Estados Unidos
Nutrigenómica: poner a dieta las enfermedades
Una dieta rica en ácido fólico disminuye la predisposición a padecer enfermedades cardiovasculares, mientras que verduras como el brócoli atenúan la posibilidad de padecer cáncer de próstata. La nutrigenómica adapta la alimentación al individuo para reducir el riesgo de padecer enfermedades.
Una dieta rica en ácido fólico disminuye la predisposición a padecer enfermedades cardiovasculares, mientras que verduras como el brócoli atenúan la posibilidad de padecer cáncer de próstata. La nutrigenómica adapta la alimentación al individuo para reducir el riesgo de padecer enfermedades.
La cafeína, como el alcohol, no afecta por igual a todas las personas. Hay quien puede tomar tres tazas diarias sin notar ninguna alteración y a quien le basta uno sola para sentir taquicardias o tener problemas para conciliar el sueño. ¿Por qué? La ciencia se pone (una vez más) al servicio de la sociedad para arrojar algo de luz. Esta vez, a través de la genómica nutricional, una disciplina holística que a través de nuestro mapa genómico determina:
- cómo los nutrientes modifican el funcionamiento de nuestro organismo (nutrigenómica)
- cómo nuestra configuración genética influye en la respuesta del organismo a los nutrientes (nutrigenética).
"La cafeína no nos afecta por igual porque hay metabolismos con un tipo de maquinaria (determinada genéticamente) que la elimina más rápidamente", responde el biólogo David de Lorenzo, experto en nutrigenómica y genómica personalizada.
Una dieta para cada persona
Con esta ciencia se zanja también el debate en torno al café. ¿Es malo o bueno? Depende. Todo depende... de tus genes. "Por una parte, es una bebida que contiene antioxidantes; por otra, la cafeína eleva el riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular, así que si la persona tiene un metabolismo que elimina rápidamente esta molécula, los beneficios serán superiores al riesgo potencial", justifica Lorenzo.
Como ciencia holística, la genómica propugna la idea de que no hay alimentos buenos o malos per sé. Lo que es bueno para unos, puede ser neutro o incluso perjudicial para otros, y viceversa. La vara de medir nos la da el genoma individual.
Adaptar la alimentación a los genes
La elevada correlación entre la alimentación y la predisposición a ciertas enfermedades ha sido probada en numerosos estudios. Ahora la nutrigenómica pretende adaptar la alimentación de cada individuo para lograr que sus genes funcionen de manera óptima y reduzcan el riesgo de padecer enfermedades, contrarrestando así la predisposición genética del paciente. "Hay un componente biológico en lo que somos, pero no es determinante", señala Lorenzo.
Más que un manual riguroso, los resultados que se obtienen de la lectura del genoma pretenden ser una guía, una herramienta de prevención de enfermedades. Así, por ejemplo una dieta rica en ácido fólico (verduras, legumbres, pan y cítricos) disminuye la predisposición a padecer enfermedades cardiovasculares, especialmente en personas con un determinado cambio genético. Y verduras, como el brócoli, atenúan la predisposición genética al cáncer de próstata, pero también de manera más efectiva en aquellos individuos que tienen un genoma sensible a los sulforafanos, la molécula activa del brócoli.
El origen: el genoma humano
Cuando en verano del año 2000 se descifró la secuenciación del genoma humano, el mayor hito científico de nuestra época, muchos vaticinaron que la biología y al medicina tal y como las conocíamos cambiarían. Y ya empiezan a intuirse los primeros cambios.
Se estima que en dos o tres años, más de la mitad de la población de Estados Unidos tendrá algún tipo de información genética a su disposición. En Europa tendremos que esperar algo más, pero todo parece indicar que es cuestión de tiempo.
De momento, ya hay organismos e instituciones que, previo pago de alrededor de 500 euros, te realizan un test para disponer de su información genética individual. El Dr. de Lorenzo advierte de la importancia de realizarlo en un lugar reconocido que no se limite a dar al paciente las pautas generales que daría cualquier nutricionista. "Todos tenemos, por ejemplo, el riesgo cardiovascular elevado sólo por el hecho de vivir en una sociedad occidental", apunta, así que de poco serviría que después de someternos a la prueba nos diagnosticaran que nuestra predisposición a contraer una enfermedad cardiovascular es más elevada que la media.
✕
Accede a tu cuenta para comentar