Cataluña

Más voces contra la secesión

La Razón
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Aunque no han sido pocas las voces del empresariado catalán que han advertido contra la aventura secesionista impulsada por el presidente de la Generalitat, Artur Mas, lo cierto es que se ha echado de menos una respuesta de carácter institucional como la que hoy va a hacer pública Fomento del Trabajo, la principal organización patronal de Cataluña, que preside Joaquím Gay de Montellá, exigiendo a las fuerzas políticas secesionistas que no insistan en la falacia de unas elecciones autonómicas plebiscitarias y, asimismo, reclamando que hagan público el programa de gobierno que pretenden llevar a cabo en la próxima legislatura. Si bien el problema al que se enfrenta la sociedad catalana, y por ende española, no es sólo económico, puesto que Cataluña es parte esencial de España y no es posible entender España sin Cataluña, a nadie se le oculta que la voz de los empresarios ejerce una influencia notable sobre el conjunto de la ciudadanía, aunque sólo sea porque se trata de personas que han puesto en juego su esfuerzo personal y su patrimonio frente a unos políticos que no parecen tener en cuenta, tal vez porque no arriesgan nada, el tremendo coste social que acarrea su aventurerismo imposible. De hecho, la deriva independentista del nacionalismo catalán ha supuesto la parálisis política de la Generalitat, incapaz de marcar unas líneas claras de gestión, y convertida literalmente en rehén de los radicales de la izquierda. Una situación inédita, generadora de inestabilidad, que ha supuesto un lastre para el tejido productivo catalán justo cuando en el resto de España comenzaban a sentirse los primeros frutos de la recuperación económica. Así, los temores del empresariado catalán no sólo se refieren a las consecuencias de una hipotética independencia que conllevaría la ruptura del mercado y la inevitable salida de la Unión Europea, sino a la distorsión política que supone la lista electoral Juntos por el Sí, en la que se integran dos partidos de concepciones ideológicas enfrentadas como son CDC y ERC. Una candidatura de la que, según los últimos sondeos, tendrá que surgir el próximo presidente de la Generalitat, sin que hasta el momento se conozca oficialmente el nombre del candidato ni el programa de gobierno que pretende aplicar. Es evidente que, una vez descartado el proceso independentista, no son intercambiables las fórmulas económicas y sociales de un partido de izquierda, como ERC, con las de una formación que, hasta ahora, defiende los principios de la economía de mercado. En definitiva, lo que exigen los empresarios catalanes es claridad y compromisos de Gobierno al partido que resulte vencedor en las elecciones autonómicas del próximo 27 de septiembre. Cataluña ya ha perdido demasiados años.