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Una dieta sana disminuye un 30% el riesgo de asma

Evitar los alimentos procesados reduce un 60% la posibilidad de tener síntomas asmáticos

Una dieta sana disminuye un 30% el riesgo de asma
Una dieta sana disminuye un 30% el riesgo de asmalarazon

El asma se encarama en la lista de las patologías crónicas que más presencia tienen en nuestro país, ya que, según datos de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica, Separ, afecta al 5% de los adultos y al 10% de los menores. Y su desarrollo está en auge por factores fácilmente prevenibles, como la contaminación ambiental, la obesidad y el tabaquismo, aunque, según los expertos, la dieta es el ingrediente que juega un papel más decisivo.

En concreto, un reciente trabajo publicado en la revista científica «European Respiratory Journal», que se presentará en el Congreso anual de la Sociedad Europea de Respiratorio entre el 15 y el 19 de septiembre, confirma que llevar una dieta saludable reduce un 20% el riesgo de sufrir asma en las mujeres, cifra que asciende hasta el 30% cuando se trata de varones. Además, la investigación demuestra que una alimentación sana reduce en un 60% la probabilidad de tener síntomas mal controlados de la enfermedad en los hombres, mientras que en las féminas se ve mermada en un 27% de los casos. «Aunque se necesitan más estudios, nuestros hallazgos contribuyen a la evidencia de que la dieta tiene un papel estratégico en el asma, lo que justifica la necesidad de respaldar las recomendaciones de salud pública para promover una alimentación saludable», advierte Roland Andrianasolo, miembro del equipo de Investigación de Epidemiología Nutricional de la Universidad de París e investigador del informe.

La evidencia científica en este sentido viene de lejos. «Cada día hay más certezas de la relación entre el sobrepeso y las complicaciones respiratorias. Un exceso de peso provoca modificaciones en diversos sistemas, como el respiratorio, ya que se reduce el volumen y la distensibilidad pulmonar y aumenta el reflujo gastroesofágico», aseguran Elena Aguilar y Nuria Cañas, dietistas-nutricionistas y miembros del Colegio Profesional de Dietistas-Nutricionistas de la Comunidad de Madrid, Codinma. Y eso no es todo, ya que, tal y como confirma Ana Gómez-Bastero, neumóloga y vocal del Área de Asma de Separ, «recientes estudios relacionan la microbiota intestinal con el desarrollo de asma, pues las bacterias, así como los metabolitos producidos por las mismas al procesar la comida, pueden tener un papel en el sistema inmune a edades muy tempranas».

En este sentido, las expertas de Codinma recuerdan que «existen estudios en enfermos asmáticos que evidencian unos peores hábitos alimentarios con deficiencia de hierro y vitamina C, lo que resulta clave, ya que esta vitamina podría tener un efecto protector frente a dicha patología. Además, se ha visto la necesidad del incremento de ciertos nutrientes, como vitamina D, pues en sujetos con niveles bajos hay una mayor prevalencia de asma».

Frutas y verduras

Con todos estos datos, sentados a la mesa, «la recomendación iría encaminada a incluir pescados azules, frutos secos y semillas como las de chía para aportar grasas poliinsaturadas; a conseguir un consumo elevado de alimentos ricos en antioxidantes y demás vitaminas y minerales para evitar deficiencias a través de frutas, verduras y hortalizas, legumbres, cereales preferiblemente integrales por su contenido en selenio; huevos, pescados en general y lácteos enteros que nos aporten vitamina D; moluscos ricos en hierro...», aconsejan las dietistas-nutricionistas de Codinma. Así, Gómez-Bastero advierte de que «existen alimentos con efecto proinflamatorio que se deberían evitar, como las grasas saturadas, los azúcares refinados y, los alimentos procesados con elevado consumo de sal».

Estas recomendaciones son aún más importantes cuando se trata de niños, ya que, tal y como advierte la neumóloga, «realizar una prevención en la infancia puede evitar algunos factores de riesgo en el desarrollo o progresión de la enfermedad. Siendo, por tanto, los hábitos de vida saludables con una alimentación adecuada y la actividad física regular puntos a reforzar desde edades más tempranas».