Magia Pop

¿En qué consiste innovar? Hay quien cree que consiste en hacer algo que nadie ha hecho nunca antes. En cierta manera es así. Escoges una disciplina o te escoge. Te apasiona. Aprendes todo cuanto puedes y, cuando tienes claros los límites que la definen, te lanzas a navegar en búsqueda de océanos azules fuera de esos mismos límites.

El Mago Pop pertenece, junto a Rosalía o J.A. Bayona, a esa nueva generación de catalanes que han tomado la cultura popular y la han traído al siglo XXI. Antonio Díaz es un tipo de Ciutat Badía. Un niño que quería cumplir un sueño. Ser mago. Su mérito consiste en que ha sabido, como buen milenial, hacernos partícipes de esa historia. Ha usado los mismos elementos que estaban al alcance de todos los demás magos y ha logrado conectar con el público y crear una marca reconocida internacionalmente. Ha conseguido que te preguntes veinte veces en una hora “¿cómo es posible? Hablamos de un tipo que ha desafiado los pilares de la física ante los ojos del mismísimo Stephen Hawking. Pero Antonio no es solo un ilusionista, es un emprendedor. Ni corto ni perezoso ha comprado el Teatro Victoria y ha batido todos los récords de ventas de entradas, logrando ser considerado por Forbes como el mago europeo más taquillero. Sus méritos le han llevado ha anunciar su salto a Broadway, la meca del “show business”, en los próximos meses.

Pero el sueño de este chico no se limita a dejarnos asombrados con su espectáculo. Tiene una visión. Se ha propuesto lograr que el Paralelo, antaño lugar de culto de la cultura escénica en la ciudad condal, recupere esa áurea que con tanto acierto logró recuperar hace escasos años Madrid con su Gran Vía. Si algo he aprendido de este mago es que la magia existe y que “Nada es imposible”.