Espacio

La última "calentada" de Musk: Cruzar el océano en cohete en 30 minutos

Musk promete cohetes que conecten cualquier parte del mundo en menos de 1 hora

Elon Musk arrives on stage to speak at an indoor Presidential Inauguration parade event in Washington, Monday, Jan. 20, 2025. (AP Photo/Susan Walsh)
Elon MuskSusan WalshAP Photo

¿Imaginas poder ir de Madrid a Australia en poco más de 30 minutos? Eso es lo que ha propuesto el magnate Elon Musk: reutilizar la tecnología de sus cohetes para, en lugar de apuntar al espacio, conectar continentes en un abrir y cerrar de ojos. Y, a diferencia de otras promesas que ha hecho el millonario sudafricano, esta es tecnológicamente muy plausible. Tenemos el conocimiento y las herramientas para crear este nuevo sistema de transporte, sus cohetes son una referencia en el sector y sigue consolidando su primacía con nuevos éxitos. Nada le impide poner en marcha la idea. Bueno… nada salvo la viabilidad comercial.

Client Challenge

Y es que, en realidad, Musk lleva sugiriendo esto desde hace más de cinco años y, aunque en este tiempo ha logrado abaratar drásticamente el coste de los lanzamientos y ha desarrollado el mayor cohete de la historia (el Starship, con sus más de 120 metros de altura) la propuesta todavía no encaja con las necesidades del mercado. Los motivos podrían ser varios y, entre ellos hay tres cuestiones que destacan: el precio, la seguridad y la fiabilidad.

El precio

Hace décadas, cada kilo que quisiéramos transportar en un cohete podía costar decenas de miles de dólares en combustible, pero, en el Starship, cada kilo cuesta, únicamente, 200 euros. En buena medida, esta rebaja se debe a los avances de Space X, la empresa de Elon Musk, pero también al avance del sector en su conjunto. Por desgracia, dado que un español medio pesa 70 kilos, esto significa que, por 14.000 euros, podríamos despegar en el Starship. Ahora bien, si este precio te parece desorbitado para viajar de Europa a Estados Unidos, has de tener en cuenta que habría que añadirle varios extras: los costes de mantenimiento, de personal, la amortización de toda la infraestructura necesaria y, por supuesto, el margen de beneficios.

Y puede que pienses: “bueno, al menos esos sobrecostes se podrán repartir entre otros viajeros”, pero las cuentas no son muy halagüeñas. En 2019, Elon Musk publicó un tuit donde decía que su Starship podría llevar a 1000 personas si prescindíamos de comodidades como aseos. Desde entonces, las estimaciones más serias han encogido bastante esta cifra y parece más razonable imaginar, en todo caso, a unas 50 o 100 personas. Muchas menos que un avión comercial de los que usamos para cruzar continentes, que pueden transportar a 300 o 600 personas. Y, claro, todo esto dependerá de cuántos cohetes puedan estar operativos simultáneamente, de las plataformas de lanzamiento y de los brazos para la recepción del cohete que se desplieguen. Por ahora, parece demasiado caro para interesar si quiera al mercado del lujo, que tiene formas más largas, pero mucho más cómodas, de cruzar el mundo.

La seguridad

El segundo punto a tener en cuenta es la seguridad, ya que no dejamos de estar ante un cohete con toneladas de combustible a punto de entrar en ignición. Es cierto que, a medida que controlamos la tecnología, los accidentes se vuelven mucho más improbables, pero el Starship ha explotado varias veces durante sus últimos lanzamientos de prueba. Ahora mismo, la tecnología no podría asegurar los estándares de seguridad que pide el consumidor, pero, incluso si logra mejorarlos notablemente, deberá enfrentarse al avión, que es uno de los medios de transporte más seguros que tenemos. En este aspecto, los vuelos intercontinentales en cohete parecen algo lejanos.

