El Govern anuncia que la L10 empezará a funcionar en 2017

Tiempos extraños en la conselleria de Territorio de la Generalitat. Después de años de letargo han comenzado la legislatura con fuerza. Sobre el papel, al menos. Tras dejar listo para inauguración el tramo de la línea 9 del metro, la semana que viene, el Govern se ha liado la manta a la cabeza y quiere hacer lo propio con la línea 10 el año próximo, tal y como ayer explicó el conseller Josep Rull. Lo dicho, sobre el papel. Por muy buenas intenciones que tenga el conseller, la operación presenta demasiadas dudas como para lanzar una fecha sin que huela a la clásica promesa electoral de poco recorrido. Más aún cuando la puesta en marcha de la línea no depende exclusivamente de la Generalitat.

La línea 10, en cualquier caso, es la hermana probre de la línea 9. Esta última se ha llevado todo el nombre. Y los palos. Aun así, ambas líneas comparten el cuerpo central y en los extremos de la ciudad se bifurcan. El tramo que nos ocupa es uno de los ramales que dará cobertura a los barrios de la Zona Franca.

En este contexto, el anuncio de Rull es cuanto menos sorprendente. Para este viernes está prevista una reunión entre la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y el president de la Generalitat, Carles Puigdemont, para hablar, precisamente, de la línea de metro. No en vano, la administración catalana a duras penas puede hacer frente al desembolso que le supone, por lo que el Ayuntamiento debería colaborar financieramente pese a que no le compete, y ni siquiera está claro que todas las paradas previstas puedan entrar en funcionamiento.

En su intervención parlamentaria durante el pleno celebrado ayer, Rull se mostró «convencido» de que habrá un acuerdo entre la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona para «incrementar el ritmo» de las obras de construcción de la L10 del metro.

Este anuncio llega poco antes que se inaugure un nuevo tramo de 20 kilómetros de la L9 del metro entre Zona Universitaria y la terminal T1 del Aeropuerto de El Prat de Barcelona, prevista para el próximo 12 de febrero y que conectará las ciudades de Barcelona, L’Hospitalet de Llobregat y El Prat de Llobregat. En octubre de 2015, el Ayuntamiento de Barcelona anunció que se planteaba avanzar los fondos necesarios para reactivar las obras del metro en la Zona Franca, y el Consistorio dirigido por Ada Colau pactó con ERC una proposición para exigir a la Generalitat que «financie y finalice» el proyecto del metro para los barrios de la Marina, que han visto posponer la fecha de la llegada del suburbano en repetidas ocasiones