
25º aniversario
De los manicomios a una atención más eficaz, especializada y humanizada
En los últimos 25 años, la atención a la salud mental ha experimentado importantes avances y mejoras y el servicio de psiquiatría de Vall d'Hebron es testimonio y protagonista de esa evolución

"En el año 2000, el hospital más grande de Cataluña no tenía una estructura de psiquiatría y salud mental". Con esta esta frase, Josep Antoni Ramos Quiroga, jefe de Psquiatría en Vall d'Hebron, da buena cuenta de cómo ha evolucionado la atención en salud mental en el último cuatro de siglo, cuando se puso en marcha el Servicio de Psiquiatría de Vall d'Hebron, que acaba de celebrar su 25º aniversario.
Por aquel entonces. esta especialidad estaba fuera de los hospitales generales y quienes requerían una atención psiquiátrica eran tratados en hospitales monográficos que, popularmente, se conocían como manicomios. Aquello, entre otras cosas, descartaba la posibilidad de manejar adecuadamente y de forma especializada a los pacientes con patología médico-quirúrgica, como quienes sufrían Alzheimer, ELA o habían sido trasplantados.
Tampoco existía por aquellas fechas un servicio de urgencias psiquiátricas integrado en los hospitales generales, como sí existe a día de hoy en Vall d'Hebron, lo que dificultaba el ofrecer a estos pacientes un buen diagnóstico diferencial.
Superando el estigma
Todo ello ha cambiado en los últimos años gracias, entre otras cosas, a la toma de conciencia acerca de la importancia y el cuidado de la salud mental y la reducción del estigma entorno a la misma y Vall d'Hebron ha sido un centro pionero a la hora de ir incorporando nuevos servicios, prestaciones y recursos para ofrecer a sus pacientes una atención integral y de calidad.
Ello no quita que no fuera hasta 2023 cuando el hospital inaugurara la planta de hospitalización de salud mental infantojuvenil, un recurso del que a día de hoy aún no disponen algunos centros e, incluso, algunas comunidades autónomas.
Ante la falta de una planta de estas características, "los niños y adolescentes con problemas de conducta alimentaria o con tentativas de suicidio, por ejemplo, ingresan en plantas de pediatría, lo que no permite prestarles la atención especializada y de seguridad que requieren", destaca Ramos Quiroga.
Pero es que hay que tener en cuenta que hasta hace unos cinco años no se reconoció la especialidad de psiquiatría de la infancia y de la adolescencia, momento a partir del cual se abrieron plazas especificas para hacer la residencia (MIR) en esta especialidad.
El principal factor que está detrás de ese cambio de mentalidad es que "se está rompiendo el estigma", asegura Ramos Quiroga. algo en lo que la pandemia ha tenido un papel muy destacado, "El que se pueda hablar y tener el derecho a estar enfermo sin sentirse avergonzado por ello o como si estuvieras haciendo algo malo ha supuesto un gran cambio".
"Ningún paciente con leucemia se siente culpable por ello y nadie que tenga una depresión grave, una esquizofrenia o un TDA debe sentirse culpable", comenta el psiquiatra, quien también considera que "los procesos de calidad continuada" han resultado fundamentales en el impulso del cambio. "España estaba con un cierto retraso respecto a otros países de nuestro entorno, como Alemania o Reino Unido, donde eso ya existía", destaca.
Avances terapéuticos
Y todas esas mejoras y avances relacionados con el reconocimiento de la especialidad, han ido acompañados por el desarrollo de nuevas tratamientos y estrategias terapéuticas, más eficaces y seguras.
En este sentido, Ramos Quiroga recuerda que "ahora tenemos medicamentos con una mayor eficacia que los que teníamos hace 25 años, con mecanismos de acción más novedosos que incluso en personas con esquizofrenia nos permiten hacer un tratamiento con dos inyecciones al año, lo que cual supone un gran cambio de paradigma, puesto que se trata de pacientes que, de otro modo, deberían tomar medicación a diario".
Al respecto, el psiquiatra también hace alusión a la "introducción de técnicas de neuromodulación cerebral, que son no invasivas y permiten mejoras en casos de personas resistentes, como sucede en el ámbito de la esquizofrenia".
Además, la investigación también ha permitido avanzar en el conocimiento de las bases genéticas de los trastornos mentales, lo que "a día de hoy abre la puerta a los especialistas a hacer lo que se denomina el riesgo poligénico, es decir predecir la probabilidad de que una persona que tenga determinadas variantes genéticas desarrolle un trastorno mental concreto", algo que aún no se ha implementado en la práctica clínica.
