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“Conciliar no es que me convenzan de que mi bebé tiene que acostumbrarse a estar separado de mí”

Madres emprendedoras (III)

“Conciliar no es que me convenzan de que mi bebé tiene que acostumbrarse a estar separado de mí”
“Conciliar no es que me convenzan de que mi bebé tiene que acostumbrarse a estar separado de mí”larazon

Nohemí Hervada Palou es madre de dos hios de 11 y 6 años y dirige varios proyectos, todos ellos dedicados a la maternidad y la crianza. Comenzó en 2009 con Asesoras Continuum y también tiene Escuela de Porteo Mimos y Teta y Emprende en femenino. La inversión inicial fue de cero euros ya que lo hizo de manera casera. Su primer emprendimiento fue una tienda online de portabebés que comenzaba comprando de dos en dos, luego de cinco en cinco y así hasta que, gracias a los foros de maternidad primero y las redes sociales después, siguieron pedidos de cincuenta. Todo lo que ganaba lo reinvertía y eso y apostar por un modelo de negocio en el que la materia prima es su conocimiento ( no necesito comprar stock) le ha hecho levantar mi negocio sin deudas.

-¿Cómo se organiza en el día a día para trabajar? ¿Necesita ayuda?

-Trabajar para una misma, sin más logística que mi ordenador y mi conexión a internet es una gran ventaja porque puedo adaptar casi al 100% mi trabajo a mi vida. Entre semana, los días que yo llevo a los niños al colegio, me quedo trabajando esas horas que dura su jornada lectiva en alguna cafetería o parque. Por las tardes las tengo ocupadas con sus actividades deportivas y logística familiar: compras, comidas, etc. Las clases que imparto son en horario nocturno, cuando tanto mis hijos, como los de las personas que hacen formación conmigo, en su mayoría madres también, tienen a sus hijos ya dormidos. En general es un formato para que mis hijos no paguen ellos el precio de adaptarse al horario de su madre. La libertad de horarios y la no limitación a un espacio concreto en mi caso era lo que buscaba al emprender.


Cuento con la ayuda de una persona para algunas de las tareas de casa unas horas a la semana. Parece una cosa nimia, pero es un parte muy importante a tener en cuenta. Si trabajas en casa, que tu lugar de trabajo esté limpio y ordenado influye mucho en tu estado de ánimo. Y si trabajas fuera, llegar a casa cansada y no tener que dedicar el tiempo de estar con tu familia a limpiar baños o cambiar ropa de cama te facilita mucho la vida. Siempre digo que las personas en quien delegamos ese trabajo son parte de la familia por todo lo que aportan.

-¿Cree que las pymes o autónomas son las grandes perjudicadas en cuestiones impositivas?

-Lo que sé es que a los emprendedores nos ponen de ejemplo a Amancio Ortega o a mujeres que han llegado a ser CEO de grandes empresas cuando para mí ejemplares son las miles de mujeres que levantan su negocio buscando fórmulas para no renunciar a criar a sus hijos si no lo desea, como fue mi caso. Ser autónoma es muchísimo más caro en este país que en otros y con menos prestaciones. Creo que la riqueza no es dar trabajo precario a miles de personas, sino incentivar que esas miles de personas puedan crear un trabajo que les permita tener la vida que quieren, no la que otros les imponga. Imagino que si a nivel impositivo se facilitara el emprendimiento no sólo mejoraría le economía, sino la vida personal y familiar en muchos hogares.

-El hecho de ser madre, ¿le aportó mayor valor a la hora de emprender su negocio?

-Totalmente. Yo nunca quise ser emprendedora. Soy de la generación que creció oyendo que el éxito era sacarse una oposición y tener un sueldo fijo. Además siendo hija y nieta de funcionarios lo de la “seguridad” de un empleo para toda la vida cuesta mucho quitárselo de encima. Ser madre me enfrentó a ver la realidad detrás de esa aparente seguridad y era que ese sistema me obligaba o a renunciar a criar a mi hijo a sus 16 semanas o a renunciar a mi independencia económica si optaba por una reducción de jornada o una excedencia. No hay mayor impulso para emprender que tener claras tus prioridades y la certeza de saber que sólo tú puedes asegurarte de mantenerlas en el orden que quieres.

-¿Cree que las mujeres que trabajan siguen teniendo doble carga con respecto a los hombres?

-No lo creo, lo sé. La brecha salaria, la doble carga de trabajo, la penalización por ser mujer y por ser madre no es una creencia, es la realidad del sistema machista en el que intentamos encajar. Creencias son las que tienen quienes lo niegan porque obvian los datos en un claro ejemplo de disonancia cognitiva.

-¿Qué opina de la “conciliación”?

-Mi pareja, que se dedica a la seguridad vial, siempre dice que ese término lo inventó la industria del automóvil para que pareciera que les preocupaba la seguridad cuando lo cierto es que los causantes de la inseguridad en las calles y carreteras fueron ellos. Con la conciliación pasa lo mismo: es un término inventado para que parezca que les interesa el problema que surge de tener y mantener modelos de negocio totalmente incompatibles con la crianza y la vida personal y familiar.

-Es mentira entonces...

-Claro, porque conciliar es hacer compatibles dos o más cosas, y “compatible”, por definición es “que puede existir, ocurrir o hacerse al mismo tiempo que otra cosa y de forma armónica con ella, o combinarse con ella sin estorbarla.”

Es decir, que conciliar debería significar que combinan y conviven en armonía nuestra vida profesional, laboral, personal y familiar, cuando lo cierto es que no es así. Unas ceden a favor de otras. Y las mujeres estamos tan acostumbradas a renunciar que muchas ya ni lo notamos. Es imposible criar como necesitan nuestros bebés, con la presencia corporal y emocional que demandan en un sistema que no lo reconoce así. Cuyas únicas “medidas de conciliación” son anunciar guarderías de 0 a 3 años u ofrecer como una gran regalo “una hora de lactancia” durante un periodo limitado de tiempo. Cuya deficiente comprensión de las necesidades del bebé es ofrecer a la madre renunciar a parte de su permiso de maternidad en favor del padre o en un alarde de modernidad, poner guarderías en las empresas. Todo menos hacer un análisis de las necesidades de los más débiles de la pirámide y en base a eso edificar un sistema que dé respuesta real a las necesidades de todos.

Yo no quiero conciliar así. Quise criar a mis hijos, como merecen ser criados, sin imposición de horarios y tiempos estipulados por quienes no tienen ni idea de lo que significa eso para el bebé, su madre y la sociedad. No quise renunciar a eso y tampoco que se me penalizara por ello. Tuve que inventar un modelo de negocio nuevo y demostrar que ser madre no me ha coartado ni mi vida, ni mi desempeño profesional.


Ser madre me dio lo que necesitaba para, mientras criaba, facturar 6 cifras en un año. Desde mi casa, con mi hija a la teta. Eso sí es conciliar y no dejar a mi bebé de 16 semanas al cuidado de extraños que creen que lo mejor para mi bebé es acostumbrarse a separarse de mí. Esos ejemplos quiero verlos en congresos de emprendedores. No el de señores que han triunfado porque sus mujeres estaban en casita cuidando a sus hijos y preparando el puchero, cuando era su co-responsabilidad y no la asumieron.