Infraestructuras ferroviarias

Arabia impuso las nuevas condiciones para finalizar la obra del AVE a la Meca

Amenazó al consorcio español con un arbitraje si no aceptaba los 150 millones por los sobrecostes y el plazo extra de 14 meses. El contrato pendió de un hilo en octubre, tras la visita a España de una delegación saudí

Cómo se reparte el contrato
Cómo se reparte el contratolarazon

Amenazó al consorcio español con un arbitraje si no aceptaba los 150 millones por los sobrecostes y el plazo extra de 14 meses. El contrato pendió de un hilo en octubre, tras la visita a España de una delegación saudí

Poco faltó el pasado mes de octubre para que el contrato del consorcio español que construye la línea de alta velocidad ferroviaria entre las ciudades saudíes de Medina y La Meca descarrilase. Aunque al final ambas partes llegaron a un acuerdo para modificar las condiciones originales del contrato en vista de las dificultades que han ido surgiendo para ejecutar el proyecto, la realidad es que más que una negociación, lo que hubo es una imposición de sus condiciones de la Saudi Railway Organization (SRO), la compañía ferroviaria saudí que contrató la obra, según explican a este periódico fuentes del consorcio en el que participan doce empresas españolas como OHL, Renfe, Adif, Ineco, Copasa o ACS.

El referido mes de octubre, Rumaih Mohammed Al-Rumaih, presidente de la SRO, viajó a España para tratar las reclamaciones de más tiempo y más dinero que venían haciendo desde meses atrás las compañías que integran el consorcio. Las empresas españolas, encargadas de la fase dos del proyecto, querían extender los plazos de la obra ante los retrasos acumulados por el consorcio chino-saudí encargado de la fase uno, la construcción de la plataforma sobre la que tienden las vías las compañías españolas. Además, reclamaban a Arabia Saudí el abono de una serie de sobrecostes por los imprevistos surgidos en el transcurso de los trabajos.

Negativa inicial

Inicialmente, el país árabe se negó a conceder más fondos porque, como explican las fuentes, «el contrato original no contemplaba el pago de sobrecostes». Además, en una situación de estrecheces presupuestarias por la caída del precio del petróleo, Riad no estaba dispuesto a disparar el precio de su AVE. No obstante, Arabia finalmente se avino a buscar una solución «global» para todos los problemas del proyecto. En su visita, Al-Rumaih propuso al consorcio que renunciase a la indemnización a que tenía derecho en caso de que las obras excedieran 70 meses del plazo inicial previsto por motivos ajenos a su responsabilidad. «En aquellos días se habló de que había un principio de acuerdo pendiente de flecos para su firma, pero la realidad es que la negativa del consorcio a renunciar a esta indemnización indignó de tal modo a los saudís que se estuvo el borde de la ruptura», explican las fuentes consultadas.

Para reconducir la situación, el entonces presidente de Renfe y máximo responsable del consorcio, Pablo Vázquez, voló en noviembre hasta Riad para entrevistarse con las autoridades saudíes. Lo que trajo a su vuelta fue un preacuerdo, denominado «Supplementary Agreement», por el que la SRO estaba dispuesta a pagar unos sobrecostes de 150 millones de euros y a ampliar el plazo para terminar la obra en 14 meses. Algunos miembros del consorcio mostraron su malestar por el pacto al considerar que la cifra pactada no alcanzaba ni de lejos para cubrir los imprevistos, lo que dificultaba mucho la rentabilidad del corredor. Pero lo cierto es que Vázquez se trajo de Arabia lo mejor que le ofrecieron sus autoridades. «Era eso o un arbitraje al estilo al de Sacyr con el Canal de Panamá que podría dilatarse varios años y de resultado incierto, lo que podría haber terminado por empeorar todavía más el acuerdo», explican las fuentes. En esa tesitura, las empresas integrantes del consorcio prefirieron agarrarse a aquello de que más vale un mal acuerdo que un buen pleito, por lo que terminaron por aceptar el acuerdo, que las autoridades de Riad ratificaron el pasado mes de enero. El pacto, además de los sobrecostes y la prórroga de 14 meses para finalizar las obras, reconoce que los retrasos en los trabajos son achacables a la demora de la fase uno, de la que se encarga el consorcio chino-saudí. De este modo, las empresas españolas quedarían eximidas de la penalización por retraso que fija el contrato.

Aunque tras el acuerdo la fecha oficial de conclusión de las obras se ha fijado para finales de este año, algún tramo podría inaugurarse este mismo verano. A finales de año, el director de proyecto de la línea, Bassam Ghulman, declaró en un acto institucional que la puesta en marcha de corredor será progresiva, de modo que algunos tramos podrían estar en servicio en los próximos meses.

El consorcio español Al Shoula se adjudicó la fase dos del proyecto del AVE a La Meca en 2011 por 6.700 millones. Este encargo comprende la colocación de las vías, la superestructura (electrificación, seguridad, comunicaciones y otros sistemas), la explotación y el material rodante.

EL MEGACONTRATO DE NAVANTIA

El nuevo presidente de Navantia, Esteban García Vilasánchez, ha viajado a Arabia Saudí, en el que es su primer viaje al extranjero como responsable de la compañía, para trasladar a las autoridades saudíes su compromiso con la consecución del contrato para la construcción y el mantenimiento de cinco corbetas, según informó el grupo. Vilasánchez mantendrá varios encuentros con altos representantes de la Marina y el Ministerio de Defensa saudí, que han confirmado el máximo interés para cerrar el contrato de las corbetas. Su construcción, valorada en 2.000 millones de euros, se produciría en Cádiz y Ferrol, y supondría alrededor de siete millones de horas de trabajo.