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Margarita Robles: «Las presiones de fuera no harán cambiar de posición al PSOE ante Rajoy»

Margarita Robles / Número 2 de Sánchez y magistrada.. Arremete contra todo y contra todos: Rajoy, Lesmes, Ciudadanos, Puigdemont... Defiende sin fisuras a su «líder», pero no se «moja» sobre qué hará en la investidura, ni si intentará formar Gobierno si fracasa Rajoy.

Margarita Robles
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Margarita Robles, número 2 de Sánchez y magistrada. Arremete contra todo y contra todos: Rajoy, Lesmes, Ciudadanos, Puigdemont... Defiende sin fisuras a su «líder», pero no se «moja» sobre qué hará en la investidura, ni si intentará formar Gobierno si fracasa Rajoy.

–¿Le sorprendió la decisión de la Comisión Permanente del Consejo General del Poder Judicial de rechazar su recurso contra la pérdida de su condición de magistrada del Supremo?

–No me sorprendió. Es un tema personal, que me parece una cuestión de principios. Había pedido que el presidente del CGPJ, Carlos Lesmes, se abstuviera, pero éste, con unos argumentos que no se corresponden con la realidad, no lo hizo. Se ha confirmado una decisión que considero que es manifiestamente contraria a Derecho.

–¿Por qué dice que Lesmes utilizó argumentos que no se corresponden con la realidad?

–Porque en un acuerdo que dictó, al que no dio ninguna publicidad, dice que no se abstiene, entre otras razones, porque nunca hizo ningún comentario sobre mí, ni como persona, ni como magistrada, ni como vocal del Consejo, cuando todo el mundo sabe que eso no es cierto, porque ante muchísimas personas, incluso algunas con responsabilidades políticas, ha emitido críticas y descalificaciones hacia mi persona.

–¿Por que sostiene que existe una enemistad manifiesta de Carlos Lesmes hacia usted? En todo caso, ¿de dónde vendría?

– En mi opinión, y en la de muchísima gente, es conocida, pública y notoria la enemistad manifiesta del señor Lesmes hacia mí, lo que resulta incomprensible, porque si es presidente del Supremo y del Consejo se debió a que fue elegido, con mi apoyo, magistrado del Tribunal Supremo en el CGPJ, donde yo fui vocal y donde tuve una participación muy importante para que fuese elegido magistrado de ese tribunal, frente a otros candidatos que tenían tantos o más méritos que él, como por ejemplo, José Luis Requero. Quizás esa enemistad pueda provenir del hecho de que durante ocho años fue director general con el Partido Popular.

–Sin embargo, lo ciertos es que hubo una mayoría de vocales, no sólo el presidente, que rechazó su recurso

–Con el debido respeto a todos los vocales, el modelo de Consejo que se instauró con el ministro Gallardón fue presidencialista. Y, al igual que ha ocurrido con la Ley de Tasas, confió en que el Tribunal Constitucional, ante el recurso que presentó el PSOE, también declare la inconstitucionalidad de este modelo. Es importante tener en cuenta que el modelo de Consejo, absolutamente presidencialista, partió de una comisión de trabajo en la que, entre otros miembros, estaba el actual presidente, Carlos Lesmes, que por ese trabajo recibió la más alta condecoración en el mundo de la Justicia, la Gran Cruz de San Raimundo de Peñafort.

–Cambiemos de tema. Visto cómo está la situación política en nuestro país, ¿se ha arrepentido de dejar el despacho en el Supremo por uno en el Congreso?

–No, en absoluto. Fue una decisión muy reflexionada. Era un reto personal, una manera de comprometerme con los ciudadanos y de manifestar mi voluntad de servicio público. Lo volvería a hacer, sin ninguna duda.

–¿Cómo definiría la actuación del Gobierno catalán y de los partidos independentistas, sobre todo las últimas decisiones encaminadas a un referéndum unilateral de independencia?

–Lo primero es no generalizar Cataluña con lo que hacen el Gobierno y el Parlament. Tanto desde un punto de vista jurídico como político, esas resoluciones son inaceptables, en contra de la decisión del Tribunal Constitucional. Me parece que no están pensando en la ciudadanía de Cataluña, en los problemas que tiene, sino en clave puramente interna: la moción de confianza a la que se someterá Carles Puigdemont. Al presidente de la Generalitat y al Gobierno de Cataluña lo único que les interesa en estos momentos es mantenerse a toda costa en el poder; y los responsables políticos en vez de preocuparse de los problemas de los ciudadanos lo hacen de temas que saben que con el actual marco normativo no pueden salir adelante.

