Cataluña

Moncloa recuerda que el president también está sometido a la Ley

El ministro de Justicia, Rafael Catalá
El ministro de Justicia, Rafael Catalálarazon

El Gobierno cree que Artur Mas es un político «quemado». Con un balance «pésimo», dinamitar su partido y ponerse en manos de Esquerra y de la izquierda más radical. Y a esto suman las dudas sobre su futuro penal tras la decisión del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña de citarle a declarar como imputado. Si Mariano Rajoy ofreció el lunes diálogo al nuevo Gobierno catalán que surja de las negociaciones, desde Moncloa puntualizan que a Mas no le ven como interlocutor viable de ese diálogo. No por vetos de Madrid, sino porque en la pasada Legislatura ya demostró su cerrazón a moverse ni un milímetro de su exigencia de negociar la ruptura del marco legal y de convivencia. «Ya se intentó en el pasado, y con Mas hay poco que hablar. Aunque estemos obligados a tender la mano. No puedes dialogar con quien no quiere», advierten.

Ayer, el ministro de Justicia, Rafael Catalá, precisó que la imputación no se produjo antes para no interferir en los comicios: «Creo que lo que ha tomado en consideración el TSJC es no haber interferido en el proceso electoral y no haber llevado este tipo de actuación a las últimas semanas, donde sí hubiera podido haber cierta contaminación de un proceso judicial y electoral». Por su parte, el portavoz del PP en el Congreso, Rafael Hernando, dijo que su imputación no le beneficia «para nada» en su lucha por ser de nuevo el president. Desde el Gobierno complementaron estas declaraciones con la advertencia de que Mas está sometido al imperio de la ley, igual que cualquier otro político o ciudadano.