa del sobresfuerzo. Tras la edición de «The Spaghetti Incident?» se inicia su periodo más oscuro. Poco a poco, la banda se disuelve con la marcha de casi todos los miembros fundadores. Duff McKagan y Slash, tras poner en marcha proyectos en solitario, crean, en 2002, unos Guns N’Roses 2.0 con el nombre de Velvet Revolver pero sin Axl Rose y con Scott Weiland de Stone Temple Pilots en las tareas vocales. Mientras tanto, Rose se queda solo y anuncia la salida de un disco que tardó tantos años en salir, unos diez, que decidió bautizarlo con sorna bajo el nombre de «Chinese Democracy».

A principios de la década pasada, Guns N’ Roses empieza a girar con un Rose decadente al frente acompañado de músicos mercenarios. En 2012 la formación original del grupo, más el batería Matt Sorum y el teclista Dizzy Reed, entran a formar parte del Rock and Roll Hall of Fame. Todos acuden a la ceremonia menos Rose, que publica una nota en Facebook reconociendo que sus disputas con el resto de miembros siguen abiertas. Cuatro años después, cuando los fans habían perdido la esperanza, el festival Coachella y un generoso cheque consiguió que Slash, McKagan y Rose resolvieran las diferencias. El 16 de abril de 2016 se obró el milagro de verlos otra vez juntos en directo. Y esa gira, titulada como Not In This Lifetime Tour, les trae ahora a Madrid. La pregunta es, ¿habrá nuevo disco con la alineación original?

► Dónde: Estadio Vicente Calderón. Madrid.

► Cuándo: el domingo, 4 a las 20:00 horas.

► Cuánto: entradas agotadas.