–¿Qué solución puede existir ante este desafío?

–En primer lugar, un responsable político debe cumplir la legalidad, que puede cambiar, pero siempre partiendo de la propia legalidad. Cuando un dirigente político, como sucede en este caso en Cataluña –Puigdemont– se salta las normas está incurriendo, cuando menos, en una grave irresponsabilidad política. Pero también pienso que a los problemas políticos hay que darles soluciones políticas. No soy partidaria de que se acuda al ámbito judicial para resolver los problemas que sean estríctamente políticos.

–¿Quiere decir que lo que está sucediendo con las actuaciones del Gobierno catalán y del Parlament son cuestiones exclusivamente políticas? ¿No afectan también al ámbito judicial?

–En este momento, y hay una ley –la reforma de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional– con la que fui muy crítica en su momento, por la que se le dio unas competencias al TC para hacer cumplir sus resoluciones, y la obligación de cualquier persona, y mucho más si tiene responsabilidad política, es la de acatar esas decisiones, y si no están de acuerdo, recurrirlas, pero lo que tienen que hacer es acatarlas, que es lo que no ha hecho el Parlament. Esto, desde todo punto de vista, es inaceptable.

–En esta situación, con una declaración de la Cámara catalana, ¿el PP debería negociar con un partido que apoya esa «hoja de ruta»?

–El PP ha pactado para la Mesa del Congreso y supongo que podrá dar una explicación a porqué pactó en ese caso. El Gobierno de Rajoy debería explicar por qué fue capaz de negociar con la antigua Convergencia para lograr una mayoría holgada en la Mesa del Parlamento y, sin embargo, no lo ha sido para poner fin a una situación que existe en estos momentos en el Parlament.

–¿Y aceptaría el PSOE negociar con los independentistas si ello le facilitara el Gobierno?

–Creo que el PSOE ha sido muy coherente, porque cuando, después de las elecciones del 20-D, Mariano Rajoy no aceptó el encargo del Jefe del Estado y fue Pedro Sánchez el que lo aceptó y se puso a trabajar en serio, dijo muy claro que no iba a negociar con los independentistas, y no lo hizo. Por tanto, creo que el PSOE ha demostrado su coherencia, lo que no ha hecho el PP, que sí negoció para la Mesa del Congreso.

–Insisto, ¿no negociaría entonces con los independentistas?

–Creo que ese es un planteamiento que no debe hacerse, porque en estos momentos hay un encargo de Su Majestad el Rey dirigido a Mariano Rajoy. Ahora, el paso importante es que Rajoy tiene que presentarse la investidura; que la presidenta del Congreso, Ana Pastor, de la que tengo el mejor concepto como persona seria, rigurosa y responsable, proceda a convocar la sesión de investidura en un plazo razonable, y que Rajoy haga las actuaciones oportunas para formar Gobierno. Poner el foco en el PSOE para que el PP eluda su responsabilidad es algo políticamente inaceptable.

-Albert Rivera planteó un pacto «entre constitucionalistas» para garantizar que se respeten las reglas del juego «frente al reto secesionista que amenaza la estabilidad de España». ¿Sería positivo? ¿El PSOE lo apoyaría?

–En estos momentos, la prioridad es que se fije la sesión de investidura y que el candidato, sin presiones externas, haga todos los esfuerzos para que haya un Gobierno lo antes posible. En estos días, Ciudadanos está diciendo al PSOE lo que tiene que hacer, cuando cada partido tiene que preocuparse de ser responsable, no tratar de dar consejos, y menos tratar de inducir la actuación de otros partidos, y dejar que cada uno, sin presiones, bajo su responsabilidad y por sus órganos competentes decidan lo que es mejor, teniendo en cuenta el interés general. Sería conveniente que Ciudadanos no diese lecciones a los demás partidos sobre lo que tienen que hacer..

–¿Cómo se explica que el PSOE se niegue a negociar con el PP sobre las ocho prioridades que aprobó el Comité Federal para iniciar una negociación de un candidato a la investidura?

–Lo que hay que explicar es que estamos en unas segundas elecciones como consecuencia de que cuando Pedro Sánchez asumió el mandato del Jefe del Estado y llegó a un pacto con Ciudadanos, el PP fue el que dijo «no es no», rechazando un documento suscrito entre PSOE y Ciudadanos, que ahora es el que el PP quiere tomar como base de negociación. Por tanto, el que llevemos ocho meses con un Gobierno en funciones es muy grave, pero si se han producido estas segundas elecciones es porque el PP dijo «no es no» en la propuesta de investidura de Pedro Sánchez. Y esto no se puede olvidar.

