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Un discurso perturbado

La Razón
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¿Qué intenta Trump al cambiar sus declaraciones?

–Trump no tiene una posición coherente en política nacional o internacional, aparte de hacerles guiños a sus seguidores y decir lo que le hace sentir bien en el momento y que puede contradecirse con lo que ha dicho dos semanas antes y con lo que dirá dentro de diez minutos.

¿Está Trump cavando su tumba política con sus continuos comentarios?

–Sí, pero hay que ser precavidos, porque ya creíamos eso antes de las elecciones y nos equivocamos. Creo que sí, pero hay que ser muy cuidadosos en infravalorar a los seguidores más fervientes de Trump.

Hay empresas que están declarando contra Trump, ¿Perjudica su reputación de hombre de negocios?

–A sus seguidores más acérrimos no les gustan estas grandes empresas de todas formas, y las empresas que ahora lo critican están en su contra, pero al fin y al cabo se mueven buscando sus objetivos económicos. Si Trump la semana que viene les baja los impuestos, volverán a apoyarle. El dinero es el dinero. Suena cínico, pero es como es la realidad.

¿Perjudica Trump la imagen de Estados Unidos con sus comentarios?

–Trump es un ser humano muy perturbado. Se preocupa sobre su ego, no sobre el país. Miente con impunidad para sentirse bien en cosas que no tiene sentido mentir. Juega un papel en normalizar la mentira en el discurso público, existe la sensación de que no hay ninguna verdad objetiva, y él no está ayudando.

¿Está perdiendo EE UU parte del liderazgo internacional con Trump?

–Sí, parece que el mundo se está centrando en figuras como Merkel o Macron. Pero incluso China parece poder entablar un discurso maduro al hablar sobre Corea del Norte al lado de Trump.