
Curiosidades
Ni Roma ni en París, el arco de triunfo más singular del mundo se encuentra en este pueblo de España
Levantado en el siglo I, su semblanza forma parte de numerosas señales de tráfico repartidas por las carreteras nacionales

Cuando alguien habla de un arco del triunfo, siempre se nos viene a la cabeza la imagen de París o el del Constantino en Roma. Nos estamos refiriendo a un monumento construido para conmemorar una victoria militar y que se usaba para festejar a un gobernante. Los primeros fueron levantados por los romanos en la antigüedad y el más famoso de todos es el de París, ordenado construir por Napoleón y cuya construcción se demoró casi treinta años
Pero en España también tenemos varios ejemplos de ello. Monumentos que han sobrevivido al tiempo, al caos y a la dejadez humana. Aunque algunos de ellos han pasado por numerosas restauraciones. Barcelona, Madrid o Mérida cuentan con varios ejemplos pero en un pequeño pueblo de Soria nos encontramos con un arco del triunfo romano, único en España por una gran peculiaridad. Ya que es el único que contiene tres vanos y arcadas.
Su semblanza, además se convirtió en su día en una señal de tráfico, que podemos ver por las carreteras de España y que avisa de la proximidad de un Monumento Nacional. Nos estamos refiriendo al Arco de Medinaceli.

Desde la lejanía, cuando uno se acerca hasta esta localidad ya puede observar esta maravilla. El emblema sin duda alguna de la localidad soriana
Monumento Declarado Bien de Interés Cultural desde el año 1930, que fue levantado en el siglo I. Su fisonomía se asemeja a un modelo bastante similar al de Trajano en Thamugadi, Argelia.
En su día fue el punto neurálgico para acceder a la ciudad y su ubicación actual no fue elegida al azar, ya que se buscaba con ello que el arco pudiera contemplarse desde grandes distancias. La razón, evidenciar de esta manera la presencia de Roma por aquel entonces en Hispania. También era el límite que marcaba la provincia Zaragoza en aquella época.
Ha llegado hasta nuestros días en unas condiciones aptas, aunque su decoración es pobre y también se encuentra bastante desgastado debido al lugar donde se halla. Una colina que dominaba el valle del Jalón, a casi 1.200 metros de altura. Circunstancias que ha propiciado que tanto las condiciones climatológicas a lo largo de los siglos hayan ido deteriorando sillares, molduras y cornisas.
Su tamaño, 3,20 metros de largo, 2,10 metros de ancho y 8,10 de altura y su función era conmemorativa y servía de puerta de acceso a la ciudad. El arco central estaba habilitado para el paso de carruajes y animales mientras que el de los laterales para los peatones. Como acceso al recinto amurallado, este paso a la ciudad recibía a los viajeros procedentes del itinerario de Antonino, que transitaban desde Emérita Augusta (Mérida) hasta Cesaraugusta (Zaragoza).
Merece la pena acercarse para ver este patrimonio milenario en una provincia que atesora más huellas del imperio romano y cerca como son Uxama, Montejo de Tiermes o la villa romana de la Dehesa.
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