José María Marco

El centro

La Razón
La RazónLa Razón

Dos de los elementos más relevantes de las elecciones del pasado domingo son, a mi entender, el freno al nacional populismo y la subida del Partido Popular con respecto a los resultados previos y a las expectativas. Son dos caras de la misma moneda, aunque no tendrían por qué serlo. Como en toda la Unión los movimientos populistas están acabando con los partidos de centro izquierda, se podía haber esperado que la caída de los nacional populistas la hubiera capitalizado el PSOE. Así habría ocurrido, probablemente, de haber cumplido el PSOE su papel de fuerza política de la izquierda integradora. Sin embargo, el PSOE ha jugado a otra cosa, a competir con Unidos Podemos. El resultado es que el batacazo de Podemos le arrastra en vez de beneficiarle. Quien sale beneficiado es el PP, que sí se ha mantenido en el centro y ha demostrado, entre otras cosas gracias a la actitud de Mariano Rajoy, que está dispuesto a echarse otra vez el sistema a sus espaldas. Esta actuación tan firme ha tenido otra consecuencia: reducir el apoyo a Ciudadanos, una organización que respondía a la percepción –errónea, pero no injustificada– de que el PP se había corrido hacia la derecha. Lo ocurrido desde el 20D ha puesto las cosas en su sitio. En este punto también hay una lección para el PP, aunque pueda parecer absurdo dar lecciones a quien ha ganado las elecciones.

Ciudadanos está compuesto de personas con excelentes intenciones para su país. Sin embargo, carece de consistencia política y de contenidos estructurados. Ofrece una posición relativa (el «centro»), sin propuestas consistentes. Parece lógico que si el PP hace el esfuerzo de construir un discurso consistente –y no limitarse a la «moderación» o el sentido común– el voto de Ciudadanos volverá al PP y el PP recuperará su condición de gran partido integrador de centro derecha. El PSOE también podría hacerlo por su lado. En realidad, está en mejores condiciones porque no se enfrenta a la responsabilidad inmediata de gobernar. Los electores le han indicado al PSOE, con una claridad insuperable, cuál debe ser su camino. De emprenderlo, estaría en vías de recuperar su protagonismo. Habría llegado la hora del PSOE: de un centro izquierda moderado, dialogante e integrador. Aun así, todo indica que los socialistas la dejarán pasar. Así que la recuperación del centro derecha se convierte en un asunto urgente para todos.