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Políticas a favor del empleo

La Razón
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En política, marcar objetivos claros y alcanzables es clave. Es la esencia de la acción pública en su sentido más liberal: hacer real lo que realmente está en manos de las leyes y de lo posible. Vivimos un momento en que se proponen metas imposibles, pero que, justamente por ser utópicas, son manejadas con habilidad y descaro por los profetas de la «nueva política». Mariano Rajoy es un político pragmático, lo que asegura algo que cada vez se echa más en falta: que el cumplimiento de las promesas electorales pueda demostrarse. Cuando el Partido Popular llegó a La Moncloa en 2011, después de la victoria electoral del 20 de noviembre, se propuso una meta: terminar la legislatura con menos parados que los que heredó del último Gobierno socialista. Era un objetivo posible y, sobre todo, una responsabilidad, porque si la crisis económica en nuestro país ha estado marcada por algún dato es por la tasa de paro. Esta meta, sin ser el objetivo último, parece alcanzada, según la Encuesta de Población Activa (EPA), ya que están registrados 138.300 parados menos que en el cuarto trimestre de 2011. Es el segundo mejor dato de la serie histórica de creación de 411.800 puestos de trabajo, una tendencia ya marcada en 2014, pero que ahora ha alcanzado una mayor velocidad. La población activa ha subido en 116.000 personas y los hogares con todos sus miembros trabajando ha crecido en 386.000. No hay que perder de vista que una de las consecuencias más lacerantes de la crisis son los parados de larga duración, que en la última encuesta se han reducido en 147.200, dato que afianza una tendencia, mientras que las personas que buscaban su primer empleo ha crecido hasta 22.400. El empleo a tiempo completo subió en 430.200 personas, así como el de autónomos. En definitiva, el número de parados en este segundo trimestre ha descendido en 295.600. Lo importante es que se abre una tendencia positiva y ésta debe estar acompañada de políticas que favorezcan la estabilidad. Mariano Rajoy hizo ayer su primera valoración en el Foro La RAZÓN del Empleo: durante esta legislatura España ha pasado de una situación de destrucción de empleo (la mitad del paro de Europa) a encabezar la creación de puestos de trabajo en los países de la UE. El presidente del Gobierno llamó la atención sobre un hecho que explica que la recuperación no es un dato coyuntural: los nuevos puestos de trabajo afectan a todos los sectores de la población, sin distinción de sexo, extendidos al conjunto de las autonomías y, de manera unánime, en la empresa privada. Este giro, que definió de «180 grados», en el mercado laboral no es «un viaje coyuntural». Esta situación, que los datos macroeconómicos anticipados por el Banco Central Europeo y el FMI confirman, no debe hacer perder el foco del objetivo marcado por el Gobierno: alcanzar los 20 millones de empleos, lo que, como Rajoy ha advertido evitando «frivolidades», puede dar por superada la crisis. El crecimiento de la economía española, que según las previsiones del Gobierno llegará al 3,3%, es una previsión que, por más positiva que sea, no debe hacer caer en un falso optimismo. Rajoy reconoció ayer en el Foro de LA RAZÓN del Empleo que muchos españoles sufren la crisis con toda su crudeza, circunstancia a la que el Gobierno «ni es ajeno ni impasible». Ése es el motor, añadió, que debe guiar las reformas, base del crecimiento económico experimentado. La recuperación del empleo certificado por la EPA no puede someterse a experimentos, ni a «contrarreformas», ni emprender «viajes al pasado». La política económica aplicada por Mariano Rajoy está dando resultados porque no ha habido improvisación y se ha optado por aplicar reformas o, como señaló el jefe del Ejecutivo, las «ideas tienen consecuencias». La situación que vive Grecia, que no se ha comprometido a llevar a cabo reformas estructurales, ha sido un buen ejemplo de que la política económica no puede estar al albur de las ocurrencias de líderes cuyo mayor propósito es el cambio de «régimen», con programas inaplicables en los que se desconoce de dónde va salir el dinero ni las consecuencias en los mercados. Volver a desarrollar políticas que han fracasado es algo que hay que evitar a toda costa. La experiencia de los países desarrollados indica que, como señaló Rajoy, «España se juega su futuro en la formación, porque es lo que permite mejorar las expectativas laborales y salariales de todos». Es, además, la clave para mejorar la competitividad de las empresas y la más eficaz de las políticas asistenciales a corto plazo.