Coronavirus

Una acreditación de inmunidad por colores, la “receta” de Oriol Mitjà contra el coronavirus

Un equipo liderado por el investigador entrega a la Generalitat un paquete de recomendaciones para el desconfinamiento pese a que Cataluña no tiene competencias para implantarlas. ¿Cuáles son?

Trigésimo octavo día del estado de alarma
Una mujer sale de una fruteria del barrio de Sants de Barcelona, este martes, trigésimo octavo día del estado de alarma decretado por el Gobierno por la pandemia de coronavirus.Toni AlbirAgencia EFE

El president Quim Torra ya tienen encima de su mesa del Palau de la Generalitat el plan de desconfinamiento que encargó directamente a un equipo liderado por el investigador Oriol Mitjà. Un paquete de recomendaciones que el Govern estudiará a lo largo de esta semana, escogerá, validará o descartará en un consejo ejecutivo que se convocará de forma extraordinaria en unos días.

El objetivo es trazar una hoja de ruta propia pese a no tener competencias para implantarla: con el estado de alarma vigente, cualquier decisión depende exclusivamente del Gobierno y del Ministerio de Sanidad, aunque Pedro Sánchez admite que los planes podrían variar según la zona y sus necesidades. Aún así, ¿qué dice el asesor de cabecera de Torra? ¿Cómo debería volver a la "normalidad Cataluña? Veamos.

Calendario y previsión

El documento “Herramientas y estrategias para el desconfinamiento durante el brote del coronavirus en Cataluña” no contempla ningún calendario concreto y estándar, aunque habla de que ahora estaríamos en la fase cero de rescate y reparación "hasta que la carga de las UCI destinadas al Covid-19 no baje hasta el 20% de su capacidad. Luego vendría la reactivación, la reinvención y, la última, la destinada a repensar el futuro.

En líneas generales, el texto del equipo de Mitjà también advierte de que “las medidas de intervención se podrían tener que extender de forma prolongada o intermitente durante 12-18 meses" para evitar el colapso de los hospitales. Y habla de “brotes recurrentes” en invierno.

Desaparece el polémico pasaporte, llega la acreditación

El domingo por la tarde, tras la comparecencia de Quim Torra para dar cuenta de la reunión de dirigentes autonómicos con el Gobierno, el servicio de prensa de la Generalitat facilitó un decálogo borrador sobre el que trabajaba el equipo de Oriol Mitjà y al que se había referido el propio president en su aparición televisiva. El punto 8 del documento pedía “estudiar el uso de un pasaporte de inmunidad”, un aspecto que ha desaparecido del texto definitivo que Mitjà ha entregado hoy al Ejecutivo catalán. Ahora, el resumen ejecutivo de medidas recomendadas para el desconfinamiento no lo contempla, aunque el documento sí habla de una “acreditación de inmunidad”. Desde el Govern, no obstante, aseguran que aún son propuestas a estudiar y validar primero dentro del Plan Territorial de Protección Civil de Cataluña. “No hay ninguna decisión tomada” al respecto, ha asegurado hoy la portavoz Meritxell Budó en rueda de prensa.

Del verde al rojo: ¿protegidos ante el coronavirus?

¿En que consistiría dicha acreditación? El documento de Mitjà dice que sería “equivalente al actual carné de vacunación” y que tiene el propósito de “acelerar la vuelta al trabajo, escuelas y a la vida social de forma segura”. Los expertos señalan que combinaría diferentes test para conocer el estado inmunitario y la capacidad de infección de cada individuo, combinado datos serológicos y de contactos. “Los resultados de los tests se incluirían en un sistema de certificado digital o acreditación de inmunidad, en papel o vía app, con un algoritmo simple de colores”, de manera que este “pasaporte serológico” permitiría el acceso a “espacios con alto riesgo de transmisiones”, indica el documento.

El grupo de trabajo cita entre estos espacios los hospitales, las empresa, los edificios públicos y los aviones, a los que las personas podrían acceder si tienen luz verde “de forma anónima” una vez validado a través de un lector QR, detalla el documento.

En función de los resultados de las pruebas, se acreditaría su estado en base a tres colores: el rojo sería para las personas con un PCR positivo o en contacto directo con un positivo; el naranja, para aquellas personas con PCR y test serológico negativo, es decir, sanos pero que no han generado anticuerpos; y el verde para las personas que ya han pasado la infección y que “posiblemente” estarían inmunizadas.

Esta acreditación, de aplicarse, debería ser una medida “de emergencia y extraordinaria”, con una duración “temporal determinada” para desaparecer cuando sea posible.

Reincorporación por grupos

El documento de recomendaciones se basa en dos tipos de medidas para afrontar el desconfinamiento: el distanciamiento social y la identificación de casos y contactos y su aislamiento. Eso sí, para pautar una progresiva relajación del aislamiento, se deberían cumplir cinco criterios epidemiológicos: incremento del tiempo de duplicación de casos por encima de cinco días, disminución sostenida del número de casos confirmados en al menos 12 días, disminución de casos con diagnóstico sintomático -también 12 días-, disminución de casos confirmados sin vínculo epidemiológico -por debajo del 10% - y disminución de ifecciones confirmadas en el ámbito sanitario también por debajo del 10%, además de tener las UCI notablemente liberadas.

Entonces, empezaría una siguiente etapa de desconfinamiento por grupos: vuelta de las personas sanas a sus puestos de trabajo no esenciales; salida a la calle de las personas sanas; apertura de bares, restaurantes y actos con aforo menor a 30 personas; puesta en marcha de escuela, centros culturales y deportivos; y finalmente, apertura de negocios y eventos por encima de las 30 personas.

Pruebas diagnósticas masivas

El documento de 46 páginas recomienda iniciar enseguida un estudio a 30.000 ciudadanos para conocer el porcentaje de inmunidad, 1,5 millones de pruebas PCR y seis millones de test serológicos priorizando la población de riesgo.

Como complemento, también aconseja fomentar el uso de la app STOPCOVID para seguir llevando a cabo la vigilancia de síntomas a través del tiempo / espacio e integrar “un sistema para hacer el rastreo de contactos con Bluetooth”. “El uso deberá ser voluntario, basado en el consentimiento de los usuarios y respetando plenamente las normas europeas de privacidad y protección de datos personales. El rastreo de proximidad entre dispositivos móviles debe hacerse de manera anónima y descentralizada”.