Mascotas

¿Puede un perro ser vegano?

Las modas de dietas que rechazan productos de origen animal se han extendido hasta las mascotas. Sus defensores afirman que no les faltan nutrientes, pero también tiene detractores

No todos los animales pueden seguir el veganismo, aunque algunos veterinarios afirman que en gatos y perros se ha demostrado que puede ser efectivo
No todos los animales pueden seguir el veganismo, aunque algunos veterinarios afirman que en gatos y perros se ha demostrado que puede ser efectivolarazon

Las modas de dietas que rechazan productos de origen animal se han extendido hasta las mascotas. Sus defensores afirman que no les faltan nutrientes, pero también tiene detractores.

La dieta vegana o veganismo consiste en una ingesta de alimentos que excluya todos aquellos que sean de origen animal. Sus verdaderos practicantes conciben este modelo nutricional como una forma de denuncia en conciencia con los animales, que consideran, son explotados en los procesos de obtención de los alimentos.

De este modo, los verdaderos veganos como Silvia Aumedes, deciden integrar a sus animales en este estilo de vida, entrando en la batalla de elegir entre si su perro o gato, como cualquier otro ser vivo de este planeta, deberían contribuir a esta práctica pro animalista o si verdaderamente reside en el dueño la potestad de imponerle un hábito que él ha adoptado de manera personal.

Silvia tuvo que enfrentarse a esta decisión hace apenas seis meses con sus cuatro mascotas, dos perros y dos gatos a los que fue rescatando de perreras y recogió en la calle. Antigua vegetariana, a comienzos de año decidió dar un paso más y se introdujo en el mundo vegano acompañada de Mindi, Chasky, Bubu y Balú.

Antes de optar por una dieta para los cuatro que prescindiera de cualquier nutriente procedente de otros animales, Silvia ya alimentaba a toda la manada de la casa únicamente con pienso de pescado. «Ante la presión mediática que supone un tema como este, decidí empezar dándoles pienso de salmón y excluyendo la carne de su alimentación». Confiesa a LA RAZÓN que el paso al veganismo de sus mascotas no fue un camino de rosas: «A los perros les encantó su nueva comida desde el primer día, a los gatos les costó más. Ellos llevan siendo veganos estrictos dos meses», pero gracias a la ayuda de Marta Gamboa, veterinaria experta en nutrición vegana y vegetariana, resultó mucho más fácil. Marta, decidió abrir en 2013 Veganvet, una clínica veterinaria acorde con el sentimiento vegano que ella compartía. Ella es pionera en ofrecer este tipo de servicios en España y asegura que cada vez son más los clientes no veganos que acuden a su centro solicitando este tipo de nutrición para sus mascotas, denominación que por cierto, aclara, no esta muy bien vista en la «jerga» vegana. Afirma con rotundidad que los piensos elaborados sin ingredientes de origen animal contienen todo tipo de nutrientes o vitaminas que cada especie requiere siguiendo las guías nutricionales de la Federación Europea de Fabricantes de Alimentos para Animales de Compañía (Fediaf), e incluso que son más beneficiosos para la salud, ya que al no estar tan adulterados cuentan con menos sustancias químicas que otros piensos comunes. «Existen dietas formuladas por multinacionales del sector de la alimentación para ciertas patologías de perros y gatos que curiosamente, son veganas, o cuyo ingrediente principal es vegetal», nos cuenta Marta. En cuanto a la polémica de la propia naturaleza alimenticia de estas especies, para esta veterinaria la respuesta es sencilla: «Si el animal es capaz de asimilar los nutrientes de los alimentos administrados, es que es una alimentación apta para éste».

Mucho más distinta es la perspectiva de Miguel Maeso. El veterinario relativiza estas formas de sustento nutricional a un hábito cada vez más común de las personas de «humanizarlo» todo: «Tendemos a humanizar en exceso a los animales y esto se traduce en muchas cosas que no están bien; el gato es un carnívoro estricto y estas dietas no cubren sus necesidades». Alerta también de que muchas veces la comida que se suministra en estos casos son marcas desconocidas de las que, como experto, no puede garantizar su calidad. «Probablemente no estén tan equilibradas como parece».

Dos puntos de vista completamente diferenciados por una ética y creencias que lo único que tienen en común es un objetivo: conseguir el mayor bienestar de los animales.