Más detección
Todo ello ha permitido mejorar en el diagnóstico de los problemas de salud mental, lo que, en parte, explicaría el aumento de casos en ciertos trastornos, especialmente en el ámbito infantojuvenil, donde anteriormente, debido a la falta de recursos, había mucho infradiagnóstico.
"Hay un aumento de la detección, somos más ágiles a la hora de diagnosticar", asegura Ramos Quiroga, quien sin embargo admite que, "en algunos ámbitos, como el de la depresión y la ansiedad, sí que puede haber niveles más elevados y ese incremento se podría explicar por factores a nivel psicosocial".
En este sentido, el psiquiatra indica que, por ejemplo, "se ha visto que la contaminación ambiental tiene un impacto en niños en aspectos emocionales o de atención" y en "autismo se evidenciado un aumento de la prevalencia en el que la prematuridad juega un papel destacado". "El 10% de los niños que nacen en España son prematuros y sabemos que la prematuridad tiene un impacto"
"De hecho, hemos visto en estudios que cuanto más prematuros son los recién nacidos, más riesgo hay de que tengan autismo o TDA, porque estamos hablando de un cerebro que no ha tenido un desarrollo adecuado" y esa prematuridad podría ir asociada a la actual tendencia a retrasar la maternidad.
Revolución digital
En definitiva, en estos 25 años ha habido un cambio de prisma en la atención a la salud mental y si antes se tendía a aislar a quien sufría algún problema o trastorno, ahora la prioridad es recuperar a esa persona y eso se ha visto reflejado en la planificación, organización y diseño de los recursos dirigidos a velar por la salud mental de la población. como el servicio de psiquiatría de Vall d'Hebron,
En esta línea, Ramos Quiroga recuerda que en "en 2017, incorporamos las hospitalizaciones a domicilio dentro de nuestro sector sanitario, de manera que la persona puede mantener su día a día, con su familia, mientras tiene un seguimiento". "Son abordajes basados en una mejor gestión de los recursos y que ponen a la persona en el centro de nuestras actuaciones".
En este ámbito, el psiquiatra considera que "la salud digital es una enorme oportunidad y, por lo tanto, debería haber una estrategia de país para implementarla en el campo de la salud mental", ya que es una "revolución en lo relativo a una mejor gestión de los recursos".
"Podemos tratar problemas leves o moderados con soluciones digitales, pudiendo así llegar a más gente", algo que puede resultar clave en un momento en el que la elevada demanda de atención pone de evidencia una carencia de profesionales.
"Necesitamos más psicólogos, por ejemplo, pero ello atañe al Ministerio de Salud, porque el número de plazas de psicólogos residentes todavía sigue siendo muy bajo para las necesidades reales que hay", lamenta.
Ello de algún modo explicaría que, ante la carencia de profesionales y con el fin de no dejar de ofrecer atención a todas las personas que la requieren, haya una sobreprescripción de fármacos. "Si no tienes profesionales, algo has de ofrecer a estas personas y un tratamiento con antidepresivos puede ser efectivo y tiene un coste mucho menor. "Si no hay suficientes especialistas, no nos podemos escandalizar", sentencia.
Una evolución paralela
Así pues, aún queda camino por recorrer hasta llegar a ofrecer la mejor atención posible en salud mental, pero en cualquier caso, en estos últimos 25 años se han producido importantes progresos en este sentido y el servicio de psiquiatría de Vall d'Hebron ha sido, como señala Ramos Quiroga, "parte de este crecer y de este cambio".
"Fuimos pioneros en incorporar ese concepto de "a lo largo de la vida", en tener esa perspectiva a la hora de abordar los temas relacionados con la salud mental", indica el psiquiatra, para a continuación recordar que también fueron los primeros "en introducir el uso de la realidad virtual para tratar el TDH o en recurrir a ella para hacer técnicas de mindfulness con los niños hospitalizados, así como en hacer terapia asistida con perros para manejar a adolescentes con síndrome alcohólico fetal o en tener en consideración que personas procedente de otros países pueden tener una expresión de la clínica un tanto diferenciada debido a las diferencias culturales", enumera el psiquiatra, quien asegura que todo ello les "ha servido para tener herramientas de abordaje más eficaces y humanizar la atención".
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