Corea del Norte

«No creo que ningún misil llegue a impactar»

Los habitantes de Guam tienen menos de 18 minutos para buscar refugio en caso de ataque nuclear. Pese a ello: «Aquí todo sigue como siempre»

Un grupo de escolares juega cerca de un torpedo de la II Guerra Mundial en el Asan Memorial Park, en Guam, el viernes
Un grupo de escolares juega cerca de un torpedo de la II Guerra Mundial en el Asan Memorial Park, en Guam, el vierneslarazon

Los habitantes de Guam tienen menos de 18 minutos para buscar refugio en caso de ataque nuclear. Pese a ello: «Aquí todo sigue como siempre».

En medio de los alardeos nucleares y la retórica belicista entre los mandatarios de EE UU y Corea del Norte se ubica la isla paradisíaca de Guam, un territorio en Micronesia de unos 162.000 habitantes acostumbrados a las bravuconadas de Pyongyang. «Mientras que entre los residentes tienen reacciones encontradas, el Gobierno local no ha aumentado el nivel de seguridad y ha incidido en que no existe una “amenaza inminente” para los ciudadanos de Guam», explica la periodista del «Guam Daily Post», Mindy Aguon, a LA RAZÓN. Aunque este verano, las novedades son, por una parte, que el interlocutor estadounidense es el presidente Donald Trump –que acostumbra a añadir un alto nivel de imprevisión– y que el régimen norcoreano ha detallado cómo será el ataque a la isla. Por lo que, mientras no se rebaje el tono, los habitantes de Guam saben que tienen menos de 18 minutos para ponerse a cubierto, el tiempo que tardarán los cuatro misiles lanzados desde Corea del Norte en impactar en sus costas. Trump y las autoridades de la isla intentan tranquilizar a la población, pero, ¿cómo se vive la alarma en Guam?

«Aquí, todo sigue como siempre. Nos estamos preparando para el nuevo curso escolar, yendo a trabajar y viviendo el día a día como de costumbre», añade Aguon. Uno de sus compañeros se fue ayer a los colegios locales para preguntar a los progenitores sobre un potencial ataque, pues una de las recomendaciones que les ha dado el Gobierno de Guam en caso de ataque nuclear es que a pesar de no estar todos los miembros de la familia juntos, no se debe salir a buscar a los niños, hay que confiar en el personal escolar.

Shaunty Aflleje, una vecina de Toto, tiene a sus tres hijos en la escuela de primaria J. Q. San Miguel. «Da miedo pensar que los dejamos aquí y no sabemos si caerá una bomba y no estarán con nosotros», indica la joven que aún no ha tratado la amenaza directamente con sus hijos. Otras madres como Jane Bacani, de Dededo, no sienten inquietud pues «tenemos a los militares y tenemos la Defensa». En la misma línea, el profesor de la Universidad de Guam, Francis S. Dalisay, reconoció a este diario que «personalmente, no creo que la opinión pública de Guam esté pidiendo una mayor protección. Tengo plena confianza en los sistemas de defensa aquí estacionados como los Thaad (batería antimisiles), capaces de disuadir cualquier ataque nuclear». Dalisay manifiesta que «aparte de los Thaad, estoy seguro de que hay más sistemas antimisiles, que no están en Guam, y que el público en general no es consciente (hay submarinos en la zona). No estoy nada preocupado. No creo que ningún misil llegue a impactar en Guam o cerca».

«Obviamente la mención específica de Guam en las amenazas de Corea del Norte han generado inquietud entre los habitantes, pero la mayoría de los que hemos entrevistado en ‘‘The Guam Daily Post’’ se muestran confiados en la capacidad del Departamento de Defensa de EE UU y el sistema antimisiles que permanentemente está ubicado aquí», asevera Aguon. Cabe recordar, que Guam es un «territorio no incorporado» de EE UU, un estatus que tiene como principales desventajas carecer de derecho a sufragar en las presidenciales o que el voto de su representante en la Cámara de Representantes en Washington tampoco cuente. «Muchos residentes sienten que no tienen las riendas del destino de su isla», aclara el profesor Dalisay. Guam, un punto geoestratégico clave para EE UU con 6.000 militares desplegados, fue colonia española hasta 1898 y una de las influencias culturales que dejaron nuestros antepasados, en opinión de Dalisay, «fueron los profundos lazos familiares». Al preguntarle si también existe una «leyenda negra» sobre los españoles que conquistaron Guam, el profesor expone que en general, al ser hace tantísimo tiempo, «más bien se ve a través de la nostalgia».

El sector turístico sí podría contraerse y supone el 33% de los empleos en Guam. El año pasado visitaron sus playas de agua cristalina y sus tiendas duty-free 1,5 millones de personas, la mayoría de Japón y Corea del Sur. Jon Nathan Denight, director de la Oficina de Turismo, difundió ayer un comunicado en el que pedía a los turistas que no cancelaran sus planes de visita. «Os invitamos a continuar con vuestros viajes a Guam, el destino de primer orden seguro y satisfactorio para usted y su familia». Denight admitió que no piensa que el mercado surcoreano, más acostumbrado a las valentonadas de Kim Jong Un se resienta, pero sí teme una pérdida de visitantes japoneses.