Italia

Las vacaciones más inciertas de Theresa May

La «premier» viaja a Suiza e Italia más cuestionada que nunca en la UE y en su propio partido, donde ya se preparan para un adelanto electoral.

May podría enfrentarse a elecciones anticipadas en otoño
May podría enfrentarse a elecciones anticipadas en otoñolarazon

La «premier» viaja a Suiza e Italia más cuestionada que nunca en la UE y en su propio partido, donde ya se preparan para un adelanto electoral.

Theresa May comienza hoy sus tres semanas de vacaciones, que pasará entre el norte de Italia y Suiza. La primera ministra británica se ha marchado sin aclarar qué ministro se situará al frente del Gobierno durante su ausencia. Sin duda no serán una vacaciones tranquilas, la guerra interna del Partido Conservador y las conversaciones con Bruselas sobre el Brexit no la dejarán dormir bien.

La líder de los conservadores ha comenzado sus vacaciones sabiendo que su índice de popularidad es muy bajo, y que los rumores de posibles elecciones anticipadas no logran desaparecer por más que varios ministros y dirigentes «tories» hayan intentado aplacarlos. May asiste a una guerra interna en su partido y dentro de su gabinete, especialmente entre los que apoyan un Brexit suave y los partidarios de una salida de la UE dura, pero dentro de este conflicto hay uno más peligroso: la lucha entre pesos pesados por sustituir a la «premier» si el núcleo duro de la formación decide abandonarla.

La primera ministra no ha dejado de estar cuestionada desde las elecciones del 8 de junio, en las que los «tories» quedaron lejos de conseguir la mayoría absoluta que buscaban y se vieron forzados a tener que pactar con los unionistas norirlandeses para poder tener una mayoría simple en el parlamento.

Esta baja popularidad hace que tres ministros estén luchando por posicionarse como sucesores de May. Se trata de David Davis, ministro para el Brexit; Boris Johnson, ex alcalde de Londres y actual titular de Asuntos Exteriores, y Philip Hammond, al frente de la cartera de Finanzas. El último que puede ampliar esta lista es el resucitado Michael Gove, que perdió la pelea por convertirse en líder conservador y actualmente es ministro de Medio Ambiente. La Prensa califica irónicamente esta lucha como una versión de la serie «Juego de tronos».

David Davis es un euroescéptico convencido, al igual que Johnson. El único que aboga por una salida suave del país es Hammond, que ha sido blanco de estos dos últimos, a los que ha acusado de filtrar información falsa a la prensa con el fin de desprestigiarle.

Mientras la guerra interna continúa, los británicos ven día a día que la situación en el país no ha hecho más que empeorar desde el referéndum sobre el Brexit. La caída de la libra, la subida de la inflación y la incertidumbre que asusta a los inversores han sido las primeras consecuencias.

Fuentes del Gabinete han revelado que aunque las vacaciones hayan comenzado para May, la amenaza de nuevas elecciones sigue en pie. Los laboristas, con su renacido líder Jeremy Corbyn –a quien alguna encuesta sitúa por delante de su rival conservadora– han decidido hacer campaña política durante el verano convencidos de que los rumores se tornarán en ciertos tras los meses estivales. Una fecha clave podría ser el próximo congreso anual de los conservadores en octubre.

El peligro de que se convoquen unas nuevas elecciones y que los «tories» puedan perderlas es real. Las divisiones internas dan la imagen de un partido débil incapaz de asumir el liderazgo que las conversaciones con Bruselas necesitan. En cuatro meses de negociaciones con Europa, el Gobierno de May no ha demostrado que se estén llevando a cabo grandes avances. Los tres grandes asuntos a negociar – el futuro de los ciudadanos europeos residentes en Reino Unido y los británicos que viven en la UE, la factura que Londres tendrá que pagar por el Brexit y el tema de las fronteras, especialmente entre Reino Unido e Irlanda– siguen sin estar claros.

Además, los laboristas se encuentran fuertes y las últimas elecciones lo dejaron claro, con el 40% de los votos. Los «tories» dieron por hecho que Corbyn sería un líder al que arrebatar fácilmente los escaños necesarios para lograr mayoría absoluta, pero los resultados mostraron que el líder laborista –al que muchos en su propio partido desprecian– pueden ser una amenaza.

Las negociaciones sobre el Brexit se retomarán en la última semana de agosto y se espera que sea una auténtica «pesadilla» para los negociadores británicos. El problema es que Londres ha ido a Bruselas sin tener hechos los deberes en casa y esto ha generado una imagen de desunión creciente. Los partidarios de un Brexit duro se están quedando sin apoyos y la idea de una salida suave de la UE parece que cobra cada vez más fuerza. La pregunta que surge es: si los conservadores no son capaces de ponerse de acuerdo en temas básicos, ¿cómo podrán ser capaces de negociar con Bruselas la salida del Reino Unido?