El desafío independentista

«Perdonar la deuda a Cataluña es la parábola del hijo pródigo»

El economista Ramón Tamames ve un tablero difícil tras el 21-D por el «desastre de la ley electoral» y baraja nuevas elecciones

Ramón Tamames
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El economista Ramón Tamames ve un tablero difícil tras el 21-D por el «desastre de la ley electoral» y baraja nuevas elecciones.

–Según las encuestas, el bloque constitucionalista roza la mayoría absoluta. Si el pronóstico no se cumpliera, ¿Baraja unas segundas elecciones?

–El subidón de Cs se preveía, pero va a quedar una situación muy difícil por la ley electoral de Cataluña, que es un desastre como reflejo en la cuarta edición de mi libro «¿Dónde vas, Cataluña?». Barcelona dispone de 85 escaños, cada uno a un coste de 48.521 votos. Mientras que en Lérida dispone de 15, con 20.915 votos por escaño, menos que la mitad que uno en Barcelona. ¿Por qué se da más peso a un agricultor que a un ciudadano de Barcelona? Porque son más nacionalistas. Con lo cual no hay que excluir la posibilidad de unas nuevas elecciones.

–Eso cree el sr. Iglesias, que propone una coalición con ERC y el PSC.

–Yo lo que pienso es que si Junqueras tuviera la inteligencia necesaria vería que siendo más comedido podría ser presidente de la Generalitat. Ha estado trabajado por Soraya y tiene una visión más positiva, aunque con el juez se manifestó con poca perspicacia. Por eso sigue en la cárcel.

–Es decir, tener una política de gobierno nacionalista pero no separatista.

–Y gobernar. En vez de estar todo el día con el monotema y la matraca. Como decía el compañero de celda del Jordi Sánchez, que se cambió de celda porque no podía soportarlo más.

–En una reforma constitucional, ¿aboga por una política más centralizada?

–El primer paso es que, partiendo de la base de que nunca se va a aprobar el derecho a decidir, hay que negociar el Estatuto. Luego creo que el periodo de aplicación inicial del 155 ha sido muy corto. Albiol dijo que se intentó año y medio pero se quedó en tres meses. Y todo porque Sánchez, y, sobre todo, Rivera, tenían ganas de elecciones y lo forzaron.

–¿Piensa que con una intervención más prolongada la normalidad puede volver a su cauce?

–Ha sido muy suave. Se podía haber nombrado a un ministro para Cataluña, que es Soraya. Y no ha habido presencia de la Administración General del Estado en el Palau de la Generalidad. Se han evitado los efectos ópticos de la intervención, pero que está vigente se manifestará cuando una autoridad de una hipotética futura Generalidad independentista se manifieste otra vez por el «procés» y se le destituya rápidamente.

– Entonces prevé que los independentistas que prometen acatar la ley para salir de las cárceles no cumplirán su palabra.

–Es una táctica desde luego. Es incompatible seguir con la vía de la independencia y cumplir la ley. La juez Lamela los volvería a meter en la cárcel porque es una espada de Damocles.

–Como economista, ¿cuál es su análisis respecto a la propuesta de Iceta de condonar la deuda?

–Iceta no tiene ni idea de lo que habla. Porque si lo supiera habría dicho que Alexander Hamilton en 1790 cuando crea el dólar con base en el dólar español unifica todos los dólares de los trece estados y al mismo tiempo convierte la deuda en federal, que es lo que está planteando. Pero aquello fue por una guerra de independencia, aquí ha habido una crisis muy fuerte, pero no una guerra. Si hacemos lo mismo con las demás regiones ¿cómo premiamos a las administraciones que sí lo han hecho bien?

–¿Una versión del «hijo pródigo»?

–Completamente. Y está muy bien que lo haga Jesucrito. Pero el señor Iceta no es Jesucristo.

–El Gobierno justifica el cupo vasco con que es constitucional.

–El cupo vasco no deja de ser un privilegio adquiridos en la Edad Media. Tarde o temprano la UE nos va a plantear que no puede haber esa discriminación entre comunidades españolas; es un planteamiento medieval en un sistema moderno.

–Cataluña es la comunidad que más recibe del FLA y vemos que la Generalitat ha destinado parte de ese presupuesto a fines independentistas...

–Hay que abordar la ley de financiación autonómica. Ahora sale Montoro con que tiene una preparación, pero hace falta una mayoría en el Congreso y eso es una ley orgánica prácticamente. Tienen a una persona experta metida en ello, Lafuente, pero creo que ni él tiene la solución.

­­–Empresas huidas de Cataluña, Barcelona pierde la sede para la agencia de medicamentos... Difícil recuperación económica.

-Hay que abandonar el «procés», porque si no seguirán fuera. Las nuevas Comunidades que acojan a las empresas del «éxodo» van a incentivarlas para que se queden de forma permanente. Si esto persiste, en dos o tres años será un grave daño y el impuesto de sociedades se percibirá en otros lugares.

–¿La postura del Rey ayuda?

–Hace tiempo le dije: Buenos los dos discursos (el que dirigió a la Nación y el Princesa de Asturias), y sonrió. Luego le dije: por lo menos, uno al mes. Y ya se echó a reír. El primero fue una avanzada de lo que se ha hecho, y es lo que le compete como moderador de las instituciones. Ha tomado buena nota ya.