Otra característica médicamente relevante es la aceleración del cohete. El despegue de un Starship genera más de 3 G, esto es: tu cuerpo se experimenta tres veces más pesado. Para individuos no entrenados, estos repentinos cambios de velocidad pueden producir mareos e, incluso, aumentar el riesgo de accidentes cardiovasculares. Así pues, por ahora, el producto que sugiere Musk estaría solo al alcance de la gente rica, sana y, posiblemente por solapamiento, joven.

La fiabilidad

Y llegamos al último punto: la fiabilidad. Hemos visto que los potenciales clientes serían un pequeñísimo porcentaje de la población. ¿Cuántos viajeros diarios necesitaría para que el proyecto fuera rentable? Una opción, por supuesto, sería plantear de forma diferente el proyecto. En lugar de una buscar una regularidad (uno o varios vuelos a la semana), ofrecerlos “por encargo”. De ese modo, si consiguieran reunir a suficientes personas que quisieran transportarse un día concreto, podrían coordinarlo con suficiente antelación. De hecho, parece que una de las aplicaciones de esta tecnología podría ser militar, permitiendo desplegar tropas en cualquier lugar del plantea en un tiempo ínfimo. Sin embargo, los problemas de esta aplicación son otros diferentes en los que no entraremos.

Imaginemos que, a pesar de todo, logran poner en marcha un medio de transporte con buena regularidad, que te permite reservar tu hueco en el cohete que mejor te venga como haces cuando compras un avión o un tren. Todavía quedará otro problema relacionado con la fiabilidad que mengua el atractivo de este transporte porque, si hay algo que sabemos los aficionados a lo aeroespacial es que, los lanzamientos, no pueden ser en cualquier momento. Las condiciones meteorológicas han de ser óptimas y, aunque hay formas de asegurarlas, el caos de la atmósfera hace de las suyas y, con mucha más frecuencia de la tolerable para los potenciales viajeros, retrasaría el lanzamiento. Hablamos de retrasos que, en el mejor de los casos, podrían ser de varias horas.

¿Qué sentido tendría dejarse miles de euros en un transporte incómodo y con poca flexibilidad horaria si, por culpa de un retraso, ni siquiera vas a acortar tanto tu viaje respecto a lo que tardarías en un avión convencional? Por supuesto, todos estos problemas tienen solución y puede que en cinco años veamos en práctica alguna versión de prueba de esta idea, suficientemente modificada para ser comercialmente plausible. Por ahora, sin embargo, toda promesa al respecto es más publicidad que otra cosa.

QUE NO TE LA CUELEN:

  • El Starship es un éxito y, tras su primera docena de lanzamientos, promete seguir liderando la industria, explorando las dificultades propias de misiones más complejas, con maniobras nunca probadas en órbita con este cohete. Sus posibles aplicaciones terrestres son una cuestión que, en este momento, ya es bastante independiente de lo que suceda en el espacio.

REFERENCIAS (MLA):

  • Bergin, Chris. “Starship PointtoPoint: A Potential Future Application or a Capability Flex? NASASpaceflight.com, 13 June 2025, www.nasaspaceflight.com/2025/06/point-to-point-2025/?utm_source=chatgpt.com
  • “Starship | Earth to Earth.” YouTube, uploaded by SpaceX, www.youtube.com/watch?v=zqE-ultsWt0
  • Musk, Elon [@elonmusk]. “~1000, as all seats would be ‘coach’ & no toilets, pilot area or food galley needed. Most flights would only be 15 to 20 mins.” X, 26 June 2019, x.com/elonmusk/status/1144004310503530496?ref_src=twsrc%5Etfw%7Ctwcamp%5Etweetembed%7Ctwterm%5E1144004310503530496%7Ctwgr%5E9ec2aa111c5c326dbde9afd1ea6bbb250750cc6b%7Ctwcon%5Es1_.
  • Mosher, Dave. “Elon Musk’s Full SpaceX Mars Colonization Talk.” Business Insider, 25 Oct. 2017, www.businessinsider.com/elon-musk-mars-iac-2017-transcript-slides-2017-10?utm_source=chatgpt.com