Política

Reforma de la Ley del Aborto

Son del pasado

La Razón
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Contundente respuesta de Gallardón, ante los ataques de la izquierda española y francesa, por boca de la ministra socialista Najat Vallaud. Gallardón lo tiene claro. Gallardón baja a la arena. Gallardón es un valiente en una sociedad deprimida y carente de valores por los que luchar. El anuncio de la nueva Ley, ya llevada a la mesa del Consejo de Ministros, de Protección de la vida del Concebido y de los derechos de la mujer embarazada ha supuesto el «rasgado de vestiduras» de una izquierda fundamentalista que vive en la inopia. Que mal lo deben estar pasando los socialistas, para adelantar por la izquierda al mismísimo Cayo Lara, defensor de las esencias de un progresismo de naftalina que no engarza con el presente, ni futuro de nuestra Sociedad. El PP ha tomado las riendas a un debate, secuestrado por la izquierda, durante demasiado tiempo.

Nada hay más moderno, actual e ilusionante que lanzarse a la defensa de los sin voz, sin rostro, sin derechos... El niño concebido. Junto a él, inseparablemente, la mujer, su madre. Llevamos décadas de mucha hipocresía rampante quitándonos de en medio ante una situación que debemos corregir con urgencia. Esta unidad, madre e hijo, son dos y como a tales deben tratarse. Estoy convencido de que una cultura que apoyara y pusiera en valor la maternidad, acabaría rompiendo esta triste realidad de miles de vidas pérdidas y mujeres destrozadas. Dejó escrito Miguel Delibes que «antaño, el progresismo respondía a un esquema muy simple: apoyar al débil, pacifismo y no violencia». Construir esa sociedad que soñamos con mayor respeto hacia todos y especialmente hacia los más débiles. ¡Gran batalla la que tenemos por delante!

En EE UU tras décadas de aborto y una posición mayoritaria favorable al mismo, esta tendencia se ha invertido (Encuesta anual Gallup 2010). En Europa, hace dos semanas asistimos a un varapalo formidable del Parlamento Europeo a las tesis de convertir el aborto en un derecho (Informe ESTRELA). En el Consejo de Europa, hace unos meses, se reforzó el criterio de la objeción de conciencia para los médicos que no quieren realizar abortos (Informe-Resolución MacCafertty). Casi al mismo tiempo el Tribunal Europeo de Justicia dictaba una sentencia histórica sobre «la definición del embrión humano» que ha traído como consecuencia la decisión de la Comisaria de Investigación de la UE, Máire Geoghegan, de no dotar con fondos a los proyectos que requieran la destrucción de embriones. A esto se une la reciente iniciativa legislativa europea «One of us» para la protección del embrión humano, que ha recogido casi dos millones de firmas en el ámbito europeo y se debatirá el próximo periodo de sesiones de la Eurocámara.

Si tal como ha manifestado el ministro Gallardón, España se va a poner al frente, junto a otros Estados de la UE, en la defensa de la dignidad de la persona, y especialmente en la defensa de la vida, la izquierda va a tener que pensar dos veces. Hoy ya son del pasado. Mañana quizá ni existan.