Tribunales

Le piden 25 años de cárcel por matar a puñaladas a su mujer porque se divorciaba

El acusado le prohibía tomar café con las amigas, estudiar o comprarse un ordenador

El juzgado de lo Contencioso-administrativo número 1 de Elche acoge los primeros juicios íntegramente telemáticos
La juez de adscripción territorial (JAT), Raquel Catalá, durante la celebración de un juicio celebrado telemáticamente en el juzgado de lo Contencioso-Administrativo de Elche.MORELLEFE

Un jurado popular juzga desde el próximo martes, 1 de diciembre, a un hombre para el que se piden 25 años de cárcel por asesinar a cuchilladas a su mujer en Elche después de que ésta iniciase los trámites de su divorcio para poner fin a un matrimonio de 24 años en el que era víctima del control posesivo del marido, quien incluso le prohibía tomar café con las amigas.

Según el escrito de acusación de la Fiscalía, el procesado asestó a su esposa al menos 10 puñaladas provisto de un cuchillo de cocina de 15 centímetros de hoja, tras esperarla oculto en el aparcamiento de su vivienda, sin que ella tuviese la oportunidad de defenderse.

Los hechos sucedieron el 13 de julio de 2019, cuando solo hacía tres días que el acusado había abandonado el domicilio conyugal para residir en casa de su madre, después de que su mujer decidiese poner fin a su relación “debido al clima de control, sumisión y dominio al que se había visto sometida” por parte del acusado a lo largo de los años.

En concreto, según el relato de la acusación pública, “tal carácter controlador y posesivo” se manifestaba a través de varias imposiciones.

Así, le prohibió que estudiase, “tomar un café con sus amigas, cortarse el pelo o comprarse un ordenador, bajo la premisa de que ‘eso es lo que hacen las putas’”.

Además, la obligaba a desnudarse para enseñarle las marcas del bikini “para ver si había estado en la playa”.

La agresión que acabó con la vida de la mujer se produjo, además, un día después de que el acusado acudiese al aparcamiento del centro comercial en el que trabajaba ella con el fin de “controlar su actividad” y advirtió de que se encontraba acompañada de un amigo.

Después de increpar a ambos, el acusado se dirigió a las puertas del domicilio conyugal para esperar a su mujer y allí volvió a increparla, con el acompañamiento de algunos de sus familiares.

Así, siempre según el relato del Ministerio Público, al día siguiente, el acusado accedió al aparcamiento en el que se encontraba estacionado el vehículo de la víctima, la esperó y la abordó por la espalda para apuñalarla hasta la muerte.

Acto seguido abandonó el aparcamiento para salir a la vía pública con las manos y los brazos manchados de sangre, y le dijo al propietario de un bar próximo que llamase a la policía porque había matado a su mujer. Después, volvió a acceder al garaje y, allí, también llamó a su hermana por teléfono para comunicarle el mismo mensaje.

La Policía lo detuvo minutos después, lo que propició que el acusado ingresase en prisión provisional donde permanece hasta el momento del juicio.

La fiscalía solicita para él 25 años de prisión como autor de un delito de asesinato tras aplicar las agravantes de parentesco y de violencia de género, además de la atenuante de confesión. Además, solicita que indemnice a sus dos hijos, mayores de edad, con la cantidad de 150.000 euros más intereses legales.