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Pedro Sánchez y Susana Díaz: vuelve la guerra del PSOE por las listas

Pedro Sánchez y Susana Díaz: vuelve la guerra del PSOE por las listas
Pedro Sánchez y Susana Díaz: vuelve la guerra del PSOE por las listaslarazon

Mientras ambos colocan a sus afines, Puig considera que si pierden «todo es revisable».

El PSOE vive inmerso en un periodo de entreguerras. Los socialistas cierran filas y firman una suerte de paz de cara a la galería y a las próximas elecciones, pero preparan la artillería para estar prevenidos ante la eterna lucha intestina que se libra en su seno y que se desatará o no en función de los resultados electorales del 20 de diciembre. En este contexto, las listas para las generales se han convertido en la mejor trinchera de uno y otro bando. A pesar de que el partido se afana por trasladar una imagen de unidad –como hiciera el pasado martes en el Consejo de Política Federal celebrado en Madrid–, la compostura no se sostiene a una semana vista. Ayer, el presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, volvió a reabrir un debate que se daba por zanjado: el reconocimiento de Cataluña como nación. Lo hizo reclamando la «recuperación de lo anulado por el Tribunal Constitucional» en el Estatut de 2006, como solución a la disyuntiva territorial e ideológica catalana. «En los términos que se habla de nación en el preámbulo que se aprobó en el Congreso de los Diputados, creo que no hay ningún problema», sentenció el presidente valenciano.

Las palabras de Puig tuvieron una rápida respuesta por parte del secretario de Organización, César Luena, que enarbolando la versión oficial apeló a la Declaración de Granada, el marco que rige en el PSOE en la cuestión territorial. «Puig firmó la Declaración de Granada, la apoya y la defiende», atajó el número dos de Sánchez. También el ex presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero recogió el guante lanzado por Puig, aunque su reacción fue distinta a la de Luena, pues el ex dirigente comparte el análisis del presidente valenciano, que calificó como «muy interesante y razonable». No en vano, el Estatut se aprobó en sede parlamentaria con Zapatero como presidente del Gobierno, quien se comprometió entonces a respetar el texto que saliera del Parlament catalán.

Pero la intervención de Puig en un desayuno informativo –organizado por Europa Press– dio para más y dejó la puerta abierta, de nuevo, a la pugna por la dirección del PSOE, al señalar que «todo en esta vida es revisable», en alusión al liderazgo de Pedro Sánchez si el PSOE no gobierna tras el 20-D. Después de la defenestración de Tomás Gómez como líder de los socialistas madrileños, Puig es uno de los barones más afines a Díaz y, sin duda, respaldará cualquier movimiento de la presidenta andaluza en clave nacional. Allanando el camino para un futuro desembarco en Ferraz, Díaz ha colocado como cabeza de lista de las provincias andaluzas a personas de su total confianza, una alineación que se hace con vistas al Congreso Federal socialista de 2016 y en cuyo orden del día puede estar la sucesión de Sánchez como secretario general si el PSOE no consigue llegar a La Moncloa.

También en el PSC están a vueltas con las listas, pero no dejan de ser los típicos «codazos» y roces que lleva aparejada la formación de cualquier candidatura. A pesar de que fuentes consultadas por este diario reconocen que existe cierto nerviosismo, éste se encuadra en movimientos de presión de aquellos que no quieren quedar relegados a puestos de salida. Estas mismas fuentes reconocen que se da por seguro el acuerdo entre Carme Chacón y Miquel Iceta y que la candidatura que se remita ya cerrada –al contrario que en otras federaciones donde Ferraz tiene la última palabra– al Comité Federal de Listas contará con el visto bueno de Sánchez. Además, uno de los últimos movimientos en favor de la conciliación entre Chacón e Iceta ha sido colocar a Germán Rodríguez, de la órbita de la ex ministra de Defensa, como jefe de campaña en Cataluña.