–Tras la reunión con el Rey, Pedro Sánchez se mostró convencido de que habría Gobierno a corto plazo. ¿Qué hará el PSOE para que ello sea posible?

–El PSOE no tiene que hacer nada. No sé porqué dijo esa frase, pero lo que está clarísimo es que quien tiene la responsabilidad es el PP. Y por eso me sorprende que quienes descalificaron a Pedro Sánchez porque intentó llegar a un acuerdo con Ciudadanos, quienes se negaron a que este país tuviera un Gobierno –convergieron los intereses del PP con Podemos– y han llevado a unas segundas elecciones, ahora exigan al PSOE lo que ellos no tuvieron de generosidad ni de sentido de Estado.

–Si Ciudadanos girara al «sí» a la investidura de Rajoy, el PSOE se movería a la abstención?

–Reitero que quien tiene que llevar la iniciativa es Mariano Rajoy. No adelantemos acontecimientos ni circunstancias. Lo que pediría es que se deje al PSOE que, a través de sus órganos correspondientes, tome las decisiones que entienda que son mejores para el interés general de los españoles. En estos momentos, hay una decisión tomada por el Comité Federal, y, si en su caso se valorase que tiene que tomarse otra, debería ser el Comité Federal quien la adoptase. Pero esto tiene que ser fruto de la reflexión que haga el PSOE y no de presiones externas.

–-Habla constantemente de que todavía no se conoce si Rajoy se presentará o no a la investidura. ¿Es obligatorio que lo haga, aunque conociera que conociese que no saldría adelante?

–El artículo 99 de la Constitución no deja lugar a dudas. Ha recibido un encargo del Jefe del Estado y lo ha aceptado, y, por tanto, si no presenta a la investidura incumpliría la Constitución. Y si el propio presidente del Gobierno, que es la más alta representatividad institucional de un país no cumple con la Constitución, ¿qué autoridad moral va a tener para plantar cara al desafío de los secesionistas en Cataluña? Jurídicamente, ni siquiera es algo que se pueda discutir.

–¿Sería partidaria de que, si Rajoy fracasa en su investidura, Pedro Sánchez intente formar Gobierno, como le piden algunos dirigentes de su partido?

–No me gusta adelantar acontecimientos. En estos momentos, la responsabilidad incumbe y recae en Rajoy, y de lo que soy partidaria en estos momentos es de que nos diga si se va a presentar o no a la sesión de investidura, y si no lo hace, debería irse. Si se presenta, habrá que darle el tiempo razonable para ganarse los apoyos, en la forma que estime conveniente.

–¿Se sentiría cómoda en un hipotético Gobierno con Podemos?

–Podemos, cuando Pedro Sánchez hizo el pacto con Ciudadanos, se puso en una situación muy similar a la del PP. Creo que Podemos ha contribuido a la situación en la que nos encontramos, sin que todavía haya un Gobierno, y exijo a todas las fuerzas políticas, y más a las que se presentan como «nuevas» e incluso dando ciertas lecciones a los demás, que asuman sus compromisos, y Podemos no lo hizo en el mes de marzo. A Podemos no le toca dar lecciones de gobernabilidad a nadie y, por supuesto, tampoco al PSOE.

–¿Tiene la impresión de que desde dentro del propio PSOE existe un sector que intenta «hacerle la cama» a Pedro Sánchez?

–No pertenezco al PSOE y, por tanto, no conozco las cuestiones internas. Lo único que puedo decir es que quien ganó las primarias y es secretario general del Partido Socialista es Pedro Sánchez, y, además, no se está apartando ni un ápice de lo que ha dicho el Comité Federal. Por tanto, el secretario general y el Comité Federal del partido están siendo coherentes con lo que es la posición del partido. Si el PSOE decidiera cambiar su posición actual sería como consecuencia de la valoración del propio partido, y no de presiones que puedan haber desde fuera.

–Usted fue número 2 en la candidatura de Madrid. ¿Piensa que Pedro Sánchez es el líder que actualmente necesita el PSOE?

–Es el líder que los militantes socialistas eligieron en unas primarias y eso le da toda la legitimidad del mundo para ser el líder del partido socialista.