Inmigración

«El argelino» vuelve a fugarse del CIE de Aluche por la cocina

El interno, un conocido reincidente, logró escaparse después de que un agente interceptara a otros tres con los que planeó huir

Fotografía de archivo del Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Aluche, en Madrid.
Fotografía de archivo del Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Aluche, en Madrid.larazon

El interno, un conocido reincidente, logró escaparse después de que un agente interceptara a otros tres con los que planeó huir

Un nuevo intento masivo de fuga del Centro de Internamiento de Extranjero (CIE) de Aluche se produjo ayer por la tarde. Según informaron fuentes policiales, finalmente fue sólo uno de los internos quien logró saltar la valla del centro y huir, mientras que el resto del grupo, formado por cuatro internos originalmente, quedó retenido. Según pudo saber este periódico, el suceso tuvo lugar en torno a las cinco de la tarde, cuando el grupo de sublevados trató de escapar del centro por la puerta de la cocina. Sin embargo, una agente logró interceptar al menos a tres de ellos en el momento de la huída. Al instante, la agente dio la alarma consiguiendo que sólo uno de los internos lograra finalmente saltar la valla.

Se trata del conocido en el centro como «el argelino», que está siendo buscado por la Policía y que es «reincidente», puesto que ya se fugó el pasado mes de noviembre. En aquella ocasión «el argelino», acompañado por otro compatriota, se escaparon tras subir al tejado del CIE y saltar desde allí la valla del recinto situado en el número 51 de la Avenida de los Poblados. La Policía activó el protocolo habitual de búsqueda, lo que permitió localizarle sólo unas horas después de haber huido. Los agentes recibieron una llamada de los servicios de seguridad de Cercanías alertaban de que había una persona no autorizada deambulando por los vagones de un tren en Atocha.

El pasado mes de octubre 39 internos se amotinaron en el tejado del centro durante once horas en plena noche. Exigían el cierre del recinto y la cancelación de las órdenes de expulsión que recaen sobre ellos, pero finalmente se rindieron. Los sublevados lograron atrincherarse en la azotea del edificio a la que accedieron a través de la escalera de incendios tras reventar una cerradura de una de las puertas de seguridad.

Los internos, cuya intención inicial era la de fugarse, actuaron de forma coordinada y después de haber pasado varios días manipulando algunos efectos como cepillos de dientes, barras, tijeras, cuchillas de afeitar, «hasta convertirlas en armas, tales como punzones y pinchos», tal y como habían avisado sólo unos días antes desde la Unión Federal de Policía (UFP) de Madrid.