El precio de los carburantes

La OPEP pierde su dominio del mercado

De los aproximadamente 97 millones de barriles de petróleo que se producen cada día, de los países del cártel procedenunos 33 millones. Es decir, un 34%

Arabia Saudí y Rusia, con 10 millones de barriles diarios, son los principales productores. El pódium lo completaría EE UU, con 9,3 millones de barriles al día
Arabia Saudí y Rusia, con 10 millones de barriles diarios, son los principales productores. El pódium lo completaría EE UU, con 9,3 millones de barriles al díalarazon

De los aproximadamente 97 millones de barriles de petróleo que se producen cada día, de los países del cártel procedenunos 33 millones. Es decir, un 34%

Que el anuncio de la OPEP de prorrogar los recortes de producción de petróleo hasta marzo de 2018 no impidiera que el precio del crudo continuara en descenso no es sino una prueba evidente de que el cártel ha perdido su dominio del mercado petrolero.

La extensión de los recortes y la caída de los inventarios en los últimos dos meses no han sido suficientes para evitar una caída del 15% del Brent. Aunque es verdad que el recorte de la producción permitió recuperar los 50 dólares, desde los 27 dólares de principios del pasado año, «el ritmo de reducción de los inventarios ha sido decepcionante y el foco de atención se centra en 2018». Expertos de Fidentiis Gestión explican que el fin de los recortes en el primer trimestre junto con la nueva producción americana anticipa un exceso de oferta importante. «La estrategia de la OPEC ha fracasado. No ha conseguido normalizar rápido los inventarios ni invertir la curva de precios. La curva ha perdido la poca inversión que tenía y ha vuelto a tomar pendiente positiva trasladándose en paralelo a la baja».

Desde Fidentiis Gestión aseguran que las restricciones de producción son insuficientes para tener un impacto significativo en los precios del petróleo y que, además, la OPEP ha perdido su poder para influir en los precios y en el control de los inventarios a corto plazo. Y destacan que el año pasado, ante la bajada de la producción mundial, los países del cártel aumentaron sus inventarios, dando lugar a un exceso de capacidad que ha contribuido a que los precios del crudo no hayan conseguido subir lo suficiente y, por ende, a que el objetivo de la OPEP haya fracasado.

El 34% de la producción mundial de petróleo procede de la OPEP. Y es que de los aproximadamente 97 millones de barriles que se producen cada día, a los países del cártel les corresponden unos 33 millones. Sin embargo, el porcentaje de producción en manos del club llegó a situarse en el 40%.

Arabia Saudí y Rusia, con unos 10 millones de barriles diarios, son hoy en día los principales productores de petróleo. El pódium lo completaría Estados Unidos, que con unos 9,3 millones de barriles al día se sitúa en la tercera posición del ranking mundial. Es más, ha sido la producción de petróleo no convencional en EE UU lo que ha revolucionado el mercado en los últimos años y lo que ha hundido el barril de Brent hasta los 50 dólares, muy por debajo de los 120 «billetes verdes» a los que llegó a cotizar antaño.

La pérdida de control del mercado por parte de la OPEP originará «una clara incertidumbre para determinar el precio de equilibrio». Fuentes de Fidentiis Gestión sostienen que dado que los precios han estado entre los 50 y los 55 dólares durante el primer trimestre, impulsados por los recortes anunciados por la OPEP en noviembre, EE UU volvió a incrementar sus planes de exploración, aumentando plataformas y subiendo su producción hasta los casi 9,5 millones de barriles diarios. «Con esto, no sólo han terminado con el impacto de la reducción de producción de la OPEP sino que han ido desplazando a estos la importancia que antes tenían en precio y en volumen».

En noviembre, por primera vez en ocho años, los países productores acordaron reducir la oferta en aras de hinchar los precios. Y si bien es cierto que la estrategia funcionó a corto plazo, también lo es que el auge del fracking en EE UU y el incremento de la producción en países como Libia han contrarrestado los efectos y han vuelto a sumergir el barril por debajo de los 50 dólares.

La OPEP cree que la demanda aumentará y que la producción estadounidense –si el barril continúa en estos niveles– puede tener dificultades para crecer al ritmo marcado desde el pasado mes de octubre. Mientras que algunos expertos consultados afirman que ese nivel de precios resulta rentable para los métodos de producción no convencionales, Ole Hansen muestra su conformidad con la tesis que respalda el cártel, pero añade que la clave es que el crecimiento de la demanda sigue siendo fuerte. Y a la hora de analizar los principales factores que pueden hacer caer el precio del petróleo en la actualidad, por el lado de los productores, destaca la cantidad de suministro y la falta de entendimiento para frenarlo. Por el lado de los demanda, resaltaría unas perspectivas de crecimiento económico más débiles para los grandes consumidores mundiales, como China y EE UU.

¿Escasez?

El petróleo podría «escasear» en 2020 si no se realizan inversiones que miren al largo plazo. Al menos, según la opinión de algunos analistas. Desde Fidentiis Gestión detallan que la demanda de crudo crece en función del crecimiento de la población, y no dependiendo del crecimiento económico. «Con una población creciendo de forma constante, si no se aprobaran proyectos nuevos e inversiones adicionales, la capacidad de la oferta podría bajar hasta un 20% en el periodo comprendido entre los próximos cinco a siete años». Por ello, agregan basándose en diferentes estudios, con la producción actual y con los precios en este rango sin inversiones adicionales el crecimiento de la oferta podría provocar una fuerte subida de los precios a largo plazo.

La Agencia Internacional de la Energía advirtió de que con el hundimiento del precio a la mitad las grandes petroleras debieron reducir los costes porque sufrían dificultades financieras y no podían continuar con sus programas de inversión. De hecho, las inversiones cayeron en torno al 40% en apenas dos años. No obstante, fuentes consultadas apuntan que la paulatina descarbonización de las economías reducirá la demanda, lo que hace que las empresas muestren cautela. «Realizan inversiones a corto plazo para poder rentabilizarlas en periodos mucho más breves. En el pasado, invertían con unos horizontes de recuperación a 15-20 años», puntualizan.