Gastronomía

De compras y a mesa puesta

A pocos días de que lleguen los Reyes, las calles son un hervidero. Ahí van direcciones para hacer un alto en el camino y reservar mesa

Kike Bous, en el 80 de la calle Velázquez, elabora parte de su carta en la robata, una parrilla de carbón de encina
Kike Bous, en el 80 de la calle Velázquez, elabora parte de su carta en la robata, una parrilla de carbón de encinalarazon

Son días de desembolsos, ya sea para preparar la llegada de los Magos de Oriente o para sentarnos a mesa puesta. Madrid bulle en apetecibles conceptos gastronómicos.

Son días de desembolsos, ya sea para preparar la llegada de los Magos de Oriente o para sentarnos a mesa puesta. Madrid bulle en apetecibles conceptos gastronómicos. Ahí van varias direcciones. Entre Chueca y Tribunal se encuentra Media Ración by Cuenllas, situado en el hotel Urso. Con Antonio del Álamo entre fogones, lo suyo es compartir los platos, porque siempre querrás probar uno más, ya sea la raya escabechada, los callos, las croquetas o el tiradito de atún y pez espada. El brunch en versión castiza incluye huevos con morcilla. Imagínense el resto de sugerencias Y de compartir también va la barra de Arallo (c/Reina, 31), donde alucinar con la «cocina contaminada de influencias, sabores y texturas» firmada por Iván Domínguez, quien sabe mezclar como nadie la cocina de origen atlántico con los productos que le gustan de allá. Quienes prefieran callejear y trasladarse en cercanías, Los chicos, las chicas y los maniquís (c/ Atocha, 49) es una dirección a tener en cuenta. El buen rollo se mastica en bocados como las patatas Massiel, los Nacho Pop, que es un guacamole con gambas, salsa criolla y totopos crujientes y la hamburguesa de los 80. Lo mismo que Glass Mar, el bareto que Ángel León ha creado en el Urban (Carrera de S. Jerónimo, 34), donde democratiza la cocina tres estrellas Michelin de Aponiente. Si anda cerca no se prive del bocata de calamares o del arroz meloso de plancton.

Del desayuno a la cena

En el barrio de Salamanca, buena opción es disfrutar de uno de los desayunos de Velázquez, 17. Entre ellos, el clásico, compuesto con pan con tomate, aceite de oliva virgen extra y pavo, es imbatible. Pensando en el almuerzo, en el 80 de la misma calle, se encuentra Kike Bous delante de la robata, una parrilla de carbón de encina en la que elabora unas costillas de ibérico de bellota glaseadas con salsa hoisin que obligan a volver a quien las prueba. Asimismo, Iñigo Urrechu ha inaugurado en el 150 de la calle un establecimiento que abre todos los días, posee una terraza interior, un cortador de jamón y de la carta destacan las croquetas de jamón, bacalao y chistorra, el bacalao ajoarriero con cocochas y su pil pil y las chuletitas de lechal crocanti con arroz y curry. Es otra de las aperturas más apetecibles del año pasado, lo mismo que Santerra (c/ General Pardiñas, 56). Muy recomendable es tanto la barra, en la que rendir culto al tapeo gracias a una propuesta de vinos por copas, como las raciones firmadas por Miguel Carretero: los callos, las croquetas y los torreznos. En el número 103 de Lagasca se encuentra La Porcinería para rendir tributo al puerco con platos como el bombón de cerdo al estilo thai con salsa kimchi y alga wakame. The One acerca a los disfrutones un bocadito de Hong Kong al 81 de la misma calle. La propuesta de Dave Cheng es limpia de grasas para resultar cien por cien saludable. En estos días de frío, imprescindible es el intenso consomé, además de la costilla marinada con curry y costra crujiente de ajo. Juan Loriente, al frente de El Lago de Sanabria (c/ Ayala, 23), borda las recetas de caza, ya sea con perdiz, pato o becada como protagonistas, además de los platos de cuchara. Del tan de moda Lux, del Grupo La Máquina (c/ Jorge Juan 22), a nosotros nos gusta la barra para devorar la trilogía de alcachofas y los rigatoni a la piamontesa con setas, mollejas y foie. La asociación de comerciantes de esta calle denomina la zona Distrito 41 para así acoger a los comercios, restaurantes y hoteles situados entre Ortega y Gasset y Alcalá y desde Serrano a Velázquez. Entre ellos, los ideados por el cocinero Sandro Silva (El Paraguas, Ultramarinos Quintín, Ten Con Ten, Amazónico y el italiano Numa). Es buen momento para hacerse con una mesa estos días que anda Madrid medio vacío. Una apuesta segura es El Perro y La Galleta (c/ Claudio Coello 1). La cocina funciona en un «horario non stop» de la que salen ricas opciones como la torta de maíz con aguacate, straciatella, tartar de tomate verde y leche de coco. Y, una última recomendación: reservar en el novísimo Sinatra Ya. Está especializado en ternera de kobe y wagyu. De repetir son los nigiris y el sukiyaki, preparación compuesta por lomo fino de res, verduras, tofu, huevos y noodles.