Podemos

El día en que Podemos llamó a la puerta de la Iglesia

Las monjas «activistas» buscan reclutar a díscolos del Vaticano

Teresa Forcades y Lucía Caram
Teresa Forcades y Lucía Caramlarazon

Mientras sor Lucía Caram mantiene el pulso con la jerarquía eclesial y busca apoyos para su causa entre díscolos de la Iglesia, Teresa Forcades, que tiene en Hugo Chávez a uno de su referentes, mantiene un perfil más bajo, aunque preocupa más a los obispos. Lucía y Teresa. Caram y Forcades. Ambas monjas, la primera dominica en Manresa y la segunda benedictina en Montserrat. De clausura; de vida contemplativa. Las dos han sido protagonistas en la última semana por su irrupción en la campaña electoral tras hacer oídos sordos a los consejos, algunos desde el Vaticano, que les instaban a moderar su actividad pública. Primero fue Forcades, que se mostró dispuesta incluso a colgar los hábitos temporalmente para liderar una candidatura de integración de izquierdas e independentista –Podemos, CUP e ICV– de cara a las elecciones a la Generalitat de Cataluña, previstas por Artur Mas para el próximo 27 de septiembre. Y luego Caram, al participar en un acto con el propio Mas, del que se ha declarado «enamorada», y Trías, candidato a la alcaldía de Barcelona, en plena campaña electoral.

Aunque son casos diferentes, tanto en opciones políticas como en aspiraciones, preocupan, y mucho, a obispos y responsables de sus congregaciones, como así lo han confirmado a LA RAZÓN varios prelados. Uno de ellos, que afirma que «ya era hora de que les llamasen la atención», añade que «no tendrían tanto protagonismo si no llevasen hábito». «Si dicen lo que están diciendo sin hábito, nadie les haría caso; podrían pasar por un político más con coleta». Otro explica que lo más preocupante es lo que atañe a Forcades, pues si mantiene sus intenciones de entrar en política «sí sería un problema». «En el caso de sor Lucía me temo que es una cuestión de protagonismo».

Dentro de la congregación de esta última opinan lo mismo. Fuentes de la Orden de los Predicadores, de la que depende el monasterio de Manresa, reconocen que hay división a la hora de valorar lo que hace Caram: «Como cualquier personaje público tiene sus seguidores y detractores. Eso sí, está demasiado expuesta a los medios y a veces no calcula sus actos». Según esta misma fuente, lo que más «chirría» dentro de la orden son sus declaraciones políticas más que sus opiniones sobre temas eclesiales o evangélicos o que «saque tanto tiempo para vivir fuera del monasterio», pues parece más una monja de vida activa que contemplativa. «Comunica bien y da titulares, eso vende. Es muy fácil crearse un personaje, incluso tentador, y encima con hábito...». Al parecer, al igual que la Santa Sede, el Maestro de la Orden le ha pedido que viviera su vocación con más discreción.

Precisamente, una religiosa de su orden, pero en un monasterio de Toro (Zamora), cargó el jueves contra la actitud de Caram. Sor María Dolores Pérez le recriminó que utilice el hábito con fines políticos. «Es la opinión que yo personalmente y muchas tenemos, y nos da rabia, porque ahora aprovecha el tirón que tiene para escribir libros de cocina y luego dice que su comunidad le apoya. La gente no sabe que su comunidad son cuatro: ella y otras tres», explicó a Servimedia.

Esta religiosa cree que hay muchas monjas, entre ellas el más de un millar de dominicas, que trabajan y ayudan a los demás y no salen en las noticias. También señala que las de vida contemplativa necesitan un lugar adecuado para vivir su vocación: «Somos de clausura y de contemplación y necesitamos un espacio, un ecosistema, para poder tener este clima de oración. No se puede estar fuera y orar contemplativamente». Ante esta oposición, y según ha podido saber LA RAZÓN, la monja está buscando apoyos entre personas de la Iglesia que comparten sus ideas, algunas de ellas considerados díscolas, para hacer frente a la jerarquía y sus advertencias. Logre sus objetivos o no, lo cierto es que Caram nunca ha pasado desapercibida. Una de las plataformas a través de las que más se hace oír es la Fundación Rosa Oriol, desde donde trabaja en la noble causa contra la pobreza. Entidad de la que es vicepresidenta la mujer de Artur Mas y en la que también participa su buena amiga y periodista Pilar Rahola.

Pero el camino de Caram no comenzó ahí, sino en su Argentina natal, concretamente en Tucumán, donde creció en una familia religiosa y tradicional, que luego se vincularía al Opus Dei. No le gustaba esta opción de su familia y optó por las dominicas de su colegio, éstas de vida activa, aunque no acabaron por llenarle y vio su futuro en Manresa, en una «comunidad abierta». Tanto que, como ella explicaba en una entrevista en TV3, cuando llegó a su habitación no tenía ni la tradicional Biblia, la Liturgia de las Horas o el horario, sino un curso de catalán en casette. Sin embargo, no fue el «Digi, Digi», así se llamaba el método, la que la sumó a la causa del derecho a decidir de Cataluña, sino Carod Rovira, al que tiene en su agenda telefónica junto a José Bono, Pablo Iglesias o Isidro Fainé. De hecho, participó en la consulta del pasado 9 de noviembre, tal y como lo atestigua una fotografía que ella misma difundió junto a una hermana de comunidad.

Aunque muestra una debilidad especial por CiU y por Mas, repite una y otra vez que ella no quiere ni va a entrar en política, aunque le han hecho ofertas. Cuando nació el movimiento de Podemos, gente de Pablo Iglesias la llamó para que se embarcara en el proyecto. Su respuesta fue negativa, pues prefería seguir trabajando «en la calle».

La que sí se ha subido al barco de Podemos, también Ganemos, es Forcades, que ha apoyado públicamente a Ada Colau. Descubrió su vocación religiosa en el monasterio donde vive hoy, a donde llegó, tras haber estudiado medicina, para preparar una especie de MIR del que se examinaría en Estados Unidos. De hecho, se dio a conocer por un asunto de salud pública. Fue en 2009, en el marco de la crisis mundial por la Gripe A. Forcades denunció entonces una conspiración entre la OMS y empresas farmacéuticas para crear una alerta que no era tal y así hacer negocio con las vacunas. Ése fue el bautizo mediático de la benedictina, que más tarde llamaría la atención al alabar a Hugo Chávez por defender abiertamente el aborto o la independencia de Cataluña. Sobre este último aspecto, llegó a decir en una entrevista en «Religión Digital» que los problemas de Cataluña son consecuencia de que «no es un estado soberano». De hecho, cree que debe proclamarse la independencia de forma unilateral.

Se considera republicana, además de ver en la Venezuela de Chávez «lo que necesitamos en España, en Cataluña y a nivel mundial». «Se le acusa de dictador, eso es totalmente falso, es contrario a los hechos. Él es el líder que ha pasado por más validaciones democráticas», añade, para reconocer que se ha emocionado con algunos de sus discursos y decir de él que «no había ningún líder europeo con más cultura». Ahora que Chávez no está, la religiosa «reza para que no se tiren atrás los logros de la revolución». La última es formar parte de una plataforma independentista, Procés Constituent, de la que puede salir una candidatura a la Generalitat que ella estaría dispuesta a liderar. Parece que desde la Iglesia no lo van a permitir y que, si no hace caso a las advertencias previas, se tomarán medidas como la exclaustración, o lo que es lo mismo, su expulsión de su orden. Habrá que esperar a que Mas convoque las elecciones.

Caram y Forcades. Forcades y Caram. Dos monjas de clausura que han entrado en campaña y que parecen seguir queriendo echar un pulso a la jerarquía eclesial.