Violencia de género

Libres

La Razón
La RazónLa Razón

En este momento de mi vida me gusta mi vida. No siempre me ha gustado. He pasado por etapas en las que no me han dejado tomar mis propias decisiones. Me he visto obligada a ir a sitios que no quería sin posibilidad de decir que no quería. Me han tratado como si fuera imbécil, como si necesitara que alguien guiara mis pasos. Me han dicho a qué hora tenía que volver de trabajar, me han indicado cuándo podía mirar mi móvil, se han enfadado cuando consultaba la tablet. No me han dejado elegir el canal de la tele. Me han dicho que mi ropa era fea, me han enseñado a vestir. Me han aconsejado no estar con determinados amigos, me han acusado de no ayudar lo suficiente para que él llevara una dieta, me han preguntado en qué gastaba mi sueldo, me han pedido explicaciones sobre mi cuenta bancaria. He soportado portazos, silencios eternos, he llorado muchas veces. Sufrí ataques de ansiedad. Y hasta creí que en algún momento iba a caerme un golpe. Tenía que explicar mis cansancios, mis gestos, mi manera de entrar por la puerta de casa. No se ha visto con buenos ojos que saliera a cenar con mis amigas o mis compañeros. Tampoco los viajes de trabajo. Me han mirado el mail. Han sospechado de mi fidelidad. Todo eso me ha pasado. Y eso no es maltrato. Ayer fue el día contra la violencia de género y todo eso que no me hizo feliz no puede considerarse maltrato. Para que se considere maltrato una mujer debe estar casi secuestrada, aterrorizada a diario, sojuzgada, debe vivir en vilo. Debe estar tan jodida que haya perdido su voluntad, su criterio, su autoestima. Debe haber sido insultada continuamente, menospreciada. Y aún así alguien dudará de si el maltrato psicológico es maltrato. Solo aquellas que llevan el cuerpo lleno de golpes, solo aquellas a las que las heridas las hayan mandado directamente al hospital o a un cementerio podrán haber demostrado sufrir maltrato. Ayer fue el día contra la violencia de género y los habrá que sigan argumentando que son numerosas las denuncias falsas. Yo solo quiero decirles hoy a las mujeres que es bastante fácil la ecuación. Si te hace feliz es amor. Si te sientes libre, respetada y querida, es amor. Si alguna vez sientes miedo, si vuelves a casa con preocupación, eso, ay, eso ya es otra cosa.