Libros

Libros

«No estoy interesada en crear un mundo imaginario»

Rachel Cusk acaba de publicar «A contraluz» (Libros del Asteroide), primera entrega de una trilogía en la que demuestra la fortaleza y la calidad de su voz narrativa.

La escritora Rachel Cusk
La escritora Rachel CusklarazonLa Razón

Rachel Cusk acaba de publicar «A contraluz» (Libros del Asteroide), primera entrega de una trilogía en la que demuestra la fortaleza y la calidad de su voz narrativa.

–La protagonista de «A contraluz» es una escritora. El relato está narrado en primera persona. Es tentador preguntarle si ese personaje tiene algo de usted.

–No estoy interesada en crear un mundo imaginario. En todo caso empleo materiales que me son muy cercanos. Doy la impresión intencionada que en mis novelas hablo de cosas que me son muy cercanas, pero se trata de una estética intencionada. De todas formas, tampoco descubrimos mucho de la narradora, por lo que no se puede parecer mucho a nadie. Es un punto de anclaje para las cosas que explico.

–¿Sería exagerado afirmar que su libro es una novela de novelas? se lo pregunto por las muchas historias que usted incluye en el libro y que van en paralelo al relato principal.

–Sí, porque sería lo contrario. He quitado todos los elementos que pensaba que me parecían convencionales. El libro es un ejemplo de todo lo que no hace falta decir. Así que he quitado, he condensado.

–¿Por qué ha escogido una trilogía para esta propuesta literaria?

–Porque tengo mucho que decir. En la primera entrega escribo sobre un momento más estático. La segunda se trata de avanzar. La tercera es la llegada a un sitio nuevo. En «A contraluz» hablo de la primera parte de una vida y de como esto entra en crisis, igual que las estructuras de la narración, produciéndose un corte traumático. Esta situación de sentirse anónimo es el comienzo de algo nuevo y es lo que, claro, veremos en los siguientes libros.

–Los varios personajes que encuentra la narradora cuentan diferentes historias, pero también nos hablan incluso los espacios, como el apartamento de Clelia donde residirá la protagonista.

–He intentado que todas las fuentes de información estuvieran lo más abiertas posible y que no quedaran limitadas. De Clelia solamente conocemos su apartamento y es donde descubrimos sobre ella. Quería interrogarme sobre cómo percibimos las cosas, así que he tratado de ser lo más objetiva posible en cuanto he escrito.

–La literatura tiene un peso muy importante en «A contraluz» y mediante muchos puntos de vista, ya sea mediante lectores, escritores o editores.

–Era un contrapunto de la narradora silenciosa del libro. Por supuesto que la literatura y la escritura le importan a ella. El tema central del libro es contar historias y la literatura es la concreción de esta primera habilidad de contar historias, el desarrollo más civilizado de este hecho. Estaba interesada en explicar cómo se produce la narración y por eso tengo tantos personajes que son aspirantes a ser escritores.

–Las primeras narraciones que nos han llegado provienen de la cultura griega. ¿Es por eso que Atenas es el escenario de su novela?

–Es un tema fundamental. Me interesaba «La Odisea», sobre todo su estructura porque está contada por muchos narradores que hablan de acontecimientos pasados. También me interesaba el mundo precristiano que es violento y que no habla de la felicidad sino de estructuras que están colisionando, que están chocando.