Prevención
Diez ‘tips’ para cuidar de nuestra voz
Cada persona nace con su voz característica. Ésta puede dañarse si no la cuidamos, o bien si la utilizamos demasiado. Pese a su importancia, muchas veces no la valoramos como merece hasta que desarrollamos un trastorno en la misma. Un problema aún más importante para quienes representa su principal herramienta de trabajo, como es el caso de los cantantes o actores, por ejemplo.
Por eso, los otorrinolaringólogos (ORL) recomiendan acudir a la consulta en caso de sufrir cualquier alteración de la voz que dure más de 2 semanas. Además, en el caso de los profesionales que trabajen con la voz, aconsejan una visita al año para hacerse una revisión.
Concretamente, los trastornos de voz afectan al 10% de la población española, según resalta la doctora especialista en Laringología y voz, de la Unidad de ORL del Hospital Ruber Internacional de Madrid, Isabel García López, quien precisa que la mayor parte de estos tienen lugar porque la voz se utiliza mal, “como hablar durante muchas horas seguidas sin descanso, con mala técnica, o en un ambiente inadecuado”.
“Nuestra voz nace en el cerebro. Cuando queremos decir algo, la orden cerebral viaja mediante los nervios hasta el aire de los pulmones. Ese aire pasa a través de una zona que vibra, las cuerdas vocales de la laringe. Con ellas generamos un sonido, aunque muy pobre. Para que ese sonido se convierta en nuestra voz, necesitamos los resonadores y articuladores, como son la faringe, la lengua o el paladar. Así se da forma a la voz, una huella vocal única en cada persona”, explica esta doctora, que atiende a prestigiosos profesionales de la voz de nuestro país, desde cantantes y actores, hasta locutores, profesores, o reconocidos periodistas.
García López, que ha recibido formación como cantante, es titulada superior de canto, indica que, a nivel general, hay 3 tratamientos para cualquier trastorno de voz: el farmacológico; el rehabilitador o logopédico, donde un logopeda enseña al paciente a corregir malos hábitos, o a adquirir buenos con técnica vocal; así como la cirugía, aunque ésta suele ser el último recurso, y tiene más riesgos que el tratamiento rehabilitador.
Según resalta esta especialista del Hospital Ruber Internacional, los profesionales de la voz son un “caso especial” dentro del cuidado y del tratamiento de cualquier trastorno vocal. “Es fundamental que aprendan la técnica vocal, y se sometan a revisiones anuales. Además, deben acudir a un especialista en cuanto tengan un mínimo problema. Por otro lado, los tratamientos son un poco diferentes”, indica.
Esta ORL también trabaja los trastornos neurológicos de la voz, algo que se hace en muy pocos sitios de España, y que incluye aquellas enfermedades de la voz que afectan al sistema neurológico, el área cerebral, o los propios músculos. Se trata de las distonías de la laringe o movimientos involuntarios que producen una tensión al hablar, así como los temblores de la voz, y las parálisis de las cuerdas vocales, que hacen que la voz salga muy afónica y débil, y se generen problemas para tragar y respirar.
Cuidar de nuestra voz
Así con todo, esta especialista resalta que mantener la voz sana pasa por cuidar de nuestra salud en general. “Todos los cuidados generales de la salud valen para la voz, es decir, dormir las horas adecuadas, una dieta equilibrada, hidratarse, así como desarrollar nuestro trabajo en un ambiente saludable y ventilado”, añade.
A su juicio, otro recurso “útil, e imprescindible para los cantantes” es la técnica vocal, de forma que, a través de una serie de herramientas, uno aprende a usar la voz de la forma más correcta posible. “Si tengo muy buena técnica podré estar muchas más horas hablando sin cansarme, o podré abordar las canciones sin agotarme después de un concierto”, avisa esta experta.
Con todo ello, la miembro de la Unidad de ORL del Hospital Ruber Internacional, recuerda el decálogo de cuidados de la voz de la Sociedad Española de Otorrinolaringología (SEORL-CCC):
1. No hablar en ambientes ruidosos, pues es un comportamiento de abuso vocal. Si la voz compite con un ruido ambiental intenso, siempre perderá.
2. No fumar. El tabaco es un factor irritante para la laringe. El humo pasa entre las cuerdas vocales y predispone para que aparezcan lesiones benignas, como edemas o pólipos. Además, es la principal causa de cáncer de laringe.
3. No chillar, ni hablar gritando, puesto que es un comportamiento de esfuerzo vocal.
4. No hablar en exceso porque es un comportamiento de abuso vocal. Se debe descansar la voz haciendo periodos de 15-20 minutos de silencios, 2 o 3 veces al día, así como limitar el uso del móvil, y evitar interrumpir a otros. En general, no se debe hablar más de 4 horas seguidas, ni cantar más de 2 horas.
5. Hidratarse correctamente y beber unos 2 litros de agua diarios. Algunas sugerencias son: beber agua cada vez que coma, tener siempre a mano una botella de agua, y evitar los caramelos de menta o mentol porque resecan más.
6. Descansar de forma adecuada, ya que la fatiga corporal se refleja en la voz. Hay que dormir más de 6 horas, y descansar antes de utilizar mucho la voz.
7. No utilizar el aire pulmonar residual al hablar. Nunca se debe hablar con el resto final de aire y sentir sensación de ahogo. Es un comportamiento de esfuerzo.
8. Evitar los irritantes laríngeos como el humo y las áreas polvorientas, o hablar en ambientes muy secos porque esta sequedad ambiental quita protección a las cuerdas vocales. Conviene utilizar un humidificador, abrir y ventilar las habitaciones para renovar el aire; y al viajar en avión debe hidratarse mejor y hablar poco, ya que a bordo hay más ruido y el ambiente es muy seco, y ambos factores irritan la laringe.
9. No carraspear. Es un comportamiento de esfuerzo traumático para las cuerdas vocales. Alternativas: tragar saliva, beber pequeños sorbos de agua, realizar una tos sorda (sin juntar las cuerdas vocales). Para los cantantes, vocalizar suavemente en una zona confortable o hacer vibrar labios con sonido. Pueden ayudar los vahos.
10. Realizar controles periódicos de la voz, especialmente los profesionales, con el ORL o con el foniatra. Consultar siempre que una disfonía se mantenga más de 15 días, sin estar acatarrado.
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