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Baño de Hamilton

Nico Rosberg, va de error en error y además, en esta ocasión, su equipo de ingenieros no le ha hecho un favor precisamente

Lewis Hamilton celebra su triunfo en el Gran Premio de Silverstone, en Reino Unido.
Lewis Hamilton celebra su triunfo en el Gran Premio de Silverstone, en Reino Unido.larazon

El Gran Premio de Gran Bretaña recuperó su esencia por completo en apenas unos minutos. La incertidumbre que crea la meteorología en este escenario provocó una carrera repleta de dudas, decisiones acertadas y otras no tanto, y salidas de pista y enfrentamientos en los que se vio el verdadero nivel de conducción de cada piloto. Y es en esta clase de batallas en las que se curten los campeones y, desde luego, Hamilton dio toda una lección a su compañero Rosberg que, una vez más, «desapareció» con la lluvia y la pista mojada a la que se enfrentaron los pilotos en la primera mitad del combate.

La prueba empezó neutralizada con el coche de seguridad por delante. El enorme chaparrón caído minutos antes de las 14:00 complicó el estado de la pista, pero al fin y al cabo, existen los neumáticos de lluvia extrema y los monoplazas y los pilotos están lo suficientemente bien preparados como para rodar en estas condiciones tan duras. Pero la dirección de carrera no quiso asumir riesgos (sin duda, todavía pesa aquella grúa en Japón que meses después acabó con la vida de Bianchi) y hasta la quinta vuelta no se dio la salida definitiva.

Hamilton tomó el mando y a pesar de las dificultades, nadie le inquietó. Ni siquiera con el primer movimiento táctico de sus rivales, ya que muchos pilotos colocaron neumáticos intermedios nada más irse el coche de seguridad. Sin embargo, la decisión fue precipitada porque realmente la pista no estaba todavía para esa clase de ruedas. Lo estuvo minutos después, y los de arriba aprovecharon una situación de coche de seguridad virtual para sustituirlos. Apenas perdieron tiempo y los Mercedes lideraron la prueba sin problemas aparentes. Hamilton, en cabeza, fue a lo suyo y, por detrás, Rosberg se las vio con Verstappen y sus 18 años. La pista todavía estaba muy complicada ya que, fuera de la trazada, todavía existían zonas con agua. Y el alemán no aguantó la presión del piloto de Red Bull y fue superado. Más tarde, aprovechando la superioridad técnica del Mercedes, recuperó el segundo puesto hasta que se produjo la polémica del día. La caja de cambios de Rosberg daba problemas con la séptima marcha y reportó este inconveniente a través de la radio. Sus ingenieros le ofrecieron una solución, que pasara de sexta a octava marcha dando doble «click» en la leva que engrana las velocidades. Parece una perogrullada, pero esta clase de mensajes están prohibidos por el reglamento, lo que provocó una investigación por parte de la FIA. Finalmente, Rosberg fue castigado con 10 segundos, lo que le llevó a intercambiar su posición con Verstappen y acabar tercero.

Por su parte, Carlos Sainz volvió a marcarse un carrerón. Cruzó la línea de meta en octavo lugar y dejó una vez más, su particular sello de piloto rápido y metódico. Alonso no tuvo un buen fin de semana, a pesar de que en Inglaterra se anunciaron varias mejoras de McLaren y Honda. Pero nada de nada. Ni siquiera la lluvia inicial le permitió escalar posiciones. Terminó decimotercero y con la sospecha de que todo seguirá igual hasta final de año.