Elecciones Generales 2016

Rajoy apuesta por sostener «bajo cuerda» el diálogo con PSOE y C’s

Negocia con Ciudadanos la Presidencia del Congreso a cambio de un puesto en la Mesa

María Dolores de Cospedal, ayer en el Congreso, aparece en las quinielas para la Mesa del Congreso junto con Margallo, Ana Pastor o Jorge Fernández
María Dolores de Cospedal, ayer en el Congreso, aparece en las quinielas para la Mesa del Congreso junto con Margallo, Ana Pastor o Jorge Fernándezlarazon

Negocia con Ciudadanos la Presidencia del Congreso a cambio de un puesto en la Mesa

Los portavoces de los grupos parlamentarios abrieron ayer por la tarde la negociación sobre el reparto de cargos en la Mesa del Congreso, órgano de gobierno de la Cámara, y sobre la Presidencia de la misma. En principio, es posible que hasta el último momento, apurando los plazos hasta el domingo o el lunes, no quede claro el resultado final de las negociaciones parlamentarias. La posición de partida del PP es defender para sí la Presidencia del Congreso, teniendo en cuenta sus resultados electorales y la distancia sobre la segunda fuerza, precisan. Y de los cuatros puestos que les corresponderían en la Mesa por aritmética parlamentaria, ceder uno de ellos a Ciudadanos, a cambio de que esta formación negocie con ellos la Presidencia. Mariano Rajoy está dispuesto a presentar un perfil «flexible» que facilite esa negociación con los demás grupos. Desea también un acuerdo «constitucionalista», con los de Albert Rivera y también con el PSOE, aunque la postura que hasta ahora ha fijado Pedro Sánchez no lleve a pensar que hay mucho margen para avanzar por ese camino. En la Legislatura fallida, Ciudadanos se abrazó al PSOE en esta negociación para sacar adelante la candidatura de Patxi López, y el PP se quedó fuera de juego pese a su condición de fuerza más votada. Con esa experiencia, ahora el presidente del Gobierno en funciones esperará hasta el final, hasta que sepa cómo queda el acuerdo, y si va a presentar un candidato para ganar o para perder, antes de decidir su propuesta. «Mariano no ha hablado todavía con Rajoy de ese tema», señala, con ironía, uno de sus colaboradores más estrechos. Una puntualización al hilo de las quinielas que empiezan ya a barajar en las filas populares, donde especulan con nombres como el del ministro de Asuntos Exteriores en funciones, José Manuel García- Margallo; la secretaria general, María Dolores de Cospedal, o incluso la ministra de Fomento en funciones, Ana Pastor. También ha sonado el nombre del ministro del Interior en funciones, Jorge Fernández. Pero desde el entorno de Rajoy sólo insisten en que no es una decisión tomada, que dependerá de cómo evolucione la negociación, y que hay que tener en cuenta que no es lo mismo presentar un candidato para ganar que uno para perder. Margallo, por ejemplo, preferiría seguir en un futuro Gobierno que asumir ese puesto más institucional.

En las negociaciones que ayer se iniciaron, Rajoy estaría dispuesto «a abrir la mano» con Ciudadanos siempre que este partido diese señales de que acepta comprometerse más intensamente con la gobernabilidad. ¿La Presidencia del Congreso? De momento, desde la dirección popular señalan que a día de hoy su posición es defender que les corresponde a ellos, pero que se sientan a negociar con «talante abierto» y disposición a facilitar la pluralidad. En este reparto de cargos entran en juego otros condicionantes. Si el PSOE, finalmente, presenta candidato, por ejemplo, como ha anticipado que pensaba hacer. Para que salga adelante un candidato necesita mayoría absoluta en primera votación, y si hay otras alternativas, pasarían a una segunda vuelta los dos nombres que han recibido más apoyos. En otra votación, el elegido sería aquel que consiguiera más «síes». Por eso Rajoy busca la complicidad de Ciudadanos, y la posición que éste adopte, de haber alternativa socialista, dará también pistas sobre la investidura de Rajoy. Es un microcosmos de alianzas que anticipará por dónde pueden ir los tiros finales en la votación de investidura.

De esta foto habrá que analizar si hay algún tipo de acuerdo entre socialistas y los de Podemos, o si cada uno vota a su propio candidato, y en qué lado se coloca Rivera. También entran como variables otras posibles abstenciones, que dependen de claves como cuál va ser el futuro del partido de Mas, al que en principio no le corresponde grupo parlamentario porque no ha alcanzando los requisitos mínimos que establece el Reglamento. Esa decisión dependerá de la mayoría de la Mesa que quede constituida el próximo martes. Y ahí el PP puede jugar con la posición dominante que le conceden en teoría sus resultados electorales. El resultado de la primera ronda de contactos de Rajoy con los grupos para garantizar su investidura dejó el pasado miércoles la imagen de que sólo cuenta, de momento, con sus 137 escaños. Y un «no» tanto de Sánchez como de Rivera a negociar antes de que se presente a la investidura, si finalmente así lo decide el candidato popular tras hablar con el Rey Felipe VI. Sin embargo, en Moncloa insisten en que «bajo cuerda» mantendrán abiertas las negociaciones y el diálogo. Y también siguen confiando en que haya una abstención socialista. En el calendario marcan en rojo la ronda de consultas de Felipe VI con los grupos. Soraya Sáenz de Santamaría insistió ayer en que lo mejor es que «en una fecha prudencial» se alcance un acuerdo que asegure la investidura del presidente para formar un Gobierno «de una u otra forma», antes que poner en marcha en el Congreso el contador que conduce hacia unas terceras elecciones. Instó a PSOE y a Ciudadanos a sentarse a negociar sobre el documento con el programa de gobierno que Rajoy ha remitido a los partidos. Está «abierto» a modificaciones en cuestiones como la reforma laboral, admiten.