Francia

Fillon, primer aspirante a presidir de V República procesado

Con 24 horas de antelación, los magistrados imputan al candidato del centro derecha francés por un desvío de fondos públicos en el caso de los empleos ficticios.

François Fillon habla hoy en un acto en París.
François Fillon habla hoy en un acto en París.larazon

Con 24 horas de antelación, los magistrados imputan al candidato del centro derecha francés por un desvío de fondos públicos en el caso de los empleos ficticios.

François Fillon fue inculpado ayer por desvío de fondos públicos y encubrimiento de abuso de bienes sociales. Los jueces sospechan que su mujer, que recibía un salario como su asistente parlamentaria, tenía en realidad un empleo ficticio, igual que dos de sus hijos. También se le ha acusado de faltar a sus obligaciones fiscales en relación con el préstamo sin intereses de 50.000 euros otorgado por un amigo, Marc Ladreit de Lacharrière, y devuelto después.

El candidato del centroderecha francés a las presidenciales de abril estaba convocado hoy para conocer su posible imputación, pero los jueces quisieron evitarle la nube de cámaras que debía esperarle a la puerta y le citaron ayer de forma discreta para comunicarle su inculpación.

Antes de que saltara la noticia en los medios, Fillon asistió a la asamblea general de la Federación Nacional de Cazadores para presentar sus propuestas sobre caza y ecología. Allí destiló unas palabras que una vez conocida la noticia adquirían otro sentido: «En esta campaña presidencial en la que las balas vuelan bajo, puedo confirmar con una sonrisa que no me disgusta estar al lado de cazadores de verdad», comentó Fillon en el acto.

Nunca antes un candidato a la presidencia de la República había hecho campaña bajo una inculpación por abuso de bienes y desvío de fondos públicos. Pero lo que debería ser una bomba informativa ya había sido desactivada por adelantado por el propio Fillon. El pasado 1 de marzo recibió la convocatoria de los jueces, y aunque ese día se le esperaba en el Salón de la Agricultura, anuló la visita y organizó una rueda de prensa en la que con un lenguaje violento denunció «un asesinato político» para impedir que la derecha gane las elecciones, y aseguró que no se retiraría de la carrera presidencial: «No cederé, no me entregaré, no me retiraré», dijo el candidato de Los Republicanos.

Después, Fillon tuvo que hacer frente al registro de su domicilio y, sobre todo, al goteo interminable de renuncias y deserciones en su partido, que comenzaron con la marcha de Bruno Le Maire, uno de los candidatos en las primarias de la derecha y el centro, y que culminaron con la dimisión de su director de campaña, Patrick Stefanini. Pero el domingo 5 de marzo, la movilización del electorado en la plaza de Trocadero para respaldarle despejó todas las dudas sobre si podía salir adelante o no un «plan B» encarnado por Alain Juppé para reemplazar a Fillon. Aunque como reconoció el propio Juppé dos días después, no había lugar para ese «plan B» y, además de renunciar definitivamente a sus ambiciones presidenciales, tuvo la elegancia de ofrecer su apoyo al candidato que los electores de las primarias habían designado, y al que seguían queriendo a pesar de sus problemas judiciales.

Por eso, cuando se supo ayer que Fillon había sido definitivamente inculpado, los mensajes eran: «Esto es una historia escrita de antemano y ahora corresponde a los franceses juzgar», como comentaba el jefe de Los Republicanos en la Asamblea, Christian Jacob. En la misma línea, el diputado de los Alpes Marítimos, Eric Ciotti, afirmó en Twitter que «más que nunca confianza y apoyo a François Fillon. Nadie robará a los franceses la alternancia que desean».

En el juzgado, Fillon hizo uso de su prerrogativa de no responder a las preguntas de los jueces, pero sí leyó una declaración ante los magistrados en la que insistía en que el empleo de su mujer como asistente parlamentaria no era ficticio. Según él, Penelope Fillon asumió trabajos «simples pero esenciales», algo que ella misma evocó en una entrevista en «Le Journal du Dimanche» el pasado 5 de marzo, unas palabras que contradecían lo declarado a una televisión británica en 2007, cuando dijo: «Jamás he sido su asistente». En la nota que leyó ayer, publicada por «Le Figaro», el antiguo primer ministro denunciaba que los jueces hubieran «decidido convocarme de forma precipitada por hechos que se remontan, en algunos casos, a veinte años atrás».

Una vez imputado, la instrucción va a seguir su curso normal. La próxima etapa será la comparecencia judicial de Penelope Fillon el 28 de marzo. La inculpación otorga a Fillon ciertos derechos, como exigir investigaciones sobre los puntos que considere necesario, pero en principio no harán nada antes de que termine la elección presidencial. Después, si el candidato del centroderecha resultara elegido, tendría inmunidad total hasta el final de su mandato, y las investigaciones que le conciernen no retomarían su curso hasta dentro, al menos, de cinco años.

Ahora, Fillon tratará de hacer olvidar sus problemas judiciales intensificando la campaña electoral. Ayer mismo, una hora después de conocerse su inculpación, firmó con Jean-Christophe Lagarde, presidente de los centristas de la UDI, un acuerdo para crear una «verdadera mayoría parlamentaria», olvidando que unos días antes habían proclamado que retiraban su apoyo al todavía candidato de Los Republicanos.