Alianza rural frente a un nuevo repunte del topillo

El topillo campesino ha vuelto a asomar la cabeza con fuerza en Castilla y León en las últimas semanas, debido a este invierno tan cálido con ausencia de heladas y nevadas, y el campo está otra vez ojo avizor ante el repunte que en algunas zonas ya se está notando de este roedor, especialmente en la Tierra de Campos, y eso a pesar de las medidas preventivas que se vienen aplicando en muchos lugares, para sujetar el avance del topillo campesino.

Ante esta tesitura, el consejero de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, Jesús Julio Carnero, daba ayer cumplimiento a uno de sus compromisos de legislatura al juntar en la misma mesa a las diputaciones de Valladolid, Palencia, León y Burgos -también a la de Zamora que aunque no firmaron por problemas administrativos lo harán en breve- para suscribir una alianza en la lucha contra este roedor. Con el respaldo también de las organizaciones agrarias Asaja, la Alianza por la Unidad del Campo y Uccl, así como de las cooperativas, representadas por Urcacyl, Carnero destacaba que la estrategia incluye actuar en todos los reservorios, tanto agrícolas como no agrícolas, y hacerlo de manera respetuosa con el medio ambiente. Mejorar la coordinación y cooperación; impulsar la formación y transferencia de información y del conocimiento; promover prácticas fitosanitarias como la destrucción de huras en vías de dispersión y limpieza de cunetas; el control biológico del topillo campesino, como la instalación de cajas nido para cernícalos, lechuzas y posaderos; e investigar más en colaboración con el Itacyl y las universidades, son algunas de las medidas que se incluyen en esta estrategia, que pretende ganr en eficacia en la lucha contra esta plaga endémica para favorecer el bienestar de agricultores y ganaderos así como de los habitantes de los municipios.

Matías Llorente, vicepresidente de la Diputación de León, recirdaba que el topillo no solo daña a los cultivos sino que también supone un peligro para la salud pública. Por este motivo, reclamaba la necesidad de articular un seguro agrario que cubra los gastos que el topillo ocasiona para garantizar la renta de los afectados, además de insistir en la investigación sobre la forma de vida y expansión de este roedor. «Si conocemos sus costumbre, le controlaremos más y mejor», decía, tras mostrarse partidario de mantener las medidas preventivas en las cunetas y reservorios así como intensificar el empleo de aves rapaces.

Conrado Íscar, presidente de la Diputación de Valladolid, agradecía la rápida respuesta de la Junta a la hora de determinar esta coordinación, y ponía de relieve el buen hacer de los «centinelas» por ser quienes escuchan a los agricultores. Ángeles Armisén, presidenta de la Diputación de Palencia, la destacaba la importancia de «adelantarse» y pedía que se ponga en valor la experiencia adquirida en los últimos años en algunas zonas, mientras que el burgalés César Rico apelaba a la unidad «para evitar las soluciones individuales que no conducen